Lo reconozco. Ayer usé el móvil varias veces, incluso me atrevería a decir que más que otros días. No tengo perdón. En realidad no es mi culpa, de verdad. Reniego de lo que me dijo mi madre cuando la llamé, al móvil of course, por la mañana “eres una mezcla entre radical y toca pelotas”. Hombre, me halaga, pero yo no diría tanto, aún soy joven y me queda mucho camino por recorrer. Mi hermano me dijo que me había cogido el teléfono porque no tiene fijo, y mi hermana pequeña va y me suelta que si la hubiera llamado no me lo hubiera cogido. ¡Ja! No se lo cree ni ella. Una post adolescente que no me coge el móvil, juas juas juas, me parto y me troncho.
Bueno volvamos a mi escaso compromiso con el día del ….Por cierto, ¿Cómo titularon este día? El de los móviles caídos o algo así, vaya grito de guerra, los directivos de las compañías deben estar aún escondidos en sus despachos. Ya les veo, ahí, acojonados a la espera de que pase el día del diluvio universal. Yo no es por no ser solidario, que lo sábados de los meses de enero de los años impares cuando caen bisiestos, soy súper solidario. Pero es que ayer era el día mundial contra la ablación y que queréis que os diga, soy chico, vamos tío, quiero decir hombre, y no me puedo adherir a dos causas simultáneamente, porque me disperso. Una cosa es abrir un bote de café recitando la tabla del uno, que tampoco me sale y mira que lo he intentado, y otra muy distinta es el compromiso simultáneo. Ahí si que no llego.
Total, que me solidaricé con lo de la ablación, porque entre no hablar por el móvil o no practicarle la ablación a ninguna niña, consideré que sería mucho más significativo no mutilar a las féminas. Uno tiene sus prioridades. Sabía que iba a ser difícil, pero aguanté como un campeón, haciendo caso omiso a mi voluntad de sacar el bisturí cada vez que me cruzaba con una cría. Cuando veía que los síntomas de flaqueza se apoderaban de mi, entonces sacaba el móvil y llamaba a alguien. Comprenderéis entonces que el uso que hice del móvil, en mi caso, fue de fuerza mayor…
Bueno volvamos a mi escaso compromiso con el día del ….Por cierto, ¿Cómo titularon este día? El de los móviles caídos o algo así, vaya grito de guerra, los directivos de las compañías deben estar aún escondidos en sus despachos. Ya les veo, ahí, acojonados a la espera de que pase el día del diluvio universal. Yo no es por no ser solidario, que lo sábados de los meses de enero de los años impares cuando caen bisiestos, soy súper solidario. Pero es que ayer era el día mundial contra la ablación y que queréis que os diga, soy chico, vamos tío, quiero decir hombre, y no me puedo adherir a dos causas simultáneamente, porque me disperso. Una cosa es abrir un bote de café recitando la tabla del uno, que tampoco me sale y mira que lo he intentado, y otra muy distinta es el compromiso simultáneo. Ahí si que no llego.
Total, que me solidaricé con lo de la ablación, porque entre no hablar por el móvil o no practicarle la ablación a ninguna niña, consideré que sería mucho más significativo no mutilar a las féminas. Uno tiene sus prioridades. Sabía que iba a ser difícil, pero aguanté como un campeón, haciendo caso omiso a mi voluntad de sacar el bisturí cada vez que me cruzaba con una cría. Cuando veía que los síntomas de flaqueza se apoderaban de mi, entonces sacaba el móvil y llamaba a alguien. Comprenderéis entonces que el uso que hice del móvil, en mi caso, fue de fuerza mayor…
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