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22 mayo 2012

MORIRSE CON REGULARIDAD SE PUEDE PERO NO SE CUENTA.


Curioso esto del lenguaje. Un día tan importante como hoy que está convocada la primera huelga unificada de la enseñanza en todo el estado, me ha venido a la mente las posibilidades que nos ofrece la lengua. Y no me refiero al trozo de cosa que tenemos adosado al gaznate. Me refiero a la lengua, en este caso la castellana que es en la que mejor me defiendo.

Por ejemplo. Quiero poder conjugar en pasado el verbo morir y en primera persona. “Yo me morí ayer”. Del genero imbécil parece a primera vista, pero oye, la imaginación y por extensión el lenguaje es libre. Y si quiero decir que me morí pues lo digo. Y este tema no es nuevo, que ya un tal Jesucristo se fue para el otro barrio y volvió con sus seres queridos tres días después, y a ver como diantre le contaba el asunto a María Magdalena. “No mira bonita es que llevo tres días sin pasar por casa porque me morí” y la respuesta “pero tu Yisus, ¿me tomas el pelo? ¿Con quien has estado? Con la Ruth esa ¿no? Como es una romántica…como te vas a morir si ese verbo no se puede ni conjugar en pasado en primera persona”. Pues eso, que Misis Mafin tiene toda la razón, sino se conjuga no existe.

Es lo que tienen las palabras, que al final son la representación sólida y en cierta manera tangible de lo que pensamos. Si alguien duda de la solidez de las palabras es que nunca le han dado un buen viaje dialéctico.

Y también llevo un par de días pensando en un término que puede inducir a error. “Regular”. A ver, “¿te ha gustado esa peli?”  Digo, y me dicen “regular”, pues caca ¿no?, entre bien, mal y regular, pues por en medio. Vamos que no me dormí en el cine porque había desembolsado siete pavazos. “Me encuentro regular”, ya no te encuentras bien, de hecho te encuentras tirando a mal. Pero ojo, yo hacía las cosas regular a mi padre le parecía poco pero, si soy tengo una regularidad, es bueno. O no. Porque si suspendes cinco asignaturas en cada evaluación tienes regularidad pero no llegas ni siquiera a regular. En fin que es un follón.

De hecho hay competiciones deportivas que dan el premio a la regularidad. Sin ir más lejos cuando se habla de eso llamado fútbol (también en cristiano balompié), hay un topicazo que dicen los locutores “…. Y el equipo Ribarridruejo del Potojo, ¡menuda segunda vuelta! ¡Que regularidad!”. Pues eso.

Y si cagas bien habitualmente vas al baño con regularidad, pero si cagas regular tienes que tomarte los yogures esos del Coronado.

Curioso esto del lenguaje, y entiendo que un poco particular esto mío de dar vueltas a cosas absurdas. Lo hago cuando en mi diarreica mente se abre un espacio minúsculo a la imaginación. ¿Os habéis fijado que el término “particular” tiene muchas acepciones también y muy dispares? Lo dejo, pero volveré (amenazados quedáis).

1 comentario:

jairo F.Quindós dijo...

que grnde eres y que cierto que la regularidad se de connotacion positiva en algunos casos y tan negativa en otros