SERVICIOS SOCIALES PARA TODOS Y TODAS. NO A LOS RECORTES

07 febrero 2006

NO SON BRUTITOS NI NADA.


Que poquita risa tienen estos musulmanes. En realidad el escaso, sino nulo, sentido del humor lo tienen los pocos energúmenos que se dedican a convertir en territorio comanche todo lo que pillan a cuento de unas caricaturas ilustradas en Dinamarca el año pasado.

Más allá de que sea o no una falta de respeto, cada cual que juzgue de acuerdo con sus principios, la verdad es que las reacciones a lo largo y ancho del mundo están siendo desmesuradas. Personalmente no creo en nada, y si hay dios, sea Alá o Buda que baje y ponga un poco de orden en mi vida que soy como Santo Tomás, si no lo veo no lo creo. Como decía, no creo en nada y considero que se puede hacer broma y chanza de todo o de casi todo, y si alguien se molesta, pues perdóneme usted que no ha sido con ánimo ofensivo, o si. Lo que me da la sensación es que en este mundo de proliferación de armas nucleares, de degradación medio ambiental, de exaltación nacionalista y religiosa hay casos de fulanos y fulanas que viven por y para el cabreo. Son profesionales de la exaltación de la enemistad y de lucha contra el mundo. Auténticos mercenarios de la crítica destructiva y el odio. Si algún día reinara la paz y la armonía absoluta en la tierra, estos sujetos con similitudes genéticas al garbanzo extremeño aunque con aspecto humano, se consumirían asfixiados por su propia mezquindad, reduciéndose a cenizas con olor a azufre. Ejemplos no nos faltan en el patio de colegio llamado Congreso de los Diputados, pero de momento solo piden firmitas para su causa, se perdonan créditos millonarios, o me comen la orejita con lenguas propias y errehaches autóctonos.

Me pierdo. Estaba hablando del Mahoma ese con el petardo en el turbante que tanto ha mosqueado a algunos talibanes. Yo, como ferviente lector de la revista El Jueves, me adhiero al apoyo que se ha manifestado a favor de los dibujantes y de la revista danesa. Comprendo a los que se han sentido ofendidos y lo han manifestado de forma pacífica y siento que lo hayan vivido así, ya que no creo que os dibujantes hayan querido ofender al Islam. Pero dedico mi más ferviente repulsa a esos fanáticos cegados por una fe que malinterpretan, pervierten y ahogan; a los fascistas oportunistas que se suben al carro de la crítica a una religión que nada les ha hecho más allá de exaltar su ya de por si exacerbado racismo. Por mi, podéis mataros entre vosotros, pero no me pidáis que me una a vuestra febril demencia.

No se muy bien como concluir, más que agradecer que aún queden personas que viven la religión desde el amor y la confraternidad, y pedirles que si un día de éstos contactan con Él, le digan que se pase a verme, que tengo un par de cosillas que consultarle.

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