SERVICIOS SOCIALES PARA TODOS Y TODAS. NO A LOS RECORTES

06 septiembre 2007

OTRA VEZ...


Otra vez la mar. Otra vez un naufragio, ocho vidas zozobradas. Ocho familias desgarradas. Un pueblo en vilo. Cuatro cuerpos que aún flotan entre olas y lamentos. Otra vez la mar, tan rica y tan cruel. Alimenta y mata. Día sin pesca, día sin sueldo. Cada mañana temprano a trabajar los aparejos, redes, nasas. Antes de salir de casa un fugaz beso a la mujer, los hijos, a los que quería, a los que quiere. El tiempo es tan injusto a veces, ese tiempo que no se quiso perder en una caricia, en un te quiero, ese mismo instante, fugaz, ese segundo, una instantánea, quebró el casco en dos y esparció las vidas de los que luchan de sol a sol en un mar embravecido.

En fin. Estoy un poco cansado de escribir sobre vidas rotas, sobre familias destrozadas por la violencia inútil, por elementos de una naturaleza que se cobra la ingente deuda que la humanidad tiene con ella, por una cabezada al volante… Pero me resulta difícil afrontar el día sin pensar en esos marineros, pescadores, sus familias para las que no hay consuelo. Supongo que necesito descargar la pena para poder actualizar mi noticiero particular, y que los problemas de otros den paso a los míos, o simplemente dejen transcurrir mi día como deba, como quiera, como sea.

04 septiembre 2007

VIAJANDO EN AVIÓN...


Estoy recién llegado de las vacaciones. Hoy ha sido mi primer día de trabajo y creo que lo he pasado con bastante dignidad. Nada de lagrimeos, depresiones post vacacionales, estrés… Rien. Niet. Pero no es sobre eso sobre lo que quiero hablar. El caso es que este verano he cogido un avión, lo cual sin más tampoco supone una noticia extraordinaria, sino fuera porque por primera vez he cogido un avión solo con mi hijo. La verdad es que uno se sienta en su butaca, encaja las piernas entre el final de su asiento y el respaldo del de delante (miserable el hueco por cierto) y se abstrae. En mi caso masco chicle para que no me duelan los oídos, que he salido delicado. Debo reconocer que nunca presto mucha atención a nuestros amigos autómatas que se esfuerzan por hacernos comprender como reaccionar en situaciones de emergencia, siempre y cuando consigamos controlar el pánico, por supuesto.

Esta vez presté atención, cuestión de dar ejemplo al vástago que se entretenía destruyendo las instrucciones escritas que yo me prestaba a escuchar. Resulta que las salidas de emergencia quedaban a tomar por saco, y me costaba imaginarme en plena carrera por salvar la vida de mi hijo y la mía propia, pisando, empujando y gritando, mientras ciento cincuenta pasajeros, egoístas todos ellos, buscaban la misma meta. Además previamente tendría que haber soltado mi cinturón de seguridad y el del niño, que para el que no lo sepa es como un cinturón pequeño que va unido al del adulto por una pequeña argolla de tela. En fin, descarté salir corriendo en caso de emergencia y encomendarme, si fuera preciso, a cualquier santo que me viniera a la cabeza. San Miguel, por ejemplo. Después viene la coñita de los salvavidas, que ya no me molesto en preguntarme para que necesito un salvavidas viajando por dentro de la península, porque creo que es una técnica de distracción. Si señor, pura distracción, el tiempo que inviertes en ponértelo si las cosas se ponen feas, no lo gastas en ser consciente de que te vas a espachurrar, chof. Así la tripulación se ahorra todo ese alboroto propio de las situaciones pre mortem. Además, siempre he considerado mejor que a una acción que no conseguimos realizar, le debe seguir una acción más sencilla. Pues en el caso de los salvavidas, es todo lo contrario. Tú te pones el salvavidas. Eso si consigues encontrarlo debajo del asiento mientras el avión cae a plomo y no te revientan los tímpanos (Siempre me he preguntado si el cable de la mascarilla de oxígeno será lo suficientemente largo como para no tener que buscar a tientas el salvavidas con la barbilla tirando hacia arriba.). Bueno pues en mi caso hubiera tenido que buscar y encontrar dos salvavidas, el mío y el del enano (oye, es monísimo el salvavidas de un bebé). Vuelvo al tema de las acciones consecutivas. El caso es que la primera opción para inflar el salvavidas es tirar de un cordel; sencillo ¿no?. Uno lo piensa y dice “chachi, no va a haber Lago o Pantano que consiga ahogarme”. Pero, oh campos de soledad mustios collados (Gomaespuma dixit), sino funciona la cuerdecita, que ya es mala baba, hay que buscar una especie de silbato rojo y ponerse a soplar. Tócate los güevos. Debe ser cuestión de aprovechar la hiperventilación propia de las situaciones de pánico, porque sino no me lo explico. ¡Que me ponga a soplar!, por supuesto que tendría que inflar primero el de mi hijo, después el mío, pero no se puede dentro del avión, que digo yo que que coño importará inflarlo dentro del avión si éste estará hecho pedazos en la masa acuosa en cuestión. Total, que estaremos en el agua, con cientos de personas gritando, con los chalecos sin hinchar, buscando el pitorro…

Me sorprendí masticando el chicle con ahínco cuando el comandante nos informaba de la climatología en la ciudad de destino. Mis amigos autómatas se retiraban con todo el merchandising, chalecos, cinturones, mascarillas… Y por si el acojone era chico nos ofrecían prensa y un refrigerio (de pago), cuestión de distraerse un poco y alejar de nuestras mentes el libro de instrucciones del chaleco salvavidas. Miré a mi hijo, y me sonreí viendo como había plegado las velas y dormía placidamente con las instrucciones de emergencia hechas pedazos entre las manos. Que suerte esto de ser pequeño.

03 agosto 2007

MARÍA HA VUELTO.


Volvemos a contar con la flamante guerrera en nuestras filas. No es nuevo que deje dicho que María San Gil es una mujer que me gusta pese a las irreparables discrepancias políticas que nos separan en ese campo. Pero ayer volvió a lo que llaman “los ruedos de la política” y yo personalmente me alegro, y mucho. Me alegro porque ha vencido a esa mierda de lacra que cada vez nos asola más, y que han llamado cáncer. Me alegro porque la panda de hijos puta que estaban deseando que pasara a mejor vida deben estar tomando bicarbonato de barril. Y seguro que ahí seguirá, defendiendo unos valores que compartimos de forma distinta. Ella mirará a los cobardes que asesinan por la espalda, pero ella lo hará de frente, a los ojos, con dos cojones, y les dirá cuatro cosas, de mi parte, de parte de todos los que no nos atrevemos a hacerlo. Aquellos que consideren que es muy fácil embarcarse en esta lucha con ocho guardaespaldas, que prueben, a ver si tienen tantos güevos como lenguaza.

Feliz vuelta María, dicho queda que me alegro mucho, porque los que estamos del lado de la libertad y la dignidad sabemos que recuperamos un estandarte que no cae por una mierda de cáncer ni por una panda de asesinos. Lo que no nos mata nos hace más fuertes. Ese es nuestro activo. El tuyo.

01 agosto 2007

SÍMBOLOS.


Estaba leyendo la noticia sobre ese dramón humano y social que significa que se obligue al gobierno vasco a poner la bandera española en la academia de la policía autonómica, cuando me he distraído con una banalidad del estilo “Canarias arde”. Como soy de prioridades, me he puesto a divagar sobre los símbolos, como el que nos ocupa en este caso. La bandera española. Me he permitido la licencia de buscar en el diccionario el significado de la palabra símbolo, y hete aquí que me encuentro:

(Del lat. simbŏlum, y este del gr. σύμβολον).
1. m. Representación sensorialmente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con esta por una convención socialmente aceptada.

Y entonces me pongo a pensar en lo patéticos que resultamos todos. Por defecto o por exceso, y en ambos casos la mentalidad cerrada de la que hacemos gala, roza lo peligroso. Hay para todos los gustos. Los radicales anti símbolos, que a su vez suelen mostrar una aversión visceral hacia la bandera española, porque es franquista o no se qué. Impasible ignorancia a merced de los necios. También los hay que reniegan de la bandera española pese a hacer uso de innumerables símbolos propios, que van desde el club de ajedrez de Morata del Ridruejo hasta el escudo heráldico de la familia asentada en las tierras patrias (que no son España) desde los tiempos del César. Cuanto más pequeño es el municipio, región o autonomía en cuestión, más patriotas.

Esto me lleva a pensar en el verdadero peligro de los símbolos y como su uso indebido puede fomentar posturas extremistas amparadas en discursos demagógicos vacíos de contenido. Si a esto le sumamos lo sencillo del mensaje que transmite el símbolo en cuestión y la fácil adhesión al mismo, nos encontramos con un caldo de cultivo peligroso en manos de según quien caiga el ánimo de perversión.

Total, que en base a la definición que nos brinda la RAE acerca del término símbolo, unido al hecho de vivir en un país concreto, me parece correcto que la bandera española ondee en los edificios públicos de esta nuestra especie de nación, sin excesos pero sin complejos. Y en la academia de la policía autonómica vasca también.

31 julio 2007

FIESTAS SIN TORTURA.


Aún a riesgo de resultar un poco cansino voy a darme el gusto de recordarme a mi mismo lo cenutrios que somos los seres humanos en general y los españoles en particular para según que cosas. Al fin y al cabo este blog es mío y hago con el lo que se me peta.

El verano ya llegó, ya llegó, ya llegó…Y la fiesta comenzó, comenzó, comenzó (léase con la musiquilla de aquella machacona canción, que como todas de periodo estival hacen que ansíe ver los primeros copos de nieve). Y con las fiestas la barbarie. Nos lanzamos a maltratar animales a diestro y siniestro. Ya hablé de Medinacelli, de los toros en general y así podría poner ejemplos varios para denunciar y poner de manifiesto la bajeza moral de la que hacemos gala. Para deleite de la muchedumbre apresamos a un animal, le martirizamos, le maltratamos y humillamos para finalmente darle muerte de forma vil y cobarde, mientras el populacho, borracho de crueldad, agita sus vasos y sus vergüenzas. Tuve que escuchar a un imbécil, vecino de Oropesa para más señas, decir que el toro embolado de su pueblo no sufre, que simplemente le molestan las chispas que saltan de las bolas de fuego que tiene atadas a la cornamenta. Lo soltó así, con desparpajo y sin ningún disimulo, como si allí no tuvieran suficiente con lidiar con ese escarnio público, horror de la arquitectura y la estética que es Marina D’Or. No jodas. Ya que eres un sinvergüenza, que maltratas a seres indefensos en presencia de niños, encima no alardees. Porque esa es otra. El recinto mortuorio en cuestión está trufadito de pequeños seres humanos que observan atónitos la agonía animal mientras el polo de fresa les chorrea hasta el codo. Me pregunto cual sería el careto del cándido descendiente del mendrugo del telediario, si viera a su papaíto como la madre que le parió le trajo al mundo, con unas bolas ardiendo colgando de los cuernos (si los tuviere) o en su defecto de las pelotas, por ejemplo, que si se trata de dar risa a mi se me atragantan las meninges de la carcajada solo de pensar en el pringado ese, conocedor experimentado del sufrimiento animal, corriendo por la plaza entre la algarabía de los vecinos, mientras le gritan y le tiran de la cola, o el rabo (si tuviera o tuviese). Yo, sereno, cogería por banda al reportero del telediario, y le diría con gesto de saber de lo que hablo, “no, pero si en realidad no sufre, solo le molestan un poco las chispas del fuego, que le chamuscan las pelotas. Y además ¿sabe una cosa? Se lo merece.”



15 días ...

27 julio 2007

¿BUENOS DÍAS?


Suena el despertador. Me levanto. Odio levantarme. Es como si sintiera un golpe de luz en mi cara soñolienta. Ah, no es como, es que he dormido con la ventana abierta. No se porque lo hago. En mi casa la palabra “corriente” no existe. El aire yace vegetativo esperando que alguna ayuda le haga maniobrar. Me rasco. Así, en general, pero a lo bestia, primitivo. Espalda y torso. Me arrastro hasta la cocina y empiezo con la maniobra de reanimación. Tarro de café, tarro de azúcar, leche y taza. Aborto la operación temporalmente para dedicarme a recoger todo lo que he tirado por ahí. Es lo que tiene no despegar los ojos antes de preparar el desayuno. Friego los cúmulos y estratos de leche del suelo, limpio el azúcar y el café espolvoreado por la encimera. Y como colofón pasó esa bayeta que parece una reliquia de la sábana santa por el cerco que deja el fondo de la taza, normalmente un circulo incompleto de mi leche favorita. Ya voy mal de tiempo. Es que no aprendo. No se que alienación cósmica rige mis despertares que cuanto más prisa me doy, menos me cunde el tiempo. Lo llamo el efecto “Momo”. Estoy seguro que si desayunara después de cenar y empezara a prepararme a las doce de la noche, saldría igualmente tarde de casa. Te lo juro de verdad. Donde estaba, que mi mente es un espíritu libre y se dispersa. Vale, si. Mientras irradio el café en el microondas (no se como no estamos todos muertos) me ducho. Este paso es fundamental y garantiza mi supervivencia diaria. No tanto por la limpieza, sino porque se va por el sumidero mi pereza y parte de mi lengua viperina que maldice en arameo y se lamenta de estar vivo para madrugar. Ahora no me seco mucho, así contrarresto la ausencia de aire y la temperatura demencial para la hora que es. Ríete tu del deshielo de los polos. Una mierda. El cambio climático ha empezado en mi casa. Mi lengua recibe su merecido correctivo por las lindezas que profiere. Me la calcino con el café. Vuelvo a las andadas y un torrente de exabruptos emana de mi boca mientras la lengua se reconforta debajo del grifo. Lo demás ocurre en un instante. Casi sin darme cuenta. Soy capaz de vestirme sin pensar en ello, casi inconsciente. Estoy convencido que un día me voy desnudo de casa y me doy cuenta en el metro. Confirmo que llevo todo lo importante, es decir, el abono transportes, cierro la puerta a mi espalda y enfilo escaleras abajo con la sensación de haberme despertado hace cuatro días y tener una vida entera encerrada en algún lugar de la casa que todavía no he encontrado.

24 julio 2007

COHERENCIA Vs. DEMAGOGIA.


Deleznable. Impresentable, primitivo, demencial. Comparto las voces que se han alzado contra la decisión judicial que quita la custodia a una madre por ser lesbiana. Vamos, faltaría más. Menudo atropello a los valores fundamentales de ésta, nuestra sociedad de bienestar. Quizás transmita cierta ironía en mis palabras, pero lo que me hace sonreír, por no decir sonrojar, es el bochornoso espectáculo que han dado todas esas mujeres que se creen que luchan por la igualdad, cuando en realidad lo que hacen es plantar una pica a favor de la hipocresía y el doble discurso. Quitar la custodia a una persona por su orientación sexual es aberrante. No tener unos principios sólidos y coherentes y trabajar la demagogia como principal arma para mantener los preceptos machistas que más les conviene, también.

He oído decir a la presidenta de la asociación de mujeres separadas y divorciadas que esta sentencia es anticonstitucional, porque se discrimina a una persona por razón de orientación sexual. ¿Es ese mismo artículo el que estipula que no se debe discriminar a nadie por razón de sexo? ¿No es anticonstitucional el que la custodia se de automáticamente a la madre solo por el hecho de ser madre y se le niegue al padre por eso mismo, por ser padre? Que un menor crezca en un hogar en el que hay dos hombres o dos mujeres como figuras adultas no es un riesgo, que un menor crezca en un hogar en el cual reina un discurso incoherente, un falso progresismo, unos valores oportunistas y cambiantes si es un riesgo. Si se lucha por la igualdad, se hace de forma íntegra y coherente, si no, es demagogia e indecencia.

23 julio 2007

SUEÑOS NAUFRAGADOS.


Así permanecerán para siempre los anhelos de tantos inmigrantes que se aventuran a cruzar las frías aguas que les separan de su sueño. Un sueño etéreo y difuso, intoxicado de falsas esperanzas disfrazas tras cortinas materiales de aquellos, que tras su retorno, no quieren contar la difícil verdad que aguarda al otro lado del estrecho. Y así se lanzan, armados de sueños y vestidos de ilusión, a veces con sus hijos a cuestas, amontonados en pequeños espacios a los que los traficantes de seres humanos, infames piratas del siglo XXI, sacan mayor rentabilidad a costa de arriesgar una vida más.

El azote de la realidad se materializa en golpes de mar constantes, nada más empezar la travesía, en la que la ilusión se diluye como un azucarillo, dando paso al sabor amargo de un futuro peor que incierto. Y después, la espera, las noches, los llantos, la sed, el hambre, la espera, la espera, y el horizonte negro. Un pasaje cuyo mayor coste no radica en el esfuerzo de años para reunir el dinero, quizás un préstamo de unos impresentables que mantendrán a toda la familia bajo su yugo hasta que se satisfaga la deuda. El mayor crédito es el concedido a costa de la vida, sin avales, sin garantías. Una vez cruzado y sobrevivido a la travesía queda una tarea no menos dura, no menos ingrata. Trabajos mal remunerados, viviendas infames y caras, una parte de la sociedad autóctona, victimista, estática e improductiva, que en su intento por superar sus frustraciones y carencias, les acusa de expolio por llevarse sus recursos, como antaño se perseguían por robar a las mujeres del poblado, primitivo.

Y todo ello era en origen un sueño, una ilusión, una esperanza. Lo cierto es que las generaciones futuras se beneficiarán de la proeza de sus mayores, de esa primera oleada que tuvo el valor de desembarcar en Europa, como lo hicieron los aliados aquel seis de junio bajo el incesante fuego alemán. Algún día se les reconocerá el esfuerzo, espero, y el sueño de esas cincuenta personas que la semana pasada naufragaron camino de la esperanza, será realidad para los hijos y nietos de los que sí llegaron, sufrieron y se establecieron.

09 julio 2007

¿CULTURA? NO GRACIAS.


Ya he comentado otras veces que soy un firme defensor de los animales. Esto no quita para que los encierros me gusten. No lo considero un maltrato animal aunque es cierto que se somete a los toros a una situación de estrés que dista mucho de la plácida vida campestre. Pero al fin y al cabo los corredores de verdad, los que no van borrachos y corren con prudencia, tienen unas normas éticas, no escritas, en las cuales priman determinadas conductas que tienen por objeto no molestar al toro. Además en esas carreras uno se expone cuerpo a cuerpo con el astado, corren delante de ellos y si la suerte te juega una mala pasada, la cornamenta te la incrusta el animal hasta la apófisis. Reglas del juego chaval y hasta aquí hemos llegado.

Lo que considero una tortura supina es lo de las corridas. Me importa un güevo de pato encebollado si se considera una tradición y si es símbolo de una España tan cenutria como retrógrada. Es cobarde someter a linchamiento público a un animal, por mucho que pese más de media tonelada y que el torero se exponga a una circuncisión por la vía rápida. Quien argumente que es una lucha de igual a igual, miente. Al toro se le debilita y encabrona a base de banderillas, picadores y pases de muleta, lo cual resta fuerzas al animal e inclina la balanza a favor del humano. Todo ello para jolgorio de cientos, miles de espectadores ávidos de sangre y dolor. Por eso me parece estupendo que de pascuas a ramos el toro se lleve por delante al torero, a su traje de luces y a la madre que les parió. Y si el toro salta la barrera (o como se denomine en lenguaje taurino) y se pega un paseo por el pasillo arramplando con todos los que allí se encuentran, tanto mejor y más risas me echo.

La cultura nunca debe estar basada en el dolor ajeno, sea contra personas o contra animales, porque si no, abrimos la veda y nos ponemos a simpatizar con la ablación de clítoris, el burka para las mujeres y otras tantas tropelías que se encuadran en lo que la gente llama cultura. Si esa es la cultura que nos representa yo me borro, casi que me apunto a la lista de los apátridas que no tendrán patria pero por lo menos no amparan ciertas atrocidades que las sustentan. Y puestos a hablar de cultura y tradiciones, en nuestra querida piel de toro ha estado bien visto durante siglos arreglar las afrentas a estocadas, así que los puristas de la cultura que tomen precauciones y sean cautos, no vaya a ser que en un oscuro callejón se les aparezca un caballero ofendido, por una mala voz, por una mujer humillada, por una vuesa merced fuera de lugar, y se encuentren con un palmo de acero atravesando su torso español. Es que las tradiciones son las tradiciones.

06 julio 2007

ESTOY VIVO PARA CONTARLO.


Tenía previsto reflexionar acerca del mercadeo nacional con el tema del “pay per children”, es decir, de “¡Atención, señores y señoras, tengo el niño a 2.500 €!, vamos que lo tiramos, que lo regalamos…”, pero lo dejaré para más adelante, porque esto va a traer cola.

Cambio de tema porque esta mañana he sufrido una experiencia que me ha traumatizado. Una vez más he sido víctima del transporte público. No sabía si iba camino del trabajo o de un horno crematorio. A puntito he estado de cortarme el pelo en el vagón del metro para hacer mantas y ahorrarles el trámite a los verdugos. Lo hubiera hecho si hubiera podido levantar los brazos, pero es que ni eso. Cuando digo que esta mañana me ha costado sudores venir al trabajo, lo digo literal. Lo que pasa es que mi sudor se lo he plantado a otro ser humano, el cual ha tenido a bien prestarme el suyo a lo largo del brazo. Que asco. Insisto, un asco de morirse.

Situación: Siete y media de la mañana. El metro en una localidad a las afueras de Madrid con dirección a la capital. Ya el andén promete. Está hasta las trancas, pero uno confía en su buena suerte ya que me encuentro en la segunda parada de la línea. Llega el convoy. Parezco imbécil. Tanto tiempo cogiendo el metro y aún me hago ilusiones. Con el transporte público de Madrid mantengo una relación bipolar de amor-odio. A ratos lo valoro mucho y a ratos me dan ganas de inmolarme en un descampado al grito de “mecagüentodo”. El caso es que me meto en el vagón como puedo y hasta la siguiente estación tengo un poco de hueco incluso para desplegar el periódico con artes circenses. En un momento dado me giro para ver la gente que entra lo que hace que le incruste mi mochila a una mujer extremadamente bajita que va a mi lado. Me lanza una mirada de esas que hacen que me den ganas de ponerme a sus pies e implorar clemencia. Seguimos avanzando. Entra una mujer con su hijo. Creo reconocer una cabecilla por ahí abajo. Me pregunto como respirará el crío. Hace rato que de cuello para abajo soy sudor y calor, y la cabeza se debate entre el sofoco y el aire acondicionado que me congela las pestañas. Me pregunto si llevar al niño en esas condiciones se considera malos tratos.

Para maltrato el de la torda de al lado. Ésta es enorme, que mal repartido esta el mundo. Si hubieran hecho la media con la víctima de mi mochila, tendríamos dos tías normales. El caso es que mi vecina mostrenca lleva la música a todo trapo. Genial. Además de sentir como se me pega el sudor del tío de la izquierda, así, rollito erótico festivo, brazo contra brazo, tengo que aguantar el Mambo Nº 5 con el que Golliath me taladra las meninges. Creo que estaba a punto de perder el conocimiento, no se si por el agobio, o porque decidí dejar de respirar a los cinco minutos de entrar en el metro y veinte minutos sin ejercitar los pulmones cansa un güevo. El caso es que justo antes de desfallecer llegué a la primera etapa de mi trayecto. Ya solo me quedaba coger otro tren y un autobús.

La verdad es que para mi satisfacción personal el resto del viaje transcurrió sin demasiados problemas. Por supuesto que en el segundo trayecto en metro no pude sentarme, pero tenía un metro cuadrado entero para mi solo, que proporcionalmente y en esa situación, viene a ser como correr desnudo por una pradera verde de Asturias, entre vaques y sobaos pasiegos.

Así que aquí estoy, he sobrevivido y me siento feliz por ello, estas experiencias “al filo de lo imposible” hacen que uno vea la vida de otra manera. Como he visto el final tan cerca y me he dado cuenta de que hay que disfrutar cada segundo, no quiero despedirme sin deciros cuanto os quiero, y que seguiré luchando cada día en esto que llaman transporte público de calidad, con el móvil en la mano y el 112 marcado. Suerte.

03 julio 2007

EL CONTROL DE LA IRA, DE LA MÍA.




Voy a ser comedido. Por aquello del abandono al que he sometido a este espacio en los últimos tiempos. Lo intentaré. Pero es que me ha empezado a echar humo el entrecejo al leer esta mañana que la alcaldesa de Lizartza ha tomado posesión del cargo protegida por fuerzas de seguridad ante el acoso de un grupo de fascistas. Y claro, me he ido corriendo al calendario para ver si efectivamente no nos encontrábamos ya en la edad media, y resulta que si, que marcaba, como yo pensaba, el año 2007. Después me he apresurado a confirmar que me encontraba en España, ese país fascista y colonialista que oprime a las al pueblo vasco sin cesar, pese a ser la autonomía con mayores privilegios del reino, y muy probablemente de la coña marinera esa que llamamos Europa. Y efectivamente me encuentro en la península. Ha sido entonces cuando el humillo del entrecejo ha pasado directamente a ser un fogonazo de incomprensión, de rabia y de ira, ira que he tenido que controlar para que no se transforme en violencia y desee que todo ese atajo de asesinos, torturadores, los que simpatizan con ellos, sus familias colaboradoras necesarias, sus amigos y todo aquel cómplice del terror que extienden por su tan querida patria, sufran en sus carnes la tensión, el acoso y el derribo al que someten ellos a los representantes del pueblo soberano, pueblo que más allá de fronteras autonómicas, lenguas, tradiciones y errehaches del género imbécil ostenta el poder en un país libre y democrático, y que lo seguirá haciendo pese al azote fascista, ultra e irracional de unos asesinos que se vanaglorian de autodenominarse “de izquierdas”, a lo cual, los que creemos en la fuerza del pueblo para construir una sociedad mejor nos dan ganas de potar. Digo.

14 junio 2007

SOBRE OSOS, OSAS Y OTRAS MEMECES.


Si es que soy un frívolo. Yo aquí, preocupadísimo por mi situación personal (motivo por el cual he aparcado temporalmente el blog), por como será el devenir de mi vida y la que no es mía, y resulta que paso por alto una cuestión de ingente trascendencia. Lo reconozco. Me la trae al pairo si el oso del oso y el madroño es oso u osa. Es más, no es que me importe un güevo de codorniz, es que ni siquiera me lo había planteado. Tengo la esperanza de que mucha gente inteligente y con otros quehaceres vitales tampoco se hayan despertado por la noche, empapados en sudor y angustiados, porque no saben el sexo y/o el género del osezno/a.

Es que me lo ponen fácil. Pero fácil fácil. Y la verdad es que me atormenta entrar al trapo de cuestiones que superan con creces el calificativo de banal. Banal soy yo, esto es para echarse a reír y no parar hasta que el animal (espero que las recalcitrantes feministas de la sección “puesytumás” se conformen con el genérico, que yo me cuido muy mucho de no herir sensibilidades) solicite inscribirse en el registro como gato siamés y pida adoptar a las carpas del retiro. Pues nada chicas, vosotros seguid con vuestra ardua tarea en el consejo municipal de la mujer, y mientras la vida discurre de verdad fuera de palacio, mientras siguen chuleando a muchas mujeres por el simple hecho de serlo, mientras vejan y maltratan a las víctimas de violencia doméstica, mientras el alcalde de Valladolid dice que su rival política en las elecciones no vale ni para echar un polvo, mientras la iglesia sigue despreciando a la mujer más allá de la virgen María, vosotras a seguir dilucidando cuestiones de gran trascendencia para el orden mundial como es el sexo del oso y el madroño, símbolo de Madrid. De paso me podíais aclarar si el madroño es tío o tía, que desde que entró en vigor el derecho al voto de la mujer es una cuestión que me tiene desvelado, porque igual es madroña, o coña, o coña marinera, que así mola más. Y paro ya que al final me pierden las formas.

10 junio 2007

UNA CUESTIÓN DE HONOR.


El otro día caminaba yo por un parque cuando me topé con un tropel de niños (con permiso de feministas y otras radicales del género utilizo el término machista y ofensivo “niños” para referirme a niños y niñas) al borde de la adolescencia. Todos muy alborotados como corresponde a esta época del año, a punto de entrar en periodo vacacional y con las temperaturas en aumento.

De pronto y sin que fuera capaz de averiguar el porqué, se lanzaron todos a una carrera sin cuartel, en la misma dirección, entre gritos y risas. ¿He dicho todos? Pues no, todos menos dos. Estos dos seres humanos, infantes cándidos y risueños, mostraron la misma sorpresa que un servidor, y sus caras de perplejidad daban fe de las dudas que les invadían en ese momento. Sus ojos coincidieron u instante, se miraban, no entendían el motivo de semejante espantada, cuando de pronto uno de ellos exclamó “¡El último es un cerdo!”. Cielos, pensé, desde luego que la razón de tan exhausta carrera estaba justificada, vive Dios, se trataba de una cuestión de honor, porque el último en llegar a la meta marcada, se convertiría, al menos por un instante en el cerdo del grupo, un puerco, un marrano, y es bien sabido que a esas edades nadie se puede permitir semejante humillación.

Casi no había terminado la frase, cuando el que la había pronunciado había puesto ya tierra de por medio, en una agónica carrera hasta donde se encontraban sus compañeros, a salvo de la reencarnación porcina. El segundo, no se si petrificado por tan ruin destino, tardó un poco más en echar a correr, pero mientras lo hacía, se le ocurrió alterar las bases de la prueba a la desesperada, a ver si colaba, que el español desde pequeño es ingenioso para alterar el destino, máxime si éste se nos pone en contra. “¡Y el penúltimo gilipollas!”. Toma ya. Así sobre la marcha se le ocurrió que según su escala de valores era mucho mas fino ser un cerdo que un gilipollas. No haré ninguna valoración al respecto ya que para gustos están los colores y si uno prefiere ser un puerco antes que un gilipollas, perfecto (yo aún estoy dirimiendo mi preferencia, que no lo tengo claro).

En fin, que no creo que la última modificación de las bases fuera del todo válida, ya que las prisas que se daba el mentor de la misma por llegar a la meta me hacía pensar que o prefería finalmente ser un gilipollas, o estaba convencido de que su propuesta sería desestimada.

Observaba todo esto con un punto de melancolía, recordando cuando mi vida giraba entre esos derroteros, cuando mis problemas se circunscribían a notas escolares, a niñas que me gustaban, a las canicas que perdía o a las carreras cuya mayor recompensa era salvar el honor personal. Y es que uno considera que la vida de adulto es complicada, pero ¿Quién dijo que ser pequeño fuera tarea fácil?

18 mayo 2007

EL FUTURO DE LOS PERVERSOS.


La perdición de los justos no es sino la imposición de los perversos. Aquellos que causan mal sin ser conscientes o aun siéndolo no muestran el menor remordimiento por ello. Los perversos se imponen generalmente con el respaldo de sus propias conciencias, con la seguridad personal de considerar que sus actos, por devastadores que sean, están justificados por un bien superior que justifica su acción. Mientras ellos siembran vientos, las tempestades azotan a los más débiles, la onda expansiva de sus amenazantes imposiciones hace pedazos aquello que toca, siembran dolor en campos áridos de donde no sacarán cosecha. Esa ausencia de frutos alimenta su propia victoria, el triunfo de su fuerza frente al trabajo constante de los que quieren un mundo más justo. Justicia social. La antítesis del ideario perverso que busca como principal recompensa el crecimiento personal aun siendo a costa del interés colectivo. Acciones rápidas, contundentes y demoledoras, lo que sea para conseguir por la vía rápida el triunfo sobre los otros, para coronarse como autoridad superior frente a los que desprecia. Al resto.

Pero dentro de este desolador panorama, nos ampara la historia. Cuanto más hondo caemos en el pozo de la desesperación los doblegados, más posibilidades de ascender tenemos con el paso del tiempo, y una vez que nuestro ánimo y nuestra realidad han quedado reducidos a cenizas, ya solo nos queda renacer y volar hacia la luz que perdimos al inicio de la caída. No queda nada por perder, solo podemos remontar. Y entonces surge el espíritu de superación, la resiliencia que nos alimenta en un camino duro en el cual no hay riesgos que asumir, nada podemos perder ya que viajamos con las alforjas vacías. Solo nos queda la dignidad de haber actuado conforme a las básicas normas de civismo, esas normas que se rigen por la integridad que desprecia el perverso, integridad que a la larga engrandece a los que un día fueron subyugados.

La historia siempre ha terminado por colocar a cada uno en su sitio, tarde o temprano los perversos caen, y la vida es demasiado larga como para confiar en la suerte de una imposición amenazante. Ellos, los perversos, terminan por desconfiar de todos, por quedarse solos en su caótico intento por mantener un poder que nunca les fue concedido, sino que fue impuesto con malas artes, y la soledad acaba por minar al más fuerte. Su caída suele ser lenta pero inexorable, y una vez toman conciencia del inicio del fin de su imperio procuran infligir el mayor daño posible a sus semejantes, en una demente carrera hacia delante, carrera que tiene de manera irremediable como fin el más oscuro de los abismos.

No se trata de saber cuando está escrito que caigan los perversos, se trata de saber cuanto pueden aguantar aquellos que viven bajo su yugo. Una vez más la historia nos ampara, siempre quedan entre los justos, suficientes espíritus libres que resisten incansables al desaliento, a que se produzca esa caída. Entonces comenzará la rebelión, una acción certera y planificada durante todo el tiempo que estuvieron inmersos bajo el manto oscuro de la perversión, y es ahí, y solo en ese momento, cuando triunfa la decencia y la integridad, ambos acumulados dentro de los corazones y las almas que no pudo violar la violencia y la fuerza.

Habrá sido una lucha larga, como larga fue la espera e intensa la paciencia para librarse de las cadenas, pero tarde o temprano, con mayor o menor dolor, esas cadenas se rompen, y los condenados se rebelan. Entonces se iniciará un periodo en el que de forma irremediable se impondrá la justicia social, y los perversos serán desterrados para siempre.

15 mayo 2007

EL LETARGO TEMPORAL CONTINÚA...



No son pocos los temas que me gustaría haber tratado estos días... Pero ni tengo tiempo ni neuronas disponibles para ocuparme de mi diario cibernético... A veces ni ganas, y eso si que me preocupa más... No obstante ésto es una pausa temporal, y una vez resuelto el Sudoku Vital en el que ando inmerso, prometo volver con fuerzas (lo digo como si a alguien le importara...je) y actualizar este humilde blog como venía haciendo. Reitero mi agradecimiento a todos aquellos que me habéis leído y que seguro volveréis a leerme. Gracias y lamento la espera.














04 mayo 2007

SEÑORA DOÑA ISABEL PANTOJA (Marianico dixit).


En su deriva hacia la parcialidad, la desmesura y el despropósito, los dirigentes del pepé ya no saben que argumentos vomitar a los medios de comunicación. Ahora resulta que la presunta estafadora y dilapidadora de fondos públicos Isabel Pantoja, es ahora la pobre “Señora Doña Isabel Pantoja”. Y pobrecita mía, insisto, que la meten en la cárcel con “nocturnidad y alevosía” mientras el cabrón de De Juana Chaos se da paseítos con su novia por el parking del hospital (sutil matiz importante de señalar, ya que los voceros del pepé han dicho que se pasea por la calle).

Pues nada, que como el cerdo sanguinario ese se ha salido con la suya (relativamente), pues que todo el mundo se ponga a delinquir, y si lo hacen los que ya son de por si ricos, pues mejor. Si no que se lo digan a Zaplana y a Julio Iglesias, que ambos saben de negocios turbios en las costas levantinas. Ahí estará el pepé para dar la cara por ellos.

Hay que mostrar coherencia señores del pepé, y si bien es cierto que es absolutamente normal que os joda que la gente mate, a cualquier ciudadano ¿Cómo era?, ah si, a cualquier ciudadano de bien, le jode igual que a vosotros (parece que aquí las únicas víctimas pasean un albatros en la solapa), hay que mostrarse igual de firme y contundente con la gente que estafa, porque en ese sentido se os ve muy pero que muy tolerantes y laxos. Esta apreciación la hago extensible a todos los partidos, o por lo menos a los que tiene oportunidad de estafar, claro está.

No obstante debo decir que vuestra actitud ha pasado de ser irritante a ser ya francamente bochornosa, rozando lo friki. A la conclusión a la que llego es que el gobierno debe de estar haciendo las cosas muy requetebién para que os paséis la vida con De Juana y la seguridad ciudadana en la boquita. Ni una palabra del paro, de la economía, de las pensiones, de las políticas sociales… Si no sabéis que significan estas cosas, consultad en wikipedia. Y cambiad de discurso por favor, que estamos de vuestro trinomio MIEDO-AMENAZA-TRAICIÓN hasta el cigoto. He dicho.

01 mayo 2007

OTRA PRINCESITA...


Otra boca que alimentar. Vaya por delante mis felicitaciones a los padres de la recién nacida, Sofía de todos los Santos, les felicito a ellos y a todos los padres que hayan tenido vástagos estos días. La verdad es que a estos últimos les doy la enhorabuena y les deseo lo mejor, con sus sueldos que en algunos casos serán miserables, con sus noches en vela, con sus listas de espera para guarderías, con sus largos ratos en la sala de espera del pediatra, con sus responsabilidades.

A los protagonistas de las noticias de estos días, los príncipes de Asturias y su recién estrenada segunda hija, les deseo igualmente lo mejor, pero a mi, como español, me da mucho por saco que tenga que alimentar a otro ser humano con mis impuestos, máxime cuando ese ser humano es la futura hermana de la futura reina de España. Así, por la gracia de dios, o de no se que tradición obsoleta y retrógrada que arrastramos en este país. Que en pleno siglo XXI tengamos que soportar que la jefatura de Estado sea propiedad privada y vitalicia de una familia, no me entra en la cabeza, y mira que la tengo grande.

La familia real va a aumentar la tasa de natalidad de España ellos solitos, no hacen más que parir, pero claro, cuando la máxima preocupación para con los vástagos, es ver con que princesita o princesito europeo se va a desposar en el futuro, supongo que es fácil convertir tu palacete en una guardería. Ellos no saben de administrar una nómina, dos en el mejor de los casos, no saben de listas de espera, de no alcanzar la puntuación para obtener ayudas públicas (y algo me dice que no la alcanzarían), de rebuscar entre distintos establecimientos para encontrar los pañales más baratos, y en definitiva todas esas cosas que debe hacer el populacho que les proporciona sustento vitalicio. Debemos ser gilipollas.

Lo dicho, les deseo de corazón lo mejor como familia a secas, mucha felicidad, y salud. Sobretodo Salud, y República.

25 abril 2007

TORTURA MAÑANERA.


Son las ocho y media de la mañana y odio a la humanidad, me pone enfermo que la gente sea feliz y no le echo las manos al cuello a la Espe porque no la tengo a mano. Ayer me quedé tirado con el coche, tuve que llamar a la grúa y solo llegué una hora tarde a recoger a mi hijo. Hasta ahí no veréis muy clara la relación con la presidenta de esta nuestra comunidad.

Pues ahí va. Quede dicho de antemano que mi terapeuta está seguro que verbalizar mis frustraciones (y últimamente tengo unas cuantas) me hará mirar hacia delante. Esta mañana me despierto diez minutos antes. Me ducho, mientras me tomo el café, me lavo los dientes mientras me visto, me calzo mientras friego la taza del desayuno (¿no cuela esto último no?, venga va, que es coña, nunca friego por la mañana) y salgo disparado por la puerta camino de mi entrañable y querida obligación laboral. Por supuesto que como ser aplicado que soy, el cual odia por encima de muchas cosas la impuntualidad, ayer estuve repasando minuciosamente los horarios de los diferentes buses que me podían llevar al curro.

Primera fase del vía crucis. Debo recorrer cinco estaciones de metro, que finalmente se convierten en tiempo en algo similar a haber dado la vuelta a los cinco continentes. Nada más llegar me las prometía felices. Llego al andén justo cuando hace entrada mi tren, y además está medio vacío, menuda suerte. Los cojones. Cinco estaciones, diez paradas del vagón. Veinte minutos para recorrer un trayecto en el cual no se debiera invertir más de diez. Me armo de paciencia, me quito la chaqueta y abro el periódico. Calma Ignacio.

Llego a Moncloa. Tentado estoy en abrirme paso a machetazos entre lo que parecen juncos apiñados en los vestíbulos del intercambiador. Afortunadamente reconozco en esos juncos formas humanoides y envaino mi espada. Cuando llego a las dársenas (bonita palabra ¿eh?) tres colas de seres humanos dormidos y disciplinados en cada punto de parada hacen que me sienta un poco perdido. En los scouts no me prepararon para esto y ahora me pregunto de qué coño me sirve ahora saber hacer fuego con dos piedras o encontrar la salvación a través de un mapa del ejército. Por supuesto que pese a todo llego a la parada en tiempo para coger el autobús previsto, soy cauto y como ya he dicho, no me gusta llegar tarde.

Ni rastro del puto autobús. Nada, rien, niet, nein. Eso si, por autobuses que no sea. El intercambiador está petado de autobuses, cada cual más lleno. Cuando ubico la cola que debo guardar y llega el bus, subo, voy a pagar, y ¡Oh campos de soledad mustios collados!, por no decir algo más malsonante. No me cogen el billete de diez euros. Maldigo a diestro y siniestro y bajo de nuevo al metro a ver si consigo que me cambien el dichoso billete. Al final tengo que comprarme un bonometro en la única de las ocho máquinas expendedoras que funciona para conseguir calderilla, y por supuesto, pierdo el bus.

Cojo el siguiente después de guardar religiosamente la cola, que en esos momentos se ha alargado monstruosamente. Consigo asiento, por lo que me siento (nunca mejor dicho) un privilegiado, y tras el arranque y mucho tráfico, llego al trabajo solo veinte minutos tarde.

El resultado de mi periplo por el transporte público de Madrid se salda con un retraso de veinte minutos, más de cinco euros gastados en el desplazamiento entre la ida y la vuelta, y un cabreo supino que no consigo quitarme en toda la mañana, máxime cuando soy consciente, sumido entre la incertidumbre y el terror, de que me queda todo el trayecto de vuelta a casa.

Si va a tener razón la publicidad de Telemadrid: Espe jode lo que somos. Y yo, deseando recuperar mi coche para contaminar la ciudad, pero así salvaguardar mi salud mental.

20 abril 2007

LA IGUALDAD TIENE TRAMPA.


Al hilo de la situación en la que me encuentro en la actualidad, me asaltan determinadas dudas. Y me pregunto porqué, yo persona de pleno derecho de esta sociedad en la que vivo, me tengo que encontrar en una situación de desigualdad que no es sino la perpetuación del machismo imperante desde hace siglos. Queremos igualdad. Si. Si, pero… Nadie va a estar más a favor que yo en lo que se refiere a la igualdad de la mujer y el hombre. Apoyo a las mujeres en su lucha por ser miembros activos de participación en todos los ámbitos de la sociedad. La igualdad sería algo así como conseguir que participen al cincuenta por ciento en todos los ámbitos de la vida, a nivel laboral, social, familiar…

Y aquí radica la trampa. Quieren participar al cincuenta por ciento en todo menos en una cosa. En relación a los hijos quieren mantener una autoridad que tiene sus raíces en la concepción machista de mujer como ama de casa y al servicio de la familia. Para eso no queremos igualdad, solo queremos hacer la revolución en aquellos aspectos en los que consideramos que estamos en inferioridad. En los otros, y concretamente en los aspectos relacionados con los hijos, quieren seguir manteniendo una dictadura férrea con la tranquilidad de saber que el poder judicial las ampara.

Entonces me he puesto a pensar en las leyes contra la violencia de género. Trabajo a diario con mujeres maltratadas y me alegra el hecho de que pongan a mi servicio herramientas para optimizar mi labor en este sentido. Pero, ¿Porqué lo llaman violencia de género?. En estas leyes no se hace referencia al hombre sino es como agresor, nunca se habla de él como posible víctima. Según la RAE la definición de género es la siguiente:

(Del lat. genus, genĕris).
1. m. Conjunto de seres que tienen uno o varios caracteres comunes.
2. m. Clase o tipo a que pertenecen personas o cosas.


Estas definiciones me llevan a pensar que lo femenino tiene tanto de género como lo masculino, pero en la ley se da por hecho, y como tal se aplican las leyes, que el agresor es el género masculino y la víctima, el género femenino. Con lo cual la ley debiera llamarse Ley de prevención de violencia de género masculino sobre el femenino.

Volviendo a la mencionada ley (en este caso la Ley de la C.A. de Madrid 5/2005, de 20 de diciembre, integral contra la violencia de género de la Comunidad de Madrid.) que protege a la mujer y en ningún caso al hombre, su artículo segundo de su título segundo recoge:

La Violencia de Género a que se refiere la presente Ley comprende toda agresión física o psíquica a una mujer, que sea susceptible de producir en ella menoscabo de su salud, de su integridad corporal, de su libertad sexual, o cualquier otra situación de angustia o miedo que coarte su libertad. Asimismo, se considera Violencia de Género la ejercida sobre los menores y las personas dependientes de una mujer cuando se agreda a los mismos con ánimo de causar perjuicio a aquélla.


Si cambiamos el concepto “mujer” (único género protegido por esta ley) por el de “hombre” nos sale como resultado cientos o miles de padres maltratados diariamente sin ninguna protección o amparo. El problema es que en este país no se considera violencia contra un ser humano el hecho de que éste solo pueda disfrutar de un treinta por ciento de la vida de su hijo, se sigue considerando natural, que pese a gozar de exactas condiciones socio laborales y económicas ambos progenitores, la mujer tenga un derecho natural y prioritario sobre el hijo menor. Pues es una pena, y yo lucharé contra esta injusticia, porque tan natural es que la mujer tenga preferencia en el contacto con un hijo como que no tenga derecho a votar. ¿O ambas son reminiscencias machistas? La madre impone y el juez dispone. La violencia y la igualdad son cosas de todos, basta ya de hipocresía.

11 abril 2007

&%&$@+`^^稨ç¨!!!?¿?/&%/&%¿?¿?¡'¡'


No me sale. Sencillamente no me sale. Y lo que me podría salir no quiero colgarlo aquí. Temporalmente me encuentro cortocircuiteado, por lo que hasta nueva orden, no se si dos horas o dos semanas, me declaro de baja bloggera. Gracias a los que entráis y leéis lo que escribo, y también gracias a los que no lo hacéis.

Besitos.

04 abril 2007

NO SE ADMITEN DEVOLUCIONES.


Como estamos a puntito de comenzar la Semana Santa laboralmente hablando, me voy a unir a la DGT en pedir prudencia en la carretera.

Mucha gente va a conducir hasta su lugar de vacaciones, gente conocida y gente que no lo son, y que espero que no me los presenten en el telediario de las tres.

Lo malo de los accidentes de tráfico es que ocurren de verdad, y que le pueden ocurrir a cualquiera. No solo hay que ser prudente, sino que hay que estar atento a los demás conductores, sobretodo de esos que no son tan prudentes, y en su ánimo indecente y suicida, les suda el hipotálamo si se llevan a una familia entera por delante. Lo malo de palmarla o de quedarse tullido es que es como ser boy scout. Es para toda la vida. Un fiambre que yace en la cuneta no puede decir “oiga que me arrepiento, no estoy satisfecho con el resultado, así que devuélvame la vida”. Que va. Te jodes y estás muerto. Y por cierto que no solo te jodes tú, jodes a tus padres, para los cuales la vida dejará de tener sentido de forma fulminante (acarrearán esa pena toda la vida, como una cadena perpetua), joderás a tu pareja (ella encontrará tarde o temprano un sustituto, espero que más sensato y menos gilipollas que tu) y ella también perderá un trocito de su vida, joderás a tus amigos, a toda la gente que te quiere. Lo de quedarse tullido es una putada, y en este caso es una putada muy grande para ti, pero también para los que te rodean. Por hacer el cafre les has montado un pitote que lo flipas. Tienen que cargar contigo por los siglos de los siglos.

Invertir un rato más en llegar a tu lugar de destino es la mejor inversión que te puedes imaginar. Tiene una rentabilidad impresionante. Una horita más de viaje, a una velocidad prudente, con las pertinentes paradas, manteniendo la distancia de seguridad y ¡bingo!, ¡Siempre toca señorita y señorito!, de premio una vida entera por delante para disfrutar de uno mismo y de los demás, para decidir si se quiere ser feliz o no, para pensar en lo que se quiere hacer, conseguir, sin que una barra de hierro te atraviese el gaznate en la autopista por hacer el capullo, todo aquello que soñaste, o quizás no, pero vivo, que es un elemento importante en la vida diaria.

Pues eso, no hagáis el imbécil y estad atentos a la carretera, que hay muchos accidentes fruto de la mala suerte y un azar cabrón que te clava la estaca en el momento más inesperado. Pero muchas de las tragedias en la carretera son consecuencia de la imprudencia, de la chulería, de las prisas, del egoísmo de una actitud irresponsable e irreflexiva, porque nadie lo piensa, nadie es conciente de lo que puede ocurrir, porque se mire como se mire, morirse es una putada. ¿O no?.

03 abril 2007

FE SE ESCRIBE CON R.


R de Rouco Varela. La iglesia es implacable. Lo dije hace unos días, como también afirmé que el que se embarca en semejante viaje, con semejantes patrones de la moral, sabe a lo que se arriesga. Estoy un poco confundido. Toda mi infancia y parte de mi adolescencia siguiendo los caminos del señor, acudiendo a catequesis, a misa los domingos y con un convencimiento de pura inercia sobre mi supuesta fe. Abandoné el redil y los vericuetos de mi vida no solo me alejaron de la doctrina de la iglesia, sino que borraron cualquier atisbo de fe que hubiera podido anidar en mí. Yo no creo en dios. Yo creo en los hombres. Pero ni con esas me libro.

Resulta que cuando acudía a catequesis, me enseñaron que un tal Jesús, predicaba entre los pobres, vivía de forma austera, se juntaba con los marginados, los proscritos, obraba milagros, curaba a los enfermos, se juntaba con los niños, repudiaba a los mercaderes del templo, dejaba a la manada para buscar y recoger a una oveja perdida. Y yo flipando. El Ché Guevara me pareció un mierdecilla al lado de semejante revolucionario. Pero entonces llegó la iglesia, con su maquinaria implacable, con su doctrina y afán intervencionista en la vida de los hombres y mujeres que aún sintiéndose libres, se subyugan a las pautas establecidas por un Vaticano burgués e imperialista.

Y la fe se escribió con R de Rouco. Y este magnate del espíritu, especulador de la moral, decidió cerrarles el chiringuito a los pobres, dar la espalda a las familias más necesitadas y dar al traste con la esencia del espíritu cristiano predicado por Jesús. La parroquia de Entrevías se cierra. Su catequesis no es homologable, sus misas no se ajustan a la doctrina de pensamiento único vaticano, por lo tanto, y como ya hicieron con los Teólogos de la Liberación, hay que convertirlos en proscritos.

Pero el pueblo, el barrio de Entrevías ha dicho que no. Que la Iglesia, la de verdad, la que se escribe con mayúsculas, somos todos. Porque así lo dijo Jesús, y si hay que luchar contra la infame conferencia episcopal, se lucha, si hay que plantar cara a Rouco, que descansa tranquilo rodeado de una vida opulenta, se hace. El vive alejado de los pobres, lejos de las realidades que se viven en España y en países del llamado Tercer Mundo, mientras muchos sacerdotes y monjas se baten en duelo por todos los rincones del mundo contra el SIDA, la malaria, el tifus, la pobreza, la droga, el hambre. ¿Sabe usted lo que es el hambre señor Rouco Varela? Si Jesús le hubiera pillado en el templo le hubiera sacado de ahí a ostias.

Hoy, yo también soy parroquiano de San Carlos Borromeo, "la Iglesia Roja". Entrevías en Lucha. Hasta la Victoria Siempre.

02 abril 2007

MATAR A UN NEGRO.


Matar a un negro. Quizás me haya salido un título un poco fuera de tono, que no es muy políticamente correcto quiero decir. Es que ayer vi una peli en la que se juzgaba a un hombre de color blanco por matar a un hombre de color negro. El caso es que tanto el asesino (me ahorro lo de presunto porque al principio del filme se ve como le descerraja un tiro por la espalda al menda de color negro) como muchos de sus vecinos, creían, y por desgracia aún los hay quienes creen, que los negros no eran como los blancos, que no tenían alma, que no eran hijos de dios. Hablamos de la América del Norte de los años 60.

Lo que a todas luces para un ser civilizado, el racismo hacia los que nos son diferentes, resulta escandaloso, los negros, para aquellos fieles y cariñosos padres de familia, para aquellas mujeres de misa diaria y para aquellos niños y adolescentes, perfectos boy scout y ejemplares estudiantes, no eran más que animales a los que había que domesticar, para en el mejor de los casos hacerlos sus esclavos a golpe de autoridad, y en el peor, como era el caso de los líderes de los movimientos civiles a favor de la igualdad, había que erradicar.

Si señor. Esa realidad ha cambiado, como terminó por cambiar la opresión que sufrían las mujeres en algunos países, en otros se las sigue tratando como animales. Los negros lograron unos derechos que eran innatos por justicia y por sentido común, y las mujeres lograron la igualdad, también por justicia y por sentido común. Pueden votar, trabajar, vivir de forma independiente…Lo normal vamos. Pero esto que es normal, hay mucha gente que no lo concebía. “El sufragio es un derecho de los hombres, las mujeres no están capacitadas para ejercer tal elección”, se podría oír entonces. Pero si cambió, y las mujeres pueden votar en libertad.

Y llegamos al siglo XXI y se plantea otra lucha en materia de derechos civiles. El matrimonio entre personas del mismo sexo. Y entonces muchos fieles y cariñosos padres de familia, mujeres de misa diaria y niños y adolescentes, perfectos boy scout y ejemplares estudiantes, para los cuales matar a un negro es una aberración, y ven como un progreso elemental que las mujeres puedan votar, se echan las manos a la cabeza porque una panda de desviados y enfermos mentales (así se les ha llegado a calificar) puedan mancillar la institución del matrimonio. “Es que el código civil recoge el matrimonio como la unión entre el hombre y la mujer”, pues se cambia, o ¿queréis que echemos un vistazo a la legislación civil de hace 150 años?, a lo mejor alguno, y sobretodo alguna salía perdiendo. “Es que el diccionario de la RAE también lo recoge de ese modo”, ¿Me habláis de ese diccionario que cada año modifica definiciones e incluye nuevas, para dar cabida a todo tipo de anglicismos bochornosos y al avance tecnológico?

No son razones de peso señores, es la infecta moral la que pesa sobre sus percepciones de la vida, la barrera que no les deja concebir la lucha por los derechos civiles como algo universal, para todos y para todas, y lo que hoy parece una aberración, el matrimonio homosexual, como lo fue la igualdad de los negros y los blancos y el sufragio femenino (no os diferenciáis mucho del que despreciaba a los negros o negaba los derechos a las mujeres), dentro de unos años será dignidad, libertad e igualdad, y eso es lo que yo quiero para mi hijo, y para los vuestros.

30 marzo 2007

EIN? CAN LLU REPIT??????


El grupo de música Dover ha ganado tres premios en la gala que tuvo lugar ayer para condecorar a la mejorcito de su ramo. De forma accidental me paré a ver un rato la entrega de premios en la tele y justo en ese momento actuaba el mencionado grupo. No me desagrada, tiene su puntito marchoso y ahora, con el giro que han dado, resulta bastante festivalero. La única cose que no entiendo es porqué cantan en inglés. Dover es el único grupo español que canta en la lengua de la Gran Bretaña y que ostenta el dudoso honor de hacerlo de tal manera que ni siquiera los nativos de aquellas islas entiende una palabra de lo que dicen. Quiero decir que si cantaran en suahili entenderíamos lo mismo.

No se si tendrá que ver con lo extraordinariamente grosera, soez y desagradable que resulta la vocalista en cuestión, que no se si se llama Amparo, o a lo mejor Amparo en la rubia tísica que toca la guitarra y que resulta ser hermana de la primera. He estado en dos conciertos de ese grupo y francamente, ver como la tía esa escupe al público, se comporta como un hooligan borracho desbocado y retuerce los músculos de la cara hasta el punto que hace parecer a Jim Carrey un aficionado a los gestos, no me va mucho. Ahora lo cachondo, es que una vez han abandonado el pseudo hevy pijo de la zona noroeste de Madrid, y desembarcados en la música electrónica al más puro estilo aprendiz de Madonna, le da por vestirse con vestiditos sesenteros, rollo estudiante frígida con ensaimada en la cabeza incluida.

Dicho todo esto, debo admitir que me encontraba un poco escaso de ideas hoy y he echado a suertes a ver a quien le hacía yo un traje. Y les ha tocado a ellos, mala pata. Estoy dejando correr un poco el aire y cargarme las pilas para dedicarle una preciosa carta de amor al trío calavera, Acebes, Zaplana y Rajoy y a su comandante en jefe, An$ar (si no los menciono, reviento), pero eso llegará otro día, que si no me dicen que me repito mucho con el tema, y entiendo que provoca acidez.

Con respecto a Dover, decir que me parece estupendo que les den premios y que yo seguiré escuchando sus canciones siempre que me gusten, pero procuraré que en mi afán por conocer gente nueva, éstos se parezcan lo menos posible al troll que lidera la banda y que canta en un idioma que solo ella conoce.



Por cierto que la torda de la que hablo es la de la foto, en esta sale guapa, por si alguien sentía curiosidad.

28 marzo 2007

SUERTE LA TUYA COMPADRE.


Estaba yo apunto de desenfundar la pluma para hablar del patético e indecente boicot a Prisa, de las tordas que se presentaron a Miss España (vaya tela…) y de los ochenta céntimos que cuesta un café para Zapatero, cuando me he tenido que marchar para hacer una visita a una señora mayor (cuestiones de curro).

He salido de casa de la señora con una sensación extraordinaria. Paso de las chorradas arriba indicadas, a las cuales ya les dedicaré mi tiempo en mejor ocasión. Ahora quiero hablar de la señora en cuestión. Los pelos como escarpias se me han quedado al escuchar a la mujer contarme que era viuda desde hacía catorce años y que seguía queriendo a su marido igual que el primer día. Sus palabras se quebraban y no pudo la buena mujer reprimir las lágrimas. “Lo mejor de mi vida”, “el hombre más bueno del mundo”. No he podido dejar de sentir cierta envidia por ese fulano, que reposa en algún lugar y que le ha quedado la satisfacción de haber sido amado y haber amado. Pero amor del de verdad, del bueno, del que hace que uno pueda salvar cualquier obstáculo, por el que uno vive y muere, ese que hace que frente a la adversidad uno desenvaine la espada, se ponga el mundo por montera y con un sonoro “voto a tal” se entregue al lance con la seguridad de estar haciendo el bien, de saberse respaldado por el amor que entrega y que recibe, de saber que el mundo puede cambiar y que quiere que ese mundo cambie manteniéndose al lado del otro.

Me sentí relajado en la silla, y lo que suele ser una visita fugaz y de rutina, se convirtió en un fabuloso cuenta cuentos al que asistía como privilegiado invitado. Me contó que empezó a trabajar a los nueve años sirviendo a una familia de militares, que dejó de trabajar a los veintinueve cuando se casó “con el hombre más bueno del mundo”, que él ya padecía de los bronquios, pero que eso no fue un impedimento para su compromiso, que ha tenido un solo hijo que es, si cabe, más bueno que el padre, que su nuera es como su hija y que reza cada día para que nada malo les ocurra. En su relato se mezclaba el cansancio, la admiración, el respeto, la preocupación; capítulos de una vida intensa en la cual le mereció la pena embarcarse al lado de un compañero de viaje al que seguía teniendo al lado, más allá de la foto de recién casados, antigua y con ese color amarillento que imprime la luz sobre el papel con el paso del tiempo, le tenía y le tendrá a su lado hasta el día que nos diga “ahí os quedáis, que yo me voy con mi marido, que ese es mi sitio”.

Me marché de su casa pensando en todo lo que me había regalado, y no pude reprimir una sonrisa burlona, una mueca que dediqué a la vida que día a día procuramos complicarnos de una manera u otra, a través de ambiciones mundanas, de aspiraciones utópicas, de bocados de fantasía, de intolerancia inflexible, sin darnos cuenta, que todo ello no contribuirá a que nos amen, ni a amar, y si en vida no nos han amado, no nos recordarán, entonces si que morimos.

Suerte la tuya compadre, que sigues más vivo que muchos de los que se arrastran por los caminos de la vida.

23 marzo 2007

COSTALERAS Vs. SANTA MADRE IGLESIA.


No señor, solo faltaba, ahí, debajo del paso dale que te dale, frotándose y frotándose sin ningún pudor, orgía, fornicio, desmesura… Y claro, al final uno (y una) desatiende sus obligaciones y el paso va a destiempo. Es que no me extraña que el hermano mayor de una hermandad cordobesa haya prohibido, después de seis años llevando el paso, que dos mujeres costaleras, sigan con dicha función. Piensen ustedes en las mujeres de los demás costaleros, el fervor religioso distorsionado por los celos irreductibles que les lleva a centrar su atención en la infidelidad marital que se lleva a cabo bajo el paso, en lugar de pedir penitencia y buenos augurios para todo el año. Es que no puede ser.

Es que la situación pone mucho, no me digan que no. Veinte tíos, en este caso con dos tías, sudando como animales, con turbantes en la cabeza (desconozco porque se los ponen pero muchos lo hacen) con unas chepas que les salen por el peso del Santo y con un semblante de esfuerzo super sexy. Lamento comunicar: El hermano mayor y los representantes de la santa madre iglesia que se han mostrado a favor de la medida están enfermos, probablemente algún tipo de obsesión sexual, fruto de una educación reprimida, que les lleva a ver donde no hay, o es que a lo mejor para ellos si que hay, quien sabe. En cualquier caso yo no dejaría a una hija de ocho años a su cuidado. Estos de la iglesia no hacen más que patinar. Cuando hablo de la iglesia me refiero a la iglesia como institución, machista, retrógrada, sectaria y homófoba. No me refiero ni a los creyentes (muchos de los cuales son el fiel reflejo de lo anteriormente descrito) ni a ciertos religiosos que ejercen su labor con mucha dedicación y entrega al prójimo.

La verdad es que las costaleras en cuestión sabían a que carro se subían, y cuando uno se relaciona con instituciones sectarias sabe lo que se juega. La iglesia es así y a este paso así seguirá, dando lecciones de moral a diestro y siniestro, viendo en el ojo ajeno no se que de unas pajas sin ver las que se hacen los suyos, y si las ven lo ocultan, o en el peor de los casos, les promocionan (véase el obispo de Boston). Lo que me pregunto es si cualquier entidad o institución marginara a alguien por ser mujer, gay, divorciado o cualquier otra cosa dentro de la gama de características excluyentes que reúne el formulario de inscripción de la iglesia católica, si no se abriría algún expediente sancionador, o no se les obligaría a indemnizar a los agraviados, o al menos se les reprocharía públicamente por parte de las instituciones y de los partidos políticos. No, lo digo más que nada porque es inconstitucional, y como para según que cosas algunos en este país tiene a la Constitución en la boca todo el santo día, pues igual… Pero claro, parezco gilipollas, con la iglesia hemos topado.

22 marzo 2007

HA SIDO UN PLACER.


Estamos condenados a desaparecer. Muy pronto no tendremos nada de humanos. Seremos una especie de androide cutre, camino entre C3PO y algún friki moderno. Lo dicho, estamos acabados, caput. Ayer me costó un güevo de pato escabechado encontrar un buzón. Si, un buzón de esos amarillos de toda la vida, donde uno mete una cosa llamada carta en formato papel y luego una empresa llamada Correos (por cierto que vaya nombre más soez, ahí, imponiendo acciones) la lleva a su destino. Estaba en pleno centro de Madrid y pude pasar por delante de quince Cíber cafés antes de encontrar un buzón. Mi sorpresa rayó la indignación cuando, ofuscado ya por las circunstancias, decidí preguntar a un barrendero si sabía donde podía encontrar un buzón y que no fuera en el Museo Antropológico. “¡Buf! Yo creo que es que de eso ya es difícil encontrar” Contestó. Si os lo digo yo, terminaremos por ir a pilas.

Está claro que la tecnología se está imponiendo a las tradiciones de forma excluyente, y que por más que pensemos que pueden ser compatibles al final la marginación de hecho que van a sufrir ciertas costumbres las llevarán a su desaparición. Se ve que los buzones se hacen innecesarios. A las cabinas telefónicas se las empezó a arrinconar cuando se impuso el teléfono móvil y proliferaron los locutorios como setas. Menos mal que la carta que envié no necesitaba sello, porque ya veo la cara de asombro del tío del estanco al escucharme pedir el sello, que por cierto ahora son pegatinas, que hay que cuidar la estética y pasar toda la lenguaza por el pegamento de la estampita no queda estético, e incluso fomenta la drogadicción entre los jóvenes (que me lo ha dicho la Mari, mi vecina del primero). Pues eso, que ahora da más vergüenza ir al estanco a pedir un sello que hace unos años entrar en una farmacia llena de viejecitas recién salidas de misa a comprar una caja de preservativos sabor a fresa.

Si es que estaba cantado. Teníamos que haberlo sospechado cuando todos pusimos un microondas en nuestra vida y apartamos el cazo de nuestros despertares. Si es que se veía venir. Llegaron los Ipods, las PDAs, las teles con pantalla TFT, los móviles, los MP3, los Tamagochis (cuanto daño han causad estos seres electrónicos…), el Messenger, los mails, la domótica, los GPS, y como no, el soporte infame en el cual os cuento mi devenir diario a golpe de teclado, que ha condenado a mi pila de cuadernos al más oscuro ostracismo.

21 marzo 2007

TRABAJO Y DIGNIDAD.


Cuando la ignorancia y la indecencia se hacen con cargos de responsabilidad en nuestra sociedad, la gente de bien anda lista de papeles. Vivo en mis carnes el despotismo infame de la persona más soez, inculta, altanera e irresponsable (por poner unos cuantos ejemplos) desde hace ya muchos años. Lo malo no es la conducta indigna que tiene hacia los que la rodeamos y en definitiva dependemos de ella, lo peor es que nuestro jornal y el de nuestras familias dependen de su libre albedrío, y éste se mueve cual veleta en función de los golpes que sepamos encajar. Si nos arrastramos a sus pies, aprobamos y apoyamos sus desmanes diarios, encajamos los estoques a nuestra dignidad como trabajadores, o lo que es peor, como personas, y no rechistamos, entonces viento en popa a toda vela.

Lo temible es que hay gente así que ocupa cargos públicos, con responsabilidades ciudadanas, con sueldos estratosféricos y con una capacidad de acción que ya querrían para si muchos presidentes del gobierno. Suelen estar instalados en pequeños municipios, manejar un presupuesto municipal de área nada desdeñable, y encontrar en la connivencia de la oposición su mejor refugio, hoy por ti, mañana por mi, compadre.

En el caso que nos ocupa, se puede decir que reúne todos los requisitos anteriormente descritos, pero además se comporta como una cacique medieval, dispone de la gente a cambio de favores, y suele ir rodeada de una panda de indeseables a los que maneja a su antojo a cambio de resguardarles bajo un manto invisible y fantasma, son sus hombres de honor, son unos comemierdas, que tarde o temprano terminan defenestrados, en la cuneta, sin oficio ni beneficio. Lo he visto con mis ojos, y nunca, nunca, me han dado pena, porque ya lo dice el refranero español, quien siembra vientos...

Nos trata mal. Tampoco se puede decir más. Lo que pasa es que un contrato temporal y un gasto mensual de hipoteca, alquiler, guardería, comida para el enano y ropa, es una ecuación ideal para mantener a raya a una dignidad menguante pero latente. Tienen la suerte de los etarras, la suerte de vivir en una sociedad que no utiliza la revuelta violenta, el camino más cómodo y expeditivo, la que nos permitiría colocarles el pescuezo entre dos maderos en la Plaza Mayor, y al grito de Dignidad y Libertad, dejar que el zumbido de la cuchilla les susurre las cuentas pendientes que tenían con los que queremos una sociedad mejor y les hemos padecido. Y después, Zas, un problema menos.

20 marzo 2007

THE IMPORTANCE OF BEING FATHER.


Lo que es la vida. Uno se pasa su existencia intentando mantenerse firme, y sobretodo parecer firme en determinadas convicciones, y cuando menos te lo esperas, la riada de la contradicción te ha hundido en una marejada de reflexiones y correcciones vitales de las cuales es complicado salir indemne. Yo, integrante de pleno derecho de una sociedad consumista, de la cual participo y muy a mi pesar, a veces gozo, intento proyectar una imagen de independencia surrealista que a veces da hasta risa.

He mantenido siempre que determinadas festividades han nacido con el fin último de gastar y consumir. Nos inventamos “El Día de…” sin ningún pudor y determinamos que la actividad protagonista sea siempre e inevitablemente, hacer un regalo. Pues ahí me he encontrado, toda la vida, en un alarde de rebelión (interesada) frente al liberalismo económico que nos acecha, pasándome por el forro aquellas fechas que consideraba, no ya paganas (las navidades tienen también lo suyo), sino abiertamente cómplices del afán consumista que terminará por engullirnos, si no lo ha hecho ya.

Pues aquí me encuentro, el día después de mi segundo día del padre, babeando por las esquinas porque mi enano me ha regalado (hagamos caso omiso al matiz: tiene catorce meses recién cumplidos) un marco rodeado de lazos de pasta pegados, que enmarca una huella de su mano en azul. Y entonces aquellas cosas que me planteaba yo, ya crecidito, cuando veía los bodrios que regalábamos a nuestros padres con motivo de la mencionada festividad, que eran del estilo “¿Cómo puede ser que guarden estas cosas con lo feas que son?”, acaban de encontrar respuesta al recibir el primer regalo de mi hijo. El muro de firmeza y sólidos principios se ha fundido como un helado de chocolate (por poner un símil empalagoso), pero es que os puedo asegurar que el marco es más bonito… Je.

Felicidades a todos los padres.

16 marzo 2007

HUELE MAL.


Sin ánimo de parecer un ser irritante e irritado, debo decir y digo que estoy hasta el hipotálamo de que la gente sea una cerda. De ninguna manera daré la razón a Sánchez Dragó en lo referente a los madrileños guarros, ya que considero que este extremo es extrapolable al resto de la geografía española. Es intolerable. Estoy harto de la gente que huele mal. Puede parecer un comentario frívolo, superficial e incluso clasista. Me viene al pelo, porque atesoro entre mis escasas virtudes las tres mencionadas, e incluso creo que también podría recordar algún defecto.

Lo dicho. Estoy hasta los güevos de la gente que desprende mal olor. Todo esto viene a que ayer, en uno de mis viajes en metro se me sentó al lado una mujer mayor que no es que oliera mal, es que a aquello ni siquiera se le podía catalogar como olor. Yo, que me han educado para saber estar en cualquier situación, capee la inmundicia con todo el aplomo que pude, lo que no pude evitar fue una leve, aunque persistente, sensación de enfado. Mientras me protegía los orificios nasales como buenamente podía, pensaba lo fácil que resulta ir aseadito todo el día. Es una actividad que no requiere mucho esfuerzo, no daña e medio ambiente, con una mínima inversión en tiempo y sobretodo muy barata. Una pastillita de jabón, un desodorante y un frasco de esos de litro de colonia, queda perfectamente apañado con tres escasos euros. Me pregunto que empuja a un ser humano a ir provocando nauseas allá por donde pasa. Supongo que es dejadez, falta de educación y de civismo y así, dicho en plan castellano antiguo, ser un pedazo de cerdo.

Intenté excusar a la señora, que además de mayor tenía la mirada como ida (me esforcé por dilucidar entre las dos opciones posibles: o padecía algún tipo de enfermedad mental o su propio olor la había dejado en estado cuasi vegetativo, lo cual puedo dar fe, era una hipótesis a considerar), y aliviado me levanté del asiento antes de llegar a mi destino. Lo que terminó por soliviantarme antes de abandonar el vagón es que la jovencita que se encontraba en la puerta desprendía un hedor, distinto al de mi compañera de bancada, pero igual de infame. Pálido mantuve el tipo entrecortando la respiración para huir de aquel ataque químico, y una vez en el andén pensé lo lento de mis reflejos y mi falta de altruismo didáctico ya que podía haber instruido a la torda con una lección de higiene gratuita, en plan haberla vomitado encima, poniéndole en bandeja una excusa perfecta para darse un enjuagado.

Que asco.

15 marzo 2007

INMACULADA DECIDE MORIR.


Inmaculada decide morir. No le he cambiado el título al libro de Paulo Coelho, y aunque en este caso, no se llame Verónika, hoy la protagonista es una mujer andaluza que se ha liberado de un lastre, su propia vida. El debate moral acerca de la eutanasia nos acompaña desde hace tiempo, en el caso de la eutanasia pasiva, parece que hay cierto consenso, ya que no causamos la muerte a nadie por acción, sino que lo que hacemos es no prolongarla de manera artificial. La eutanasia activa es otro cantar, que como siempre pasa, es tema sobre el que todos nos permitimos el lujo de opinar, sin ser capaces de empalizar lo más mínimo con los verdaderos afectados, imponiendo nuestro criterio moral, a la vida real.

Yo me alegro por Inmaculada, que así se llama la mujer que sacó su billete de ida y embarcó gustosa hacia algo que desconocía, pero que a todas luces se le antojaba mucho más apetecible que una vida amarrada a la cama. Ella quería morir y murió. Como debe ser. La vida es patrimonio exclusivo de uno mismo, y solo de forma individual se puede elegir entre hacer uso de ella, o pasar página. Ni la iglesia ni el estado, ni los diferentes grupos de presión que quieren satisfacer sus expectativas morales proyectando de forma impositiva un estilo de vida que ellos consideran adecuado, pueden hacerse valedores de la vida ajena, instructores de pensamiento único acerca de cómo cada cual debe vivir, y por supuesto morir. La dignidad es un sentimiento individual que cada uno calibra según sus propias vivencias. Para Inmaculada la dignidad en vida pasaba por dejar de padecer día a día su dolencia, y por desgracia solo había un camino, decidió libremente (no dudo que muchos soplagaitas mesiánicos entrarán a valorar el concepto “libremente” y si esta mujer estaba facultada para tomar en libertad semejante decisión) tomarlo, y en su muerte labró la dignidad que la había faltado en vida.

Inmaculada ha muerto para los que aquí se quedan y la quieren. Para ella, no ha hecho sino empezar el resto de su vida, ha zarpado en un barco en el que había querido navegar desde hacía diez años, y por fin ayer, se le permitió soltar amarras. Yo me alegro.

14 marzo 2007

PROXIMA ESTACIÓN: HASTÍO.


Hoy estoy de malas. Entre que he dormido fatal y que acabo de firmar mi noveno contrato temporal en el mismo puesto de trabajo, me voy a poner las botas. Que me llamen frívolo, me importa un güevo de pato, pero los dos partidos políticos mayoritarios de este país están excediéndose en las labores sexuales para con los ciudadanos. Es decir, están dando demasiado por culo (lamento la ordinariez, pero ya he explicado que estoy muy quemado).

Se pasan el día enzarzados en disquisiciones, que sin dejar de ser importantes, andan demasiado lejos del pueblo. Los que cogemos el metro, o el coche por la mañana para ir a currar, los que trabajamos lejos de las políticas económicas, los grandes pactos de estado (aunque sean estos una especie en peligro de extinción), los que tenemos muchas otras responsabilidades aparate del propio trabajo fuera de casa, los que miramos la cuenta veinte veces al mes para ver como vamos de pasta. Y como no, los que firmamos ochocientos contratos para seguir rumiando en la misma mesa todos los días. Cuando ocurre esto último, a uno le dan ganas de meter a los sindicatos complacientes y a los gobiernos mentirosos (de paso unimos a ellos a todo el arco parlamentario, por no oponer resistencia) en una cápsula y mandarlos a tomar por culo, para que sigan discutiendo sobre sus memeces y resolviendo sus traumas fálicos, lejos de donde puedan hacer daño.

Que no me venga ningún gobierno más a venderme la moto sobre la estabilidad en el empleo, sobre las políticas de consolidación laboral, sobre intenciones mesiánicas en relación a un futuro laboral incierto de muchos curritos, que no es que les preocupe su futuro, es que les agobia su presente. Trabajo en la administración pública desde hace muchos años, no soy funcionario, hago guardias por las que no me pagan y renuevo contrato anualmente, cada uno con su pertinente periodo de prueba, y lo único positivo que he sacado de esto, es que me voy ahorrar un pastón en el papel para la pared de mi casa, porque la tengo forrada de contratos.

Quizás la cita de Sastre esté en lo cierto, pero a veces se hace difícil. Por mi parte que les vayan dando.

12 marzo 2007

11-M.


Blas de Otero veía Europa ahogada en sangre,

Y España también sangraba...

Cuando la paloma despegó, quisieron quebrar sus alas,

Europa sanaba,

Y España aún sangraba,

Cayeron los muros y las alambradas,

Ya se respiraba, se crecía,

Pero se mantenía la llaga, y ésta sangraba.

Y aún hoy, con las alas desplegadas,

Los lobos rondan sedientos derramando dolor y lágrimas,

Y España todavía sangra...



¡Basta ya!



Este poema que escribí se publicó en un libro que editó un Ayuntamiento con motivo de los atentados y quería reproducirlo como homenaje a las víctimas. Que la historia no se vuelva a repetir y el tiempo ponga a cada uno en su sitio.

09 marzo 2007

A DIOS PONGO POR TESTIGO.


Resulta que iba a entregar todo mi ser a un ejercicio de vanidad impropio en mi, utilizando este espacio para comentar a quien deseara leerlo que han seleccionado un relato que presenté a un certamen como uno de los 10 que serán publicados en un libro, y por causas ajenas al tema me han saltado los plomos.

Estoy hasta el epidídimo. Hasta el izquierdo para ser más exacto. Los seres humanos estamos condenados, no ya a estar dominados por las máquinas, no, estamos condenados a echarnos en manos del suicidio como única solución al desgaste al que nos someten supuestos avances tecnológicos. Ríete tu de los funcionarios y de las doce pruebas de Asterix. Una mierda. En quince minutos esta mañana me han salido cuatro arrugas, siete canas, una enorme bolsa, que, perdonen la frivolidad, es un atentado contra la estética y el glamour, bajo el ojo derecho, y se me ha puesto una mala baba propia de un cascarrabias de ochenta años.

Me explico. He llamado a Iberdrola. Quería hacer una gestión básica, sencilla hasta para mi enano, cambiar titular del contrato y de la cuenta bancaria. Haceros cargo. Yo, risueño de buena mañana (aunque tenía más de sueño que de ri-), cojo el teléfono, aún optimista, y marco:

- Piiii…
- Buenos Días, teléfono de atención al cliente de Iberdrola…- Para eso son unas máquinas, no pasa más de un tono y ya te ha descolgado la torda enlatada, si quieres colgar, allá tu, pero de entrada pagas.
- Hola…- Musito suave antes de que me corte otra vez el R2D2 con voz femenina.
- Si quiere pedir un duplicado, pulse uno. Para incidencias pulse dos. Para cambio de cuenta bancaria pulse tres…
- ¡Ostias!- La primera vez en la vida que me clavan la opción deseada nada más empezar- ¡¡¡¡Tres, tres, tres!!!!- grito como poseído por el diablo de Tasmania mientras mis compañeras de despacho empiezan a mirarme de reojo entre la sorpresa y el miedo.
- …Si quiere una visita privada al botafumeiro de Santiago de Compostela….- la máquina seguía y ni caso… Coño, si es que había que pulsar y no gritar…Es que la emoción me nubló el sentido…

Pulso el tres.

- Diga uno a uno los números de referencia del contrato.
- Tal, tal, tal y pascual…

Mi paciencia empezaba a parecerse a la empatía existente entre Acebes y Rubalcaba, c’est a dire, empezaba a estar más que cabreado. Lo malo no fue el cambio de número de cuenta, no, lo malo vino después. Cuando quise cambiar el titular del contrato. No reproduzco las opciones porque como ya me temía yo, mi opción no existía. ¿Y ahora que? Utilicé la única opción que me quedaba, que aunque no venía recogida en el amplio menú que me ofertaron, era, al fin y al cabo, lo que quería hacer:

- ¡Quiero hablar con un operador, coño!
¡Oh! Milagro. La, llegados a este punto, maldita zorra enlatada que había atendido mi petición me dijo que me daba paso con un operador.
- En estos momentos todos nuestros operadores están ocupados, su llamada será atendida en aproximadamente tres minutos…

¡Arggggg! ¡Tres minutos! Huelga decir que los tres minutos se expandieron en el tiempo cual soufflé en el horno. A estas alturas mis compañeras me traían vasos de agua y pañuelos para que me enjugara las lágrimas, e incluso alguna me sugirió, creo, un tratamiento con no se que psiquiatra experto en trastornos burocráticos. No voy a reproducir los exabruptos con los que di la bienvenida a la torda de Iberdrola, por respeto a las buenas maneras.

No voy a extender mucho más, pero si os contaré el resultado. Finalmente conseguí cambiar el número de cuenta, el titular del contrato, volví a tener que cambiar el número de cuenta porque no se había registrado, y recepcioné positivamente nosequé información acerca de una carta que me van a mandar para que firme. Una vez colgué el teléfono pesaba quince kilos menos, me congratulé de usar rimel porque mi careto hubiera parecido un código de barras, y me pertreché con una mala gaita impropia de un viernes. Entre temblores me sorprendí a mi mismo cagándome en Iberdrola, en la madre que la fundó y en los avances tecnológicos que acabarán por reducirnos a la mínima expresión. Joder.


Imagen superior de Forges (tomada sin permiso previo, ups!)

08 marzo 2007

8 DE MARZO.


Hoy es el Día Internacional de la Mujer, de la mujer trabajadora, más concretamente. Es decir, de todas, o por lo menos de la mayoría de las mujeres. Mientras tengamos que celebrar el día de la mujer trabajadora uno diferente al día uno de mayo mal asunto. Lo digo porque mientras nos veamos obligados a diferenciar es que seguimos sin alcanzar la plena igualdad.

En cualquier caso hoy, desde aquí rindo homenaje a todos las mujeres trabajadoras, especialmente a las que además de trabajar en casa, fuera de ella, o ambas cosas, son madres. Porque entre el colectivo de féminas currantes, hay unas que se llevan la palma por dos cosas. Por currar más que nadie, y a veces, por obtener un reconocimiento inversamente proporcional al esfuerzo diario. Una madre no es una trabajadora. Una madre es una máquina de precisión infinita que para si quisieran los relojes suizos. Una madre es un ser infatigable al desaliento, para la cual la palabra trabajo se hace pequeña.

El papel de madre nunca fue vetado a las mujeres, pero lo que si se les prohibió durante mucho tiempo fue desarrollar su papel como parte del engranaje laboral de nuestra sociedad. Hoy en día van copando puestos por méritos propios, o por cuotas, a veces, incluso en la universidad nos están adelantando a una velocidad que cuando nos queramos enterar las cuotas de admisión serán necesarias para nosotros.

La mujer y el hombre son distintos. Los grupúsculos fascistohembristas que quieran convencerme de lo contrario han pinchado en hueso. Esto no quiere decir bajo ningún concepto que ni unos ni otros estén más o menos capacitados para desarrollar una tarea, y en todo caso, si esto fuera así no quiero ni pensar el sexo que saldría mal parado.

Si queremos dejar de festejar un día como hoy, unificar la fiesta del trabajador y trabajadora (por una vez me pliego a la ecolalia propia del lehendakari) como personas universales, nos queda mucho camino por recorrer, mucho trabajo por hacer y muchos muros que tumbar. Hasta que esto sea posible mi más sincera felicitación a todas las mujeres, trabajadoras o no, a las madres, y sobretodo a la mía, que ella de currar sabe un rato; que sepáis que mientras dure este camino, muchos estaremos a vuestro lado.

Salud.