SERVICIOS SOCIALES PARA TODOS Y TODAS. NO A LOS RECORTES

26 mayo 2010

CARTA ENVIADA AL SR ZAPATERO EL 25 DE MAYO DE 2010.





Estimado presidente del gobierno,


Antes de nada desearle los buenos días, que espero los suyos sean buenos, porque francamente los míos pintan regular y los que vienen peor. Como primera cosa que quería comentarle, es a modo de justificación, una brevísima reseña sobre mi persona, de manera que pueda encuadra adecuadamente lo que le señalo a continuación: Soy un ¿joven? De 32 años. Heterosexual (ya era hora de que lo dijera en público). Empleado público (¡tachaaaaaán!) Tengo un hijo de 4 años, estoy divorciado, pago hipoteca de una casa en la que vive mi ex mujer, pago alquiler, pensión por alimentos, coche (el ex coche me fue expropiado en el divorcio), gasolina y comida (mala costumbre la mía ¡tres comidas al día me da por hacer!). Dentro de la polaridad política me considero de izquierdas (de izquierdas, no socialista), creo en un estado intervencionista y fuerte que plante cara a las grandes empresas y a la banca, y de paso creo en una banca pública. Desprecio el neoliberalismo económico y el capitalismo en general. Creo en el bienestar y en la redistribución de la riqueza. Soy agnóstico y así por terminar, a nivel de aficiones un poco el tema de la escritura, malabares a nivel usuario y poco más. Recalcitrante anti madridista, que se me olvidaba.

El caso es que no me sentí tan vilipendiado cuando anunció la bajada de sueldo a los funcionarios como los comentarios que he escuchado después al respecto. Y resulta que he decidido contarle mi vida, que para algo es usted el presidente y me resultaría cansino contársela uno por uno a los que se regocijan de la bajada de sueldo de los empleados públicos.

Hace más de diez años entré a trabajar en un Ayuntamiento, firmando un contrato de seis meses, después de hacer un examen al que nos presentamos 150 personas (para una plaza) y una posterior entrevista personal ante tribunal a la que accedimos 50. A ese contrato le siguieron otros nueve contratos más, ocho anuales y uno más de seis meses (la concejal de área se molestó conmigo y me recortó el contrato a la mitad) para finalmente ser interino. En este tiempo nunca he disfrutado de las ventajas de ser funcionario, ya que ellos tienen una nómina superior por igual categoría e igual trabajo. Hace tan solo dos años que empezaron a pagarnos la antigüedad.

Y fue entonces cuando yo empecé a conseguir llegar a final de mes sin el apoyo de mis padres. A mis treinta años, ocho después de independizarme. Porqué desde que me divorcié hasta ese momento dependía de la caridad cristiana (¡imagínese usted! Yo que soy agnóstico) de mis señores padres. No lo he dicho en ningún momento, pero mi sueldo es más que razonable (dicho esto sin perder de vista que siempre nos gustaría ganar más, y no le cuento lo que les gustaría ganar a tanto funcionario mileurista que hay). Y con todo y con eso no llegaba. Tampoco lo he dicho, pero tuve suerte de encontrar un piso muy barato en el que vivir alquilado.

Y claro, estos dos años me he recompuesto razonablemente bien, con mis problemillas, que le voy a contar a usted, que tienen un trabajo que es como ser presidente de la escalera pero a lo bestia, he rehecho mi vida, mi hijo ha crecido estupendamente, y aunque no estoy para grandes dispendios, consigo a duras penas llegar a final de mes.

Peeeero usted a tenido la genial idea de bajarnos el sueldo a esos que delante de las cámaras llaman funcionarios (supongo que por aquello de conseguir el beneplácito de la masa) pero que en sus documentos oficiales dicen empleados públicos. Empleados públicos que pueden ser funcionarios o precarios como yo (o mucho más precario), con una baraja de contratos que acredita que la administración no hace en casa lo que obliga fuera. Y solo me queda decirle una cosa.

Gracias a ello yo no volveré a llegar a final de mes. A partir de junio dependeré de nuevo de mi capacidad creativa para llegar a la cuarta semana, y supongo que de la caridad ajena para finalizar ésta. ¿Sabe usted lo que es no tener dinero? Me refiero a no tener ni un duro. Probablemente no, y yo ,apoyo externo mediante, tampoco. Pero es que llevo doce años trabajando, más de diez fuera de casa de mis padres, cuatro años procurando lo mejor a un hijo y ahora, a estas alturas, con un futuro laboral incierto (le recuerdo antes de acabar que no soy funcionario, soy interino, es decir, temporal) vuelvo a no llegar a final de mes.

Se lo digo a usted y a todos los que se han sentido dichosos al escuchar esta medida. Y eso que soy un privilegiado.

Atentamente,





Fdo: Un ciudadano que cree que otra izquierda es posible.

24 mayo 2010

ENMARAÑANDO VIDAS.


Me pregunto cuantas vidas tenemos que vivir para vivir una sola. De principio a fin. A los veintiocho años creí haber vivido una entera y sin embargo lo siguiente fue una continuación de la primera, otra vida que formaba parte de la misma, como si un estribillo nos enlazara unas estrofas con otras. Y el estribillo es lo que no cambia, porque el estribillo soy yo, es el estribillo lo que conforma el núcleo de mi vida, y permanece intacto, o casi, desde el principio.

No creo que quiera reescribirlo. Y me da no pocos problemas, quebraderos de cabeza, pero sigue ahí, como el soniquete de una canción que a veces nos queremos quitar de la cabeza pero no podemos. Pero al fin y al cabo es música, y son las canciones de mi vida, mi banda sonora, muy pocas veces original.

Y enlazo unas vidas con otras, todas mías, todas nuevas, frágiles al principio y robustas después. Y vuelta al estribillo, haciéndose hueco en la maraña de hilos que cruzan los pasajes de mis vivencias para darles sentido, para completarla, pero intentar al final de la última vida que me toque vivir, cuando ya no vuelva el estribillo, cuando se apague la música, que haya vivido una sola. Creo que con eso me conformo.

19 mayo 2010

MOLARÍA TENER UNA PLACA...


Es de sobra conocido mi gusto por Madrid. Y más concretamente por el centro de Madrid. Me encanta pasear por sus callejuelas estrechas y ver, mirar, admirar lo que queda de ese Madrid que algún día fue. Una de las cosas que me llama la atención son esas placas que hay en los edificios que nos recuerdan que tal o cual personaje relevante residió, nació o murió en dicho inmueble. Y pienso que tiene que molar un güevo que un día una de esas placas le recordara a uno.

Pero claro, para eso hay que haber destacado en vida en algo concreto, lo cual no es ni de lejos mi caso. Ahora que lo pienso yo he probado a hacer muchas cosas, pero nunca me he centrado ni especializado en nada. Tengo que hablarlo con mis padres, o con mi psicopedagoga particular porque puede que tenga déficit de atención o algo así, aunque a estas alturas del viaje no me centra ni mi antigua brújula de boy scout. He probado con la flauta, la armónica, una especie de instrumento de viento que a su vez tiene teclado que no recuerdo como se llama, he probado con puzzles y maquetas, algún que otro deporte antes de descubrir que el ejercicio físico no era mi fuerte… le doy a los malabares a nivel usuario como diríamos ahora, escribo como puedo, cocino razonablemente bien (por aquello de no morir de hambre) y no recuerdo que más cosas he intentado hacer. Al final este blog es la ocupación que mayor tiempo he mantenido, con el cuidado de mi vástago siguiéndole de cerca.

Total que me parece que ni placa ni nada, a no ser que se ponga de moda algo así como “Aquí residió Turula, que destacó por nada y se especializó en menos todavía”. Podría pasar.

17 mayo 2010

PORQUÉ NO HARÉ HUELGA EL DOS DE JUNIO.


Soy empleado público y no voy a hacer huelga el 2 de junio. Y no la voy a hacer, no porque no considere que no haya motivos para ello, porque de hecho considero que hay motivos para una Huelga General. Pero no nos engañemos. La huelga del 2 de junio no es general, es sectaria y exclusiva del sector público.

Es sectaria porque la han convocado los mismos que llevan poniéndole el culo animosamente al gobierno los últimos cinco años, por no decir los últimos treinta. Es exclusiva porque han obviado que los empleados públicos no somos los únicos que vamos a sufrir los delirios de este gobierno que hace tiempo, si es que lo fue algún día, dejo de ser socialista.

Se que hay empleados públicos que cobran sueldos de miseria, pero esa no es la batalla ahora, esa batalla dura mucho tiempo y el caudillo de UGT y el nuevo de CCOO no han hecho nada para remediarlo. Y ahora nos cuentan milongas y dicen que si los pensionistas y los parados, que pobrecitos. Pero la huelga del sector público. Tócate los güevos. Y yo soy gilipollas y me lo trago.

Por eso no voy a hacer huelga, y estaré encantado de encontrarme con un piquete en la puerta de mi curro, porque voy a pasar a trabajar con o sin piquete, porque yo creo en la igualdad y en la equidad, porque pese a las ostias que me he llevado creo en la justicia social, en el bienestar y en la redistribución de la riqueza. Creo en un Estado intervencionista que vela por los intereses de todos, un Estado valiente que no tiemble ante bancos ni zaras ni imperios, creo en las empresas públicas y en el sector público. Creo que una izquierda real y fuerte es posible. Creo en mi trabajo y por ello el dos de junio vendré a trabajar, por eso y por los pensionistas que se van a comer la subida del IVA y del IPC y lo que no está escrito, por los que se han quedado en la puta calle durante estos años y que a ellos también les gustaría currar el día dos, porque los sindicatos de este país son una mierda y si son ellos los que tienen que dar la cara por nosotros que nos pillen confesados.

Turula dixit.

07 mayo 2010

MONO DICE...


Mono. Si te dice una tía que eres mono, olvídate de cualquier plan lujurioso. Estás jodido. Solo querrá ir al cine, comer ese algodón rosa repugnante que se pega por todos lados y contarte alguna parida sobre nosequé amiga que es una guarra. Lo que te lleva a pensar irremediablemente que tú querrías estar con esa amiga guarra y no con tu amiguita tonta de los güevos.

Total, que me pone de los nervios que una tía me diga que soy mono. El motivo principal es el que ya he contado. El segundo es que no lo soy, cualquiera que me haya leído o tratado un par de veces lo sabe. Es un poco como lo de cariño, cuando una cajera macarra te llama cariño, pero como más selectivo.

El otro día fui a comprar y solo por buscar el cambio exacto la torda espetó un “¡uy que mono!”. Si es fatal que te digan que eres mono, no os cuento con un “uy” delante, y no hace falta que os describa el tono de voz. Así gratis, por darle quince céntimos me jodió la mañana. Pero vamos a ver alma de cántaro, si eran las nueve de la mañana de un sábado, bajé a la calle con la camiseta con la que había dormido y unos pantalones de esos de perro flauta que dan pena. Los pelos se disparaban hacia el cielo como si hubieran cobrado vida propia y mi voz parecía más la de un traqueotomizado. ¿Por qué me llamaste mono? ¿Tan bajo has situado tu umbral de hombre mono como para despedazar mi ego de tan buena mañana en plena entrada de fin de semana?

Así que aviso para los que me conocen y también un poco en general por aquello de construir un mundo mejor entre todos. Salvo que sea un llorón y le guste el algodón de azúcar y otros vicios no confesables, el tema del cariño, mono y demás comentarios gilipollas, no gusta. Así a bote pronto, por comentarios que he oído.

Así que si no queréis una respuesta del estilo “para mona tú con tanto pelo y ese culo que da asco…” (Comentario que se puede usted imaginar señora ministra de igualdad desapruebo con vehemencia por machista y maleducado) y cosas por el estilo, ahorraros ese atentado contra mi amor propio y mi ego, que bastante mancillado se encuentra ya a estas alturas del camino…

Turula Dixit.