SERVICIOS SOCIALES PARA TODOS Y TODAS. NO A LOS RECORTES

22 abril 2010

MOMENTITOS Y MOMENTITAS.


Como diría Arturo Pérez Reverte, hay días en los que me dan hecha la entrada del blog. Pura provocación. Es como si por alguna razón quisieran empujarme a la crítica y a su vez me regalan el texto hecho. En fin.

Por motivos que no vienen al caso esta mañana me he encontrado leyendo varias cosas a la vez vía Web (lo cual ya es de por si sorprendente habida cuenta que soy tío, hombre, macho, varón o como coño se diga ahora sin ofender) entre las páginas que leía se encontraba el blog de Sainz de Buruaga (cada cual tiene sus miserias y yo me desnudo ante ustedes aunque reconozco que he caído en ella de casualidad), la página del Ministerio de Igualdad (puro morbo, me pone la ministra, así tan rubia, tan ocurrente, afianzando estereotipos) y la del Ministerio de Vivienda (gestión pendiente). En las dos primeras andaba buscando información sobre la ocurrencia de Bibi acerca de los cuentos infantiles y como caperucita roja debiera sodomizar al lobo y después eructar en la cara del cazador, o como Blancanieves (¿además de machista no estarán incitando al consumo de coca con ese nombre? Piénsalo Ministra) debería pegar cuatro tiros a los enanitos por tenerla limpiando la casa mientras ellos bajan a la mina, especialmente al mudito ese, que cabrón, se le ve muy, pero que muy machista…

Total, que después de leer una entrada, bastante buena por cierto, en el Blog del portavoz del PP en Madrid, c’est a dire, el antes mencionado Buruaga, he llamado al Ministerio de Vivienda.

Juro por lo más sagrado que de pronto pensaba que estaba en espera en una línea porno…una mujer con voz susurrante me dice que todas las líneas están ocupadas y que espere ¡¡¡“un momentito”!!! (sic) Palabra, en un teléfono de un Ministerio me han dicho que espere un momentito…. En concreto la operadora cachondona de voz susurrante me ha dicho que tenía que esperar un minuto y diecisiete segundos… después me ha dicho con mucho cariño que treinta y siete segundos, y al final me ha atendido un pavo que no me ha resuelto nada o casi nada, al cual me han dado ganas de pedir que me dejara en espera con su compi cachondona.

He cerrado la ventana del Ministerio de Vivienda y campos de soledad mustios collados, me ha aparecido la de la casita de Bibiana y entonces me he acordado de Buruaga, de Bibiana, de caperucita roja, la voz del contestador, todo ha girado muy rápido, otra vez el momentito, el lobo sodomizado, Bibiana susurrándome al oído que si diecisiete segundos, Cenicienta, el cabrón machista del enanito mudo, Bibiana, los miembros y las miembras, Cervantes suicidándose…aaarrrgggg!!!!!!

Y me ha dado la risa (o el riso).

20 abril 2010

MOLINOS EN LA GRAN VÍA.


Ayer vi molinos en la Gran Vía. Bajaba desde Montera hacia Callao y en el extinto Palacio de la Música, al lado del limpiabotas, “el mejor limpiabotas de Méjico”, un hombre muy mayor, pausado y tranquilo, pintaba en la pared blanca que ahora tapia lo que entonces eran las puertas, unos molinos sobre colinas. Era un dibujo infantil, poco elaborado, sin pretensiones. Al contrario de lo que estamos acostumbrados, no pedía dinero. Él solo pintaba, daba color al ya hace demasiado tiempo mudo palacio.

Dibujaba sus molinos en la Gran Vía, entre gigantes de piedra y cuerdos paseantes, que apenas fijaban su mirada un instante en su escenario, en su Gran Vía, en sus molinos de viento.

Y me quedé parado, mirando, hasta sentí el aire que haría mover las aspas de esos molinos, sentí bajo mis pies la verde colina que alfrombraba el paisaje, vi al anciano sobre su corcel, recorriendo lo que esperaba fuera algún día la vía, o lo que para él ya un día fue. Y me sentí Quijote con él, quería llegar a los molinos y desde ellos gritar a los cuerdos paseantes que no estábamos locos, o quizás si, tan locos como quisiéramos sentir en ese preciso instante, tan locos como para reír de todo, de esa tarde menguante, de ese día con fin.

Gracias compadre, porque ayer me enseñaste los molinos de la Gran Vía y me enseñaste un ocaso distinto, una tarde loca y feliz.

14 abril 2010

REPÚBLICA HOY Y SIEMPRE.


Estaba yo pensando, que no es poco, en esto de lo del juez Garzón, y la verdad es que al margen de que el porvenir de este juez estrella me la trae al pairo, me irrita soberanamente que un grupúsculo de ultraderechistas como son Manos Limpias (más teñidas de sangre que las de Macbeth) y Falange consigan juzgar al que hace unos años hubieran llevado de paseíllo así sin más…pin pan pun.

El caso es que yo creo poco o nada en la justicia de este país, en la justicia en sentido estricto, en justicia como pilar de no se qué estado en el que vivimos. Más que nada porqué a mí me arrojaron ya hace tiempo a una fosa particular un grandísimo hijo de puta de la Audiencia Provincial de Madrid. Lo que pasa es que los que no aceptamos del todo esa amnistía y ley de punto final que fue la transición y la constitución porque no amparó por igual a vencedores y vencidos (el que diga que no hubo vencedores y vencidos después de casi cuarenta años de dictadura es un hipócrita), nos hierve un poco la sangre con el temita este. No tanto en mi caso porque emplumen al señor Garzón, que ya he dicho que me la reflanflinfla, sino que sean los mismos que llaman al golpe de estado de Franco, alzamiento, los mismos que desprecian al diferente, ya sea rojo, gay, moro u oyente de cualquier medio de comunicación no afecto al extinto régimen, que vayan de la mano de esa justicia de la que nos vanagloriamos en este país de mierda al que llamamos joven democracia, para vilipendiar a los que intentan enterrar a sus muertos, asesinados por ese Franco al que tanto apego muestran.

En fin, que aunque la República tuviera sus desmanes (esto que llamamos monarquía parlamentaria no se queda atrás) lo que ocurrió aquel 18 de julio y los años negros que le siguieron fue un golpe de estado y una dictadura, y sus crímenes no pueden quedar impunes y menos sus muertos olvidados. Es por eso que me cago en la justicia, en los ultraderechistas y demás asesinos y nostálgicos de la España más oscura (y eso que para oscuranteces este país nuestro) y más reciente.

¡Viva la República hoy y siempre!

Turula Dixit.

10 abril 2010

PASEO Y EXPULSIÓN.


"Ni papeles ni padrón, a los inmigrantes expulsión". Así reza una pegatina de Alianza Nacional en la esquina de Velázquez con Alcalá en Madrid. Y la verdad es que tan tosca rima ha estado a punto de abatir mi placentero paseo por la soleada mañana de Madrid. Pero no. Lo que pasa es que me he preguntado si los conatos de personas que vomitan estas proclamas luego en su casa tienen una chica made in Spain limpiando, o a una de esas inmigrantes de mierda. O si son ellos los que cuidan de sus ancianos familiares o si contratan a una hembra blanca, del reino de castilla, católica apostólica o en su defecto una mora cualquiera es la que revisa la medicación y hace demás tareas domésticas.

Me pregunto también si van a misa los domingos a idolatrar a un judío, o si eliminan de su vocabulario las palabras que consideran herejes y traidoras a la patria. Igual no usan almohada no se vayan a despertar una mañana mirando a la Meca. O a Cuenca.

Que digo yo que no voy a dar más bola a estos talibanes patrios, adalides de la defensa nacional y de otras soplapolleces varias. El que siga pensando que los migrantes nos quitan el trabajo y monopolizan los servicios sociales, sanitarios, educativos y otros, que se lea un libro. Y que viajen. Que pasee por calles europeas donde lo blanco y lo negro comparten espacio con toda gama de colores entre los extremos. Si los migrantes acceden a becas, prestaciones y servicios, es porque ese trozo de tierra al que llamáis patria, y al que defendéis con tanto ahínco, es un estado de derecho (a medias; esto daría no para un blog sino para una enciclopedia) y tenemos y debemos tener cabida todos los que quieran labrarse una vida mejor con esfuerzo y trabajo. Y lo que no se puede es pillar los desechos y no tener derecho a gozar de las ventajas.

Eso es lo que queréis fanáticos de mierda. Esclavizar a una chacha sudaca para que limpie por donde pisáis por un sueldo miserable (los sueldos se inventaron porque se dieron cuenta que resultaba más barato pagar un sueldo que comprar esclavos) pero que luego no pueda pedir una beca para pagar el comedor de su hijo, comedor que necesita por los horarios tercermundistas que le imponéis y comedor que no puede pagar por la mierda de sueldo que le pagáis.

Si alguien sobra aquí sois vosotros. Mierdecillas.

Por cierto, el paseo mañanero precioso, con un solazo radiante, musiquita tranquila y al fondo la Gran Vía, mi Gran Vía, la Gran Vía de todos.


Turula dixit.

09 abril 2010

NUBE CABRONA


Estoy acurrucado en una roca, como un islote. La corriente pasa a mi alrededor y los puentes que antes recorría yacen en el fondo, como espejismos de lo que eran o lo que quería que fueran. Me mojo. Noto como se deshacen mis bordes como pasta de papel, un papel en el que llevo todo escrito, con algún borrón, con alguna cita. Busco las pasarelas pero no las encuentro. Y llueve. Maldita nube cabrona que viene sin avisar. O quizás si avisa y soy yo el que en mi excepcional mundo imperfecto hago oídos sordos, en un intento por mejorar algo que no puede ser mejor; no se puede dar forma a la lava cuando se enfría.

Y frío es lo que siento, hasta lo veo reflejado en el agua ahora turbia que bordea mi islote. Apenas quepo y me voy deshaciendo como un recuerdo que no existe, o que se fue en esa pasta blanca de papel que ahora lleva mis citas río abajo.

Nube cabrona. Has tirado mis puentes aún sabiendo que volveré a izarlos, esfuerzo vano el tuyo. Y los izaré como lo he hecho tantas veces, porque aunque no quiero mojarme con el barro impregnado en el agua que mece mi vida, lo haré. Lo haré una y mil veces, y sabré donde agarrarme para empezar de nuevo, y tu seguirás escupiendo tu perro azar, y yo saldré de mi islote habiendo dejado atrás trazos de vida, de recuerdos, de borrones, de sonrisas, de anhelos, besos y caricias, de cosas que al final de este lance no me faltarán porque están guardadas lejos del papel que deshaces a gritos, lanzadas por los brazos que me estrecharon, por los labios que me besaron, por la manos que me cogieron, por las palabras que me dijeron.

Hace años aprendí a mojarme y a tender puentes, y eso hago cuando vuelas sobre mí. Ahí sigo. Al fin y al cabo no es un islote. Es mi islote. Nube cabrona.