SERVICIOS SOCIALES PARA TODOS Y TODAS. NO A LOS RECORTES

21 abril 2006

LA VIDA ES UN INSTANTE.


He visto la cara desencajada de una madre en el entierro de su hijo pequeño. El otro día volcó el autobús en el que viajaba de vuelta de un campamento y ya está... Finito, terminado, muerto. La vida dura lo que dura un instante, es el agua que se escapa entre los dedos al intentar retenerla con el puño cerrado. La vida se cuela por esos pequeños huecos que dejamos al tiempo, y sin darnos cuenta se acabó. De todos es sabido que hace tres meses fui padre. Soy padre de un niño al que adoro por encima de todas las cosas. No trato de explicar nada porque hay cosas que no se describen fácilmente, y el vivir por y para un pequeño ser que te llena la vida hasta desbordarla, no se puede explicar. Pienso en esa madre, en ese instante, ese puto vuelco que arrebató de un plumazo la vida de cuatro personas y que a la vez vació de golpe la de otras tantas madres y padres. Ahora querrán abrir la mano, dejar escapar el agua que retenían con tanta dedicación y amor, porque ya no fluye nada, solo unas amargas lágrimas que chocan contra los labios que besaron a ese hijo que se ha ido.

La vida dura lo que dura un instante y es ese instante el que debemos beber y gozar, porque el día que sale nuestra papeleta en ese bombo maldito, ¡ping! premio y a tomar por saco, ya no quedará más que el recuerdo de los que se quedan y una mano abierta de la que no fluye nada.


Dani, te quiero.

No hay comentarios: