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13 mayo 2009

MAGIA


Ayer me apeé en la estación de Callao. Bajé andando hacia Sol por la calle Preciados. Parecía un día festivo, temperatura agradable y allí los de siempre. De pronto vi un corrillo, en medio un mago. Blandía una varita, deslizando sus dedos por ella con ese gesto sutil y elegante que solo ellos saben materializar en espectáculo.

Y pensé. Pensé que todo era magia, que mi vida, la de todos los que recorrían la calle, no dejaba de ser magia, y como tal espectáculo. Y sentí un momento de gozo que me duró eso, un momento, lo que tardé en desembocar en la Puerta del Sol, como si me sacaran de una chistera y me expusieran al aplauso. Pero no había aplauso, y una cortina de lágrimas acompañó el soniquete de alguna canción épica retumbando en mi cabeza.

Al final la magia es truco, y las lágrimas que disimulaba tras una lentes oscuras me recordaban que hay que ser hábil para desarrollar los trucos, y de no ser así, en vez de emoción se transmite angustia, y al meter la mano en ese elegante sombrero de copa caemos en un vértigo vacío, un vuelo que una vez iniciado no podemos parar rebotando con las aristas que van y vienen y no elegimos.

Y pensé en mi magia, en esa parte de mí que quiere seguir siendo un niño pero que de alguna manera siento que se aleja empujado por anhelos construidos sobre bases de papel. Y en el papel notas, notas de recuerdos y deseos, notas que se vuelan con cada ráfaga de realidad. Y entonces no hay anhelos, solo yo, con mi magia y mi maleta, y en el corazón un trocito de papel con algo escrito, algo que no puedo leer. Y lo intento.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Vaya, que poético. Me gusta.

mundodechupitas dijo...

Los trucos nunca se cuentan. Ni los del espectáculo ni los de la vida. Cada uno se inventa los suyos propios para sobrevivir. A veces necesitamos que nos los aplaudan y otros, los mejores, nos los aplaudimos nosotros mismos.

Una mala función la tiene cualquiera, pero es solo eso. Una mala función. Ya te contaré yo todo lo que te veo para que vuelvas a chocar las manos con fuerza únicamente en tu honor.