SERVICIOS SOCIALES PARA TODOS Y TODAS. NO A LOS RECORTES

26 octubre 2010

GRUMPFMFRMRMHSTSUSWJSYSTS


El otro día mi querido vástago estaba simpático (léase con una mezcla de desesperación e ironía). Y respondón. Siempre digo que mi hijo es guapo como su madre y tiene la labia de su padre, y francamente, no tenéis ni idea la de veces que me cago en su padre…

Es cierto que a veces me regala perlas del estilo:

- Papáaaaaa
- Dime mi niño….
- No te muerdas las uñas…
- Ya lo sé, está muy mal, no debo mordérmelas.

Que digo yo que tiene güevos la cosa. De pequeño mi madre me daba la barrila para que no me mordiera las uñas. Y ahora mi hijo.

- No papá. Te tienes que comer los mocos.
- ¿Ein?
- Si porque las uñas no saben a nada.

Pataclás. No hay más tema. El colega a dilucidado que las uñas le resultan insípidas y porqué no meterse entre pecho y espalda un buen moco. Os resultará asqueroso, pero que mi hijo razona no me lo puede negar nadie.

Luego están las frases espectaculares. Este verano le apunté a una actividad que se llamaba “Casa de Verano”. Llegó mi chica a casa y le digo al enano:

- Dile a donde vas mañana…
- ¡Voy al tinto de verano!

Di que si mi niño, tu cuenta eso en la calle a ver si entre los dos conseguimos que me quiten la custodia…

Total que esto viene a que el otro día puso a prueba mi paciencia…no paraba de contestarme, pero así de buen rollo, sin acritud. Cuestión de ver quien tenía la última palabra. Cuando di por finiquitada la conversación con un:

- ¡Se acabó! No digas nada más, a papá no se le contesta…
- ¿Porquéeeeeeeee?

¡¡¡Aaaaarg!!!! Rara vez le contesto lo siguiente, pero esta vez estaba yo conduciendo, viendo su pequeña cara gozosa por el espejo retrovisor, y ante la tentación de darle la vuelta a la silla se lo dije:

- Porque lo digo yo. Y punto.

Frunció el ceño, cruzó los brazos y con los labios apretados espetó un…

- Grumpfmfrmrmhstsuswjsystsiqwospojkss…

Abrí mucho los ojos de manera que esa especie de lengua del pleistoceno cesó, pero en el fondo sabía que me había ganado. No había hablado, no, pero esos sonidos cavernícolas que venían del asiento de atrás acababan de adquirir la condición de palabro en esa pequeña jungla infantil en la que viven los niños. Y me informaba de que me estaba metiendo un golazo. En las familias hay demasiadas lagunas legales, el que inventó aquello de “aquí soy yo el que tengo la última palabra” tenía que haber afinado un poco más.

Digo.

21 octubre 2010

ESTOY MAL HECHO


Estoy mal hecho. Así, sin paños calientes. No hay como una doctora para comunicarte semejante drama sin pestañear. Resulta que llevo ocho años viéndome un bulto debajo del esternón, sin ir al médico, y cuando por fin voy, me dice la señorita licenciada que es precisamente eso, un apéndice del esternón. Tócate los güevos. Vamos que llevo un perchero colgando y como dice la canción “así seguiré….nunca cambiaré…”. Eso si, me hizo un montón de preguntas (a modo de resumen):

- ¿Comes bien?
- Estupendamente, gracias. Bueno, tengo muchos gases…
- ¿Cómo sabes lo de los gases?

Vamos no me jodas… no diré lo que se me pasó por la cabeza porque me relamo solo con pensar el careto de la torda de la bata si le contesto lo que me hubiera gustado…

- Ya bueno, pero mi particular perchero móvil me provoca unos dolores impresionantes por la noche.- dije yo, con la idea de mi malformación jugando al eco en mi cabeza.
- Eso es porque es muy posible que tengas una hernia de hiato y al producir mucho ácido en el estómago y al tener reflujos te provoca dolores y ardores…
- ¿Einnnnnn?

Reflujos. ¿Los reflujos no es lo que tienen los bebés? Es que en breve cumplo treinta y tres y aunque se me pudiera considerar un pelín inmaduro, no se yo si tanto como para volver a los reflujos…

- ¿Vomitas mucho?
- Pues no. De hecho nada. Bueno en realidad hace un año nos comimos cuatro kilos de solomillo de toro de lidia entre cuatro y no es que sentara mal, no. Es que me dio hasta fiebre…pensé que moría…en pleno verano y con una manta encima tiritando…

Creo que la buena mujer se refería a si vomitaba sin recurrir a prácticas bárbaras y a excesos variados…

Vamos que no aburro más. Estoy mal hecho, pero como soy un tío tolerante he decidido esta noche tras mucha reflexión, admitirme como soy, nada de reproches y nada de coñitas en plan intentar colgarme abrigos en el pecho. Me tengo que hacer una gastroscopia que para el que no lo sepa viene a ser como limpiar el bote sinfónico (¿se llama así? Es que es como de coña que pongan ese nombre a algo que está lleno de mierda pero en fin…) pero por la boca…genial. Esa es otra historia que igual os cuento otro día porque me tiene acojonao…

Hoy más que nunca me despido con un ¡salud!

PD: Bienvenida pequeña J. Bienvenida a este mundo que auque a veces pueda parecer muy perro si le coges el tranquillo es muy fácil disfrutarlo, y con los padres que te han tocado no dudo que lo harás en buena compañía.

17 octubre 2010

QUERIDA ELSA.


Me vais a permitir que hoy, después de un fugaz vistazo a un titular recogido en una entrevista a Elsa Pataki, que mi entrada sea algo personal. En concreto una carta a Elsa. Por cierto, el titular en cuestión era “He tenido que luchar mucho contra mi físico”.

Querida Elsa,

Así a bote pronto se me ocurrió empezar esta misiva llamándote tonta del ciruelo, pero como quiera que me tengo por un caballero bien educado, obviaré los deseos de abrirte mi corazoncito.

Mira bonita, con todo el amor del mundo te voy a decir dos cositas que lamento no te hayan dicho antes. Entiendo que puede ser chocante así que te recomiendo que te sientes y le pidas a tu personal assistant un vasito de agua con gas.

1º.- Estás muy buena. Reconozco que no eres mi tipo, pero debo reconocer también que desde el punto de vista socio cultural de hoy en día estás lo que se viene a denominar cañón.

2º.- Aún no sabiendo de cine y de casi nada en general, he estado buscando en los greatest hits de tu filmografía y francamente guapa, es para remitirse al primer punto de este breve listado. Vamos a ver, que después de “al salir de clase” seguiste grabando cositas (por cierto lo que te ha cambiado el careto), si. Pero es que de esa serie precursora de las mierdas (me permito esta licencia de uso de palabra gruesa porque no encontraba en la RAE otra más acorde) sobre adolescentes hormonados hasta el que os hacía los bocatas ha grabado algo después. Y también se que estás en joligud grabando pelis, pero coño que estás grabando “A todo gas 5” con Vin Diesel… ¡Cin-có! Si las segundas partes dicen que son malas las quintas deben hacerse por vicio. Por joder vamos… ¿Grabar la quinta parte de un bodrio con un actor como Vin Diesel no te dice nada? ¿Atamos unos cabos?

Total que volviendo al titular en cuestión te diré que no tienes ni idea de lo que es luchar contra el físico. Si quieres te dejo un par de días las aureolas adiposas que fluctúan en torno a mi abdomen para que veas lo que sería librar una auténtica batalla contra el físico. Que digo batalla, holocausto. O mis incipientes entradas en la testa que muy bien disimula, o más bien como puede, mi querido estilista. Y yo me considero un tipo normal, así que no te digo lo que pensaran tantas y tantas personas de culos caídos o gordos, tetas caídas o escasas, calvas tremendas o pieles arrugadas… ¿y tú sabes lo que es luchar contra el físico? Finalmente me vas a disculpar pero no me aguanto, es que si no reviento. Eres tonta del ciruelo querida, y, o mucho cambian las cosas o seguirás delante de las cámaras lo que te dure ese cuerpazo que te han legado tus progenitores y que ha mejorado nosequién...

Con todo mi afecto, atentamente,

Turula.

15 octubre 2010

NI UNA MÁS.


El 4 de diciembre de 2005 escribí una entrada a cuento de la violencia doméstica, de género o como se quiera llamar… y hoy, cuando hemos sobrepasado la cifra de mujeres muertas a manos de sus parejas o ex parejas del año pasado, voy a volver a colgar la misma entrada. Porque da igual que sean sesenta y dos o cincuenta y siete. Porque no debería ser ninguna. Porque no hay porqué aguantar esto, porque amar es amar y en el amor no tiene lugar el maltrato. Si te maltratan no te quieren.

Y tu, cabrón cobarde que mantienes en la asfixia a la que un día depositó su amor y confianza en ti, te digo que el orden de los factores si que altera el producto. No te suicides después, hazlo antes, será lo primero que hagas bien en tu perra vida.


"Tú que me maltrataste y me dijiste que me amabas hoy te digo:


No seré tuya, ni seré sesenta y dos. Un día soñé una vida, y esa vida era la mía, no tuya, por eso yo ya seré mía. Un día volé libre, yo con mis sueños, y compartí con los tuyos; los tuyos fueron los nuestros, y los míos, míos.

No seré sesenta y dos y tampoco seré tuya. Hoy yo soy mía. Vivo y siento. Quise vivir a tu lado, tu lado y el mío. Me sajaste la vida pero hoy vuelve a ser mía. No seré tuya, mi lado es mío y mi vida, mía.

Ya no soy tuya, ni seré sesenta y dos. Hoy me arranco tus condenas, me perdono tus torturas, porque hoy siento y vivo, vuelo libre de tu pena, esa que fue la mía.

Será mi vida, mía.


Hoy ha muerto la mujer número 61, víctima de la llamada violencia doméstica. A tí que te humillan te doy mis ánimos, a ti que vilipendian te doy mi aliento, mi fuerza, y solo te puedo decir, que en el pozo en el que estás hay una luz, atrévete a encenderla, porque nadie tiene legitimidad moral para condenarte a la oscuridad.
No seas la 62."



08 octubre 2010

HE ESTADO EN EL INFIERNO.


El jueves estuve en el infierno. Y regresé. Típica frase de cuenta batallitas que ha estado en alguna guerra o catástrofe natural. Pues yo he estado allí. En el infierno. Tenía forma de parque infantil.

El caso es que llevo a mi vástago a un parque muy pijo, lleno de gente muy pija. Hay de dos tipos, los clásicos y los modernitos. Pero es que es para mear y no echar gota. Están todos los nenes con las chicas, chicas de servicio, las chachas vaya…todas ellas de la parte de abajo de América. Y llaman a los niños por nombres como Gonzaga, Simoneta, Olmo (lo juro por mi palo de golf más preciado), Pelayo… Y van todos monísimos, o de uniforme o recién vomitados de un catálogo del Corte Inglés.

El caso es que llegué pronto al parque, cuando aún no odiaba a la humanidad por ausencia de ésta, y claro, me senté en un banco en plan relajado, lo cual no hago jamás pero me dió por ahí. Poco a poco empezó la invasión de enanos gritones. Muchos pequeños seres humanos con uniformes requetemonos, pero que hasta los chandales (¿como coño se escribe chandal en plural?) molan un güevo y todos gritando, que en eso no se diferencia un niño pijo de uno del populacho. El caso es que nunca había compartido esa costumbre de las chicas (de servicio) de cuidar a los niños con los cascos puestos escuchando música. Pero en ese momento me di cuenta que hasta el reggeton más cruel era mejor que aquella banda sonora estrepitosa y violenta en forma de griterío infantil.

En medio de aquel estrés me consolaba la posibilidad de que algún niño de esos que había subidos en lo alto de la pirámide de cuerdas se pegara un ostión y hubiera gritos, pero estos con razón, como decía mi madre cuando llorábamos sin motivo siendo chicos “ven aquí que te doy un bofetón y así lloras por algo…”. Esta posibilidad me dejo de motivar cuando fue mi hijo el que se encontraba allí arriba. El caso es que estaba ya apretujado en el banco entre varias chicas cuando llegó la abuela pija con su puto perro con el collarcito de la bandera de España (el perro, no la señora. Menudo ultraje a la bandera), y me quedé con ganas de decirle a la viejita que saliera con su perro del recinto infantil, pero es que ya no confiaba ni en mi buena educación, ni en mi mismo, ni en el mundo ni nada…

De repente creí estar muerto. Cuando ya con la vista nublada, las pulsaciones a doscientos y tembleque en las extremidades sentí una relajación sin precedentes en un parque infantil, estaba a gusto, tanto es así que parecía que me masajeaban la espalda… Pues si. Efectivamente me masajeaba la espalda un puto niño haciendo de ésta su particular circuito para el cochecito de turno. Pues no era grande el parque y no tendría espalda su padre, madre o chica de servicio que tuvo que venir a hacer el rodaje de su bólido sobre mis vértebras…

En un momento dado mi retoño me pidió que le sacara una foto al peluche de una niña, y pensé que era lo que me faltaba. Ya veía el titular “Joven depravado saca fotos a niños en tal parque…”. En fin que todo era un estrés, un horror, un infierno… y entonces comprendí porque las chicas estas, cuidadoras, estaban todas zumbándose mate. Porque para aguantar eso a diario con un criajo que no es tuyo hay que endrogarse fijo, de hecho estoy pensando seriamente en hacerme una infusión de lexatin para el próximo día.

04 octubre 2010

MI HIJO QUIERE UNA MASCOTA.


Mi hijo me dijo ayer que quería una mascota. Un perro, un gato, un canario…no.

- “Quiero un murciélago”. Espetó mi vástago.

Tócate los güevos. Un murciélago. Me pregunto que les enseñan a los niños en el colegio hoy en día. No pasa nada, pensé, llévatelo a tu terreno.

- “Pero y ¿qué le vamos a dar de comer? Porque yo no se que comen los murciélagos…” le contesté sabedor de la ventaja que adquiría en ese momento. Mi hijo ama a los animales, y jamás tendría uno si no sabe cuidarlo.

- “Pues lo buscamos en Internet”. Dijo indiferente.

Golazo. Pero golazo por la escuadra. ¿Os acordáis cuando decíamos que con las pirulas que les habíamos hecho a nuestros padres, nuestros hijos no iban a poder con nosotros? Pues arreando. Piensa, por favor, piensa algo rápido…

- “Pero mi niño ¿no dijiste ayer que querías una rata?” (El otro típico animal de compañía por otro lado…)

- “Ya. Pero es que un murciélago es más bonito”.

Ya se que para gustos los colores, pero mi hijo se debería hacer mirar el tema este de su pasión por los bichos.

- “¿Y lo vas a tener en tu habitación?”.- Estaba seguro que por ahí le pillaba, aunque reconozco que se lo pregunté un poco acojonado…

- “No, en el salón”.- Contestó él seguro de si mismo.

Y una mierda, pensé yo. No te jode. Lo que me faltaba a mi es tener un aprendiz de vampiro dando vueltas por el salón de mi casa…

- “¿En una jaula?”

- “No papá, cogemos una caja y le hacemos agujeritos.”

Hombre digo yo que para los gusanos de seda vale, pero meter a un murciélago en una caja con agujeros me parece regular. La conversación estaba empezando a sobrepasarme, máxime porque venía de salir de una tanda de “porqués” de la cual escapé airoso pero por los pelos… A todo esto la conversación la manteníamos mientras salvábamos a los gormitti y a todos sus animales de morir abrasados en un edificio en llamas, con camión de bomberos, vallas de policía y demás parafernalia que había transformado su cuarto en una especie de jungla infantil…

Cuando estaba a punto de decirle que compraríamos un murciélago y le íbamos a dejar con todos sus animales a ver si los dejaba más secos que la mojama tras un festín sanguinolento, mi querido sucesor se fue por la tangente…

- “Papá. ¿Los dinosaurios del incendio se van a morir?...

Vuelta a empezar. Por lo menos se ha olvidado del murciélago. De momento.