SERVICIOS SOCIALES PARA TODOS Y TODAS. NO A LOS RECORTES

30 octubre 2008

GALLARDONAZO: NADA IMPREVISTO.


Salió la sentencia. La obra de la M-30 es ilegal. Tirurí tiruríiiii. Me pregunto si en la cabeza de alguien rondaba la posibilidad de que el final de esta historia no fuera a ser así. Aunque no es realmente el final, el verdadero final os lo voy a contar. Gallardón se estará descojonando aún con Calvo y los demás con la sentencia en la mano. A ver si no que se puede hacer ahora. Sabían que tenían que hacer un estudio de impacto ambiental, pero se sacaron de la manga que la M-30 no era una vía rápida, era una calle. Ahora los fieles empleados de la oficina de pantallas del ayuntamiento nos dicen por las mañanas: “La calle 30 presenta una circulación…”

Viene a ser como si para no poner las vacunas a mi perro, digo que es, que se yo, pues un calcetín. Así cuando las autoridades me digan “¿ha puesto usted la vacuna de la rabia a su perro?” yo diría, “¿Qué perro?, pero si esto es un calcetín.”, ¿a que suena gilipollas?, pues lo de la M-30 igual.

Como los colectivos ecologistas no son gilipollas, y está visto que el tribunal de justicia europeo tampoco, le han dicho al Ayuntamiento que una calle los güevos, que en una calle no se va a 90 km/h ni a 70 tampoco, por cierto. Y ahora…ahora… ahora nada de nada. El Ayuntamiento recurre para gastar el dinero de los contribuyentes, un poquito más, que con la deuda que nos han endosado a los madrileños, y digo bien a los madrileños, que algún que otro concejal de Gallardón no son residentes de Madrid capital, no creo que un poco más en abogados nos vaya a soliviantar.

No se va a dinamitar la M-30, aunque habida cuenta del estado de conservación del exterior no se iba a notar la diferencia, ahora el final de la historia es esa, el alcalde omnipotente, ajeno a la justicia, ajeno a los ciudadanos, ajeno a todo. Y nosotros nada. Nosotros a pagar, a pagar la M-30, no la Calle 30, no te jode….

29 octubre 2008

MI ÚLTIMO VIAJE EN METRO.


Ayer fui en metro con mi hijo. Cuando salí de casa con el en brazos llovía. Niño en una mano y paraguas en la otra. Entro en el metro, en el primero de los dos que tengo que coger para llegar a casa de su madre nadie me deja sentarme, en fin, no me supone demasiados problemas porque son muy pocas las estaciones que tenemos que recorrer. No obstante maldigo a todos los presentes. Transbordo. El tema promete. En los pasillos de la estación mantengo una breve pero instructiva conversación con mi pequeño vástago:

- Papá, ¿es negro? (señala a un músico que apostado al lado de las escaleras mecánicas hace sonar un instrumento)


- Si mi amor, es negro.


- ¿Porqué papi?


- Porque hay gente negra, blanca y de muchos colores mi niño.

Vamos, que salvo el último matiz de “muchos colores” que después pensé sería complicado de responder si mi hijo me hubiera espetado un “¿y que colores papi?”, creo que salvé la situación con normalidad.

Segundo metro. A estas alturas ya sudo considerablemente. El vagón no va muy lleno pero no hay sitio para sentarse. Espero. Nada. Me encuentro de pie en medio de los ocho asientos, de los cuales varios están reservados para situaciones de necesidad, entre las cuales, según reza el dibujo de la ventana, la mía. Siguiente estación, nada. El sudor es ya similar al de Asafa Powel tras una carrera. Y el cabreo va en aumento. Decido inclinar un poco la cabeza sobre la parejita. Un menda muy bien vestido, con una americana francamente mona y su novia con una pinta de frígida de las que dan susto, pero susto. Intento que una de las gotas de sudor que se desliza por mi nariz caiga en su precioso pantalón. Por joder, y para ver la cara que pone. Pero no lo consigo. Daniel está rodeándome el cuello con un caballo de plástico negro perseguido por una jirafa del mismo material. El está encantado, pero mi intento por joderle el pantalón al niño mono fracasa.

Debo decir que salvo un señor mayor con garrota al que no le hubiera aceptado el asiento había especimenes para todos los gustos: Los que bajan la cabeza, los que se ponen a hablar mirándose fijamente a los ojos para no ver a su alrededor, y los que directamente se la sopla, te miran y pasan. Finalmente se levantó una torda y pude sentarme, treinta minutos después de salir de casa y diez después de entrar en el vagón. Como quedaron dos sitios libres Daniel se sentó a mi lado y le atizó una patadita a la señora de al lado, una de las que no había sabido sacar a relucir la buena educación cuando estaba yo de pie. Una patada que sin ser fuerte llega a irritar si se produce con frecuencia y una regular cadencia. Y eso es lo que pasó. Daniel fue moviéndose el resto del viaje, patadita por aquí, golpecito por allá, mientras yo cumplía con mi papel de padre dedicado “Daniel por favor, no molestes a la señora.”, le decía con una sonrisa cómplice que él, a fuerza de conocer a su padre, me contestaba con gesto similar, muy a sabiendas de lo que podía seguir haciendo.


Vamos que esa ya hizo penitencia hasta que nos bajamos del tren, y suerte tuvo de no quejarse. A los demás parásitos, maleducados de traje fino o mono de taller, tordas con aires de grandeza u olor a lejía en las manos, a todos vosotros os digo, que ojala un día entréis en el vagón con muletas, con un niño en brazos o simplemente cargados de bolsas hasta las trancas y que no quede un miserable sitio libre. Ojala ese día yo esté placidamente sentado, porque entonces no bajaré la vista, os miraré a los ojos y educadamente os cederé mi asiento. Para que aprendáis.

21 octubre 2008

TERRIBLE DECISION CORRECTA.


Iba a escribir algo sobre la ausencia de buzones en Madrid, cuando se ha cruzado conmigo una pena enorme. Una pena representada en un bebé de siete meses que murió a la deriva cuando su madre tuvo que tomar la decisión más dura de su vida.

Una mujer joven con tres hijos pequeños tuvo que decidirse por sus dos primogénitos, para lo cual se vio forzada a enviar a una muerte cierta al más pequeño. No quiero ni pensarlo. No concibo tanto dolor, no concibo como alguien puede llegar a semejante diatriba, no concibo como la vida puede ser tan perra y asquerosa, que para salvar lo que más quieres debes sacrificar una parte de ese tesoro.

Se despidió del pequeño que permanecía en su capazo, le pidió perdón, seguro que sus palabras no pudieron reflejar la pena, ni el pequeño supo comprenderla, pero tras siete meses de mimos, cuidados, ilusiones y amor, llegaron las lluvias, llegó la tragedia, y la vida de ese niño se marchó con la riada, y la de su madre también.



Desde aquí te mando ánimos, y te pido que intentes no pensar en la vida que perdiste, sino en tus pequeños que salvaste, por hacer lo que debías, por llevar al extremo la condición de madre. Y cumplir.

17 octubre 2008

LIMOSNA POR BENDICIÓN.


Transito por el centro de Madrid. Es temprano. No hace frío, la temperatura es de estas raras que permiten ir en manga corta o larga, escote y cuello vuelto. Veo pasar trajes caros con hombrecillos dentro, pijas portando cafés con tapa, viejos despreocupados, jóvenes triunfadores, algún que otro coche de lujo. Y en la pared, apoyado, está él con gesto honrado y de resignación, y su particular currículum vitae: “Un ayuda por favor. Que dios les bendiga”. Y en esta sociedad en la que nada se da por nada me pregunto “¿Y si dios no existe?”.

15 octubre 2008

LO QUE NO SE HIPOTECA.


Estaba yo revisando las entradas en el blog cuando me he dado cuenta de que hay alguien que entra casi a diario desde Australia. Me he puesto a pensar y se me ocurre que pueda ser P. una amiga de mi hermana pequeña que se ha ido allí a pasar una temporada. Creo que tiene familia por allí, además de ser medio británica, irlandesa o escocesa, no se muy bien, pero lo que si se es que tiene un apellido de esos de taberna irlandesa.

A ver que me lío. El caso es que me he puesto a pensar en el hecho de marcharse una temporada fuera, que aunque en este reino nuestro no es común, si lo es en otras partes de Europa. Aquí terminas la carrera y pierdes el culo por encontrar un trabajo, contrato fijo si puede ser, y encadenarte a una hipoteca por los restos. Un plan de vida cojonudo vamos. Es como si naciéramos con la esperanza de poder subir a galeras para estar remando toda la vida recibiendo latigazos. Mola. No se que virus nos han inoculado en este país de perdedores de gabardina sucia y aire rancio, que nuestro espíritu de aventura, de conocer cosas nuevas lo tenemos más atrofiado que la libido del noviete de la duquesa de Alba. Queremos seguridad, queremos saber que nuestra vida aunque monótona y estéril estará ahí, plácida y sin sobresaltos.

En otros países de Europa sin embargo es frecuente que cuando los estudiantes finalizan sus estudios, se vayan a conocer mundo, culturas diferentes, otros países. Por no hablar de la movilidad laboral. Dejan empleos para asumir retos, nuevos caminos que les hagan crecer, no solo en lo material, que también, sino en lo personal y profesional. Más allá de los pirineos no existe esa fiebre de propiedad de la vivienda, como si fuera un reducto personal que nadie nos pudiera expugnar, a costa del euribor, la cesta de la compra, la gasolina y la madre que les parió. El mercado de alquiler fluye sin el consabido “es que alquilar es tirar el dinero”, porque no tiran el dinero, invierten en vida, en nuevas experiencias, en flexibilidad.

Es por ello que hoy le dedico esta entrada a P. porque cuando todos sus compañeros se han puesto a trabajar, a preparar oposiciones (el no va más de la estabilidad vital) y a empezar esa carrera hacia la tan ansiada hipoteca, ella ha cogido sus bártulos y se ha largado una temporada a Australia, a conocer mundo, a vivir y beber experiencias que nunca tendremos los que nos hemos quedado atrofiados en nuestras jaulas, con nuestras hipotecas y nuestra placentera vida feliz. Con dos cojones.

08 octubre 2008

AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS

Vamos a pasar página, que la vida es bella y mejor es vivir sin resentimientos. Aunque tengo una terrible migraña desde hace cinco días, un incipiente trancazo y las luces de la oficina favoreciendo la presión craneal, quiero compartir con todos vosotros una canción que me pasó mi prima el otro día. A los que tenemos una edad (los que crecimos en los 80 como díce la canción) nos resulta familiar. Son cinco minutillos, pero merece la pena. Salud.


02 octubre 2008

COMUNICADO


Por la presente informo que la abogaba de mi ex mujer me ha instado (no utilizaré el término “amenazar” por estar contemplado como falta, o delito, no estoy muy seguro, en el código penal) por escrito y so pena de interponer contra mi persona una querella por la vía penal por “…un delito de injurias, con el agravante de haberse hecho públicas.” A RETIRAR DE ESTE BLOG LAS ENTRADAS EN LAS QUE HAGO MENCIÓN A MI EX MUJER EN RELACIÓN AL LAMENTABLE PROCEDIMIENTO JUDICIAL al que me he visto sometido. Parece ser que las mismas supuestamente (este dato se le ha olvidado incluirlo a la abogaba de mi ex mujer la cual afirma “que constituye un delito” y creo que en España nadie es culpable de perpetrar un delito hasta que un juez no dicta sentencia) constituyen “un delito contra el honor y una vulneración del derecho a la intimidad y a la propia imagen de mi ex mujer”.

Como quiera que tengo motivos para no confiar en la justicia y pese a no retractarme de ninguno de los comentarios contemplados en dichas entradas (no se me solicita que me retracte sino que las retire, de lo cual se desprende que no es que no sean veraces sino que molesta y pudiera constituir un delito el que se hagan públicas, como se verá más adelante), retiro las mismas por miedo, miedo a las consecuencias que se pudieran desprender de las actuaciones que llevaran a cabo mi ex mujer y su abogaba ya que los antecedentes no son nada tranquilizadores, y bajo ningún concepto quiero que esto afecte al bienestar de mi hijo, al cual adoro y al cual me debo.

Igualmente me solicitan que retire del blog las imágenes de mi ex mujer. Sobre esto último debo aclara que solo había una, en una entrada en la cual le felicitaba el día de la madre hace un par de años por considerarla una excelente madre. Hace tiempo que mi opinión sobre esto último cambió, motivo por el cual decidí que lo más coherente era retirar dicha entrada. Eso hice, retiré entrada y foto.

En el escrito de la abogaba, se citan ciertas frases para demostrar el vilipendio al cual he sometido el honor y la imagen de mi ex mujer. Es una pena que no pueda reproducirlas ya que en relación a la injuria:

“Como norma general, no exime de responsabilidad la prueba de que el vicio o defecto imputado son verdaderos. La exceptio veritatis es admisible en casos muy limitados y expresamente previstos por las distintas legislaciones. Así, por ejemplo, el Código Penal español expresa en el artículo 461 "al acusado de injuria no se le admitirá prueba sobre la verdad de las imputaciones sino cuando éstas fueren dirigidas contra funcionarios públicos sobre hechos concernientes al ejercicio de su cargo, o cuando tenga derecho a perseguir el delito imputado en el caso del número 1° del artículo 458".” (Wikipedia).

Es decir, que aunque todo lo que haya escrito fuera cierto, no puedo hacerlo público, porque daña su imagen. Recomiendo la lectura del Capítulo VI "DEL FALSO TESTIMONIO" del Código Penal (Artículos 458 al 462).

Para finalizar diré que en este momento, y por primera vez en tres años de vida de este humilde blog, en los cuales he hecho comentarios críticos sobre ETA, el gobierno, el maltrato animal, los maltratadotes de mujeres…, me veo forzado por causa de fuerza mayor y para evitar lamentables consecuencias para mi hijo y para mí, a retirar tres entradas, justo los escritos que al parecer y supuestamente vulneran el honor y la imagen de mi ex mujer. Así sea.


"Escribo en defensa del reino del hombre y su justicia. Pido la paz y la palabra. He dicho «silencio», «sombra»,«vacío» etcétera. Digo «del hombre y su justicia», «océano pacífico», lo que me dejan. Pido la paz y la palabra."


“Pido la Paz y la Palabra”. Blas de Otero

01 octubre 2008

GUANTANAZOO


El otro día estuve en el zoo. Llevé a mi hijo pequeño. Nada más entrar le sobrevino una emoción de esas que a los padres nos deja en un estado de babeo catatónico durante el cual el mundo podría venirse abajo y no nos daríamos ni cuenta. El caso es que mi enano se lo pasó en grande, corriendo de un lado para otro entre “aaalaaaa” para aquí y “aaalaaaa” para allá, en cambio a mi me entró una sensación de extraño sabor agridulce. Me pregunto donde están los activistas contra el maltrato animal que no protestan contra estas especies de Guantánamo para animales. Secuestrar a toda clase de bichos en minúsculas jaulas para esparcimiento de los humanos me parece de todo menos eso, humano.

Creo que fue en el espacio dedicado a los chimpancés donde se me escapó un “mira que aburrido está el pobre” al ver a un chimpancé apoyado en el cristal con cara de “menudo coñazo de vida la mía”. Mi hijo me miró y me espetó un “¿porqué papi?”, a lo cual le dije que era porque tenía poco sitio para jugar. Me hubiera gustado decirle que era porque, no solo tenía poco sitio para jugar, sino que además ya no sabía relacionarse con otros animales, no sabía conseguir alimentos por su cuenta, debía de estar hasta el hipotálamo de ver pasar gente todo el día maravillados con su cautiverio. Pero mi hijo estaba contento, muy contento y emocionado, porque para él no había confinamiento, no había tortura animal, solo estaban todos esos animales que inundan mi salón en formato plástico y con los que se pasa el día hablando y jugando. Y no era yo el que le fuera a desbaratar su ilusión.

Mi hermana se preguntaba cuantos electrochoks (o como diantre se escriba el palabro) habrían dado a los leones marinos para que bailaran al ritmo de la música machacona o para que aplaudieran después de recibir una sardinilla. Y yo me preguntaba que porque no nos darán unos cuantos de esos electrochoks en los güevos a nosotros, por permitir y propiciar que destrocen la vida de los animales confinados en el zoo.