SERVICIOS SOCIALES PARA TODOS Y TODAS. NO A LOS RECORTES

16 mayo 2006

NO QUEDA SINO BATIRSE (III)


Y no queda sino batirse… Siempre las mismas batallas, siempre las mismas lides, el mismo enemigo, la misma traición. Primero silencio, y al amanecer estocada al cuello. Primero viene el golpe y más tarde el dolor, la angustia, propia y ajena, las lágrimas. Pero siempre, siempre que brille una luz en el horizonte, por pequeña que sea, por lejana, por borrosa, siempre queda esa última batalla.

Es la batalla de los valientes, los capitanes de navío que encaramados a la proa de lo que es, ha sido, y será su bastión, se dejan zarandear por las olas, la lluvia y el viento, daga en mano y mirada al frente, erguidos como lo que son, navegantes de una vida que no se abandona sin lucha. Siempre hacia esa luz, al grito de aquí estoy y me cago en tu destino, porque ese no es mío, avanza paso a paso, milla a milla y no está solo.

En estos momentos de penumbra siempre tienes a los tuyos, fruto de lo que has sembrado en una vida dura pero seguro que del todo gratificante. Ellos son el viento de popa, los marineros que no abandonan el barco nunca, los que esperan la señal del capitán, con él navegan y con él comparten destino “Donde tú vayas, yo iré, donde tú mueras, yo moriré”. Esa es la recompensa de toda una vida, una tripulación fiel que no cuestiona, que no duda. Mientras esperas firme el próximo golpe de mar, lo sabes, sabes la fortuna que atesoras y piensas, mientras aprietas los dientes con valentía, que no abandonarás esta lucha, por ellos, por ti, que mientras vislumbres esa luz en el horizonte derramarás hasta la última gota de sudor, sangre y lágrimas, porque si hay luz, hay esperanza.


No te conozco pero se que el camino que inicias será duro para tí y para los tuyos, por eso te mando ánimos, fuerza y esperanza.

No hay comentarios: