Soy republicano convencido. La monarquía me parece una institución tan obsoleta como, parasitaria. No se concibe que en pleno siglo XXI una institución machista y regida bajo el funcionamiento de la gracia de dios, sea la cabeza, aunque simbólica, de un Estado moderno. No es cuestión de izquierdas o derechas, hay quien aún identifica el ser republicano con ser de izquierdas, se trata de cimentar el régimen político de un país en una institución moderna y democrática, porque la monarquía no lo es, yo no puedo elegir, ni ser elegido rey, con lo que me molaría pasearme con mi cetro y mi corona por la calle. ¿Os imagináis que chulo? Por el centro de Madrid de cañitas, con mi regio atuendo en la barra del bar: “una cañita por favor…y te ordeno caballero, que has tirado muy bien la caña y te has estirado con la tapita”, “hola guapa, ¿Qué si estudio o si trabajo?, ninguna de las dos hermosa, soy rey de España”. Toma vacile… Me postulo para rey cagando leches.
Que me despisto. Todo esto viene a que aún siendo contrario a la monarquía debo decir que la reina me mola. Si si, la griega, como los yogures. En esta nación de naciones llamado “elcoñodelabernarda” suena muy cool decir que uno es republicano pero juancarlista, que además esquía en Baqueira como yo, osea. Pues yo diré que soy republicano y sofiísta (o como diantre se dijera o dijese), que por cierto, también esquía en Baqueira como un servidor, dale.
Siempre me han gustado las mujeres que son eso, mujeres, con clase, elegantes, con saber estar. Antes de que se me eche encima el club de leonas en pie de guerra, diré que me este rasgo me gusta igual en los machotes que en las féminas, pero es que ahora hablo de las segundas. Así que ya estáis envainando los sables. La reina es un ejemplo, a mi humilde juicio, de saber estar, de llevar con un rigor profesional que deja pasmado, un estilo de vida que ignoro si le place o no, pero que a mi me resultaría un coñazo. Ejerce de embajadora solidaria por el mundo, parece cercana y leal con su familia, da la misma sensación en su contacto con la plebe y además, pese a hablar español como el culo, aunque lleve viviendo aquí toda la vida, siempre tiene palabras amables con los medios de comunicación. Y por último, me parece muy elegante, lo cual no deja de tener su risa para todo aquel que conozca mi forma de vestir.
En esta mañana de lunes me despido diciendo ¡Viva la república!, ¡Viva la Sofi!
Salud.
Que me despisto. Todo esto viene a que aún siendo contrario a la monarquía debo decir que la reina me mola. Si si, la griega, como los yogures. En esta nación de naciones llamado “elcoñodelabernarda” suena muy cool decir que uno es republicano pero juancarlista, que además esquía en Baqueira como yo, osea. Pues yo diré que soy republicano y sofiísta (o como diantre se dijera o dijese), que por cierto, también esquía en Baqueira como un servidor, dale.
Siempre me han gustado las mujeres que son eso, mujeres, con clase, elegantes, con saber estar. Antes de que se me eche encima el club de leonas en pie de guerra, diré que me este rasgo me gusta igual en los machotes que en las féminas, pero es que ahora hablo de las segundas. Así que ya estáis envainando los sables. La reina es un ejemplo, a mi humilde juicio, de saber estar, de llevar con un rigor profesional que deja pasmado, un estilo de vida que ignoro si le place o no, pero que a mi me resultaría un coñazo. Ejerce de embajadora solidaria por el mundo, parece cercana y leal con su familia, da la misma sensación en su contacto con la plebe y además, pese a hablar español como el culo, aunque lleve viviendo aquí toda la vida, siempre tiene palabras amables con los medios de comunicación. Y por último, me parece muy elegante, lo cual no deja de tener su risa para todo aquel que conozca mi forma de vestir.
En esta mañana de lunes me despido diciendo ¡Viva la república!, ¡Viva la Sofi!
Salud.
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