SERVICIOS SOCIALES PARA TODOS Y TODAS. NO A LOS RECORTES

20 marzo 2007

THE IMPORTANCE OF BEING FATHER.


Lo que es la vida. Uno se pasa su existencia intentando mantenerse firme, y sobretodo parecer firme en determinadas convicciones, y cuando menos te lo esperas, la riada de la contradicción te ha hundido en una marejada de reflexiones y correcciones vitales de las cuales es complicado salir indemne. Yo, integrante de pleno derecho de una sociedad consumista, de la cual participo y muy a mi pesar, a veces gozo, intento proyectar una imagen de independencia surrealista que a veces da hasta risa.

He mantenido siempre que determinadas festividades han nacido con el fin último de gastar y consumir. Nos inventamos “El Día de…” sin ningún pudor y determinamos que la actividad protagonista sea siempre e inevitablemente, hacer un regalo. Pues ahí me he encontrado, toda la vida, en un alarde de rebelión (interesada) frente al liberalismo económico que nos acecha, pasándome por el forro aquellas fechas que consideraba, no ya paganas (las navidades tienen también lo suyo), sino abiertamente cómplices del afán consumista que terminará por engullirnos, si no lo ha hecho ya.

Pues aquí me encuentro, el día después de mi segundo día del padre, babeando por las esquinas porque mi enano me ha regalado (hagamos caso omiso al matiz: tiene catorce meses recién cumplidos) un marco rodeado de lazos de pasta pegados, que enmarca una huella de su mano en azul. Y entonces aquellas cosas que me planteaba yo, ya crecidito, cuando veía los bodrios que regalábamos a nuestros padres con motivo de la mencionada festividad, que eran del estilo “¿Cómo puede ser que guarden estas cosas con lo feas que son?”, acaban de encontrar respuesta al recibir el primer regalo de mi hijo. El muro de firmeza y sólidos principios se ha fundido como un helado de chocolate (por poner un símil empalagoso), pero es que os puedo asegurar que el marco es más bonito… Je.

Felicidades a todos los padres.

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