Los andaluces han dicho SI al nuevo Estatuto. Bueno, han dicho que si tres o cuatro, los demás ni si ni no, ni fa ni fa. Los resultados son los siguientes: El 87 % de los votantes lo han hecho a favor, el 13 % en contra. Los votantes que han acudido a las urnas han sido un 36 % de los que tenían ese derecho. Conclusión de la jornada de votación: A la mayoría de los andaluces el Estatuto se la sopla. Pero mucho.
El Estatuto de una Comunidad Autónoma es algo más que recoger en un artículo si el territorio en cuestión es una nación o un güevo al plato con sus guisantitos y su jamoncito (lo que no deja de ser curioso es que ha habido consenso entre los dos “grandes” partidos en cuanto a reconocer a Andalucía como realidad nacional, cuestión que supuso el inicio del desmoronamiento de España para algunos políticos de la extrema derecha española). Es un conjunto de políticas que van a regir el camino a emprender por parte de las administraciones que engloban esa comunidad y por extensión, la relación que se tendrá con el Gobierno Central, ese al que los nacionalismos periféricos gustan llamar “de Madrid”, como si los de aquí no tuviéramos suficiente con lo nuestro.
El problema, es que la mayoría de nosotros no entendemos de estas cosas. Nos podemos leer el Estatuto y captamos lo mismo que si nos leemos las páginas amarillas en arameo y puestas del revés. Además lo que entendamos suena todo súper bonito, en plan mundo de yuppi, juntos de la mano miembros de una iglesia…la la la y mucho amor entre todos. Y cuando algo pinta tan bonito, malo. Eso es que te están intentado marcar un golazo, endiñarte a capón todo eso que no has entendido y que supone el 90 % del texto.
Si se trata de algo tan importante y la gente no vota puede ser por dos motivos. Primero, la gente pasa mogollón, o, segundo, los políticos no han sabido (o no han querido) explicar el mencionado texto de forma que los ciudadanos se sintieran implicados en su propio desarrollo. Conclusión: Los políticos lo han hecho mal, muy mal, y aún tienen el cuajo de decir cosas como que la participación ha sido baja porque la gente se ha confiado en que se iba a aprobar. Lo que hay que oír…
El Estatuto de una Comunidad Autónoma es algo más que recoger en un artículo si el territorio en cuestión es una nación o un güevo al plato con sus guisantitos y su jamoncito (lo que no deja de ser curioso es que ha habido consenso entre los dos “grandes” partidos en cuanto a reconocer a Andalucía como realidad nacional, cuestión que supuso el inicio del desmoronamiento de España para algunos políticos de la extrema derecha española). Es un conjunto de políticas que van a regir el camino a emprender por parte de las administraciones que engloban esa comunidad y por extensión, la relación que se tendrá con el Gobierno Central, ese al que los nacionalismos periféricos gustan llamar “de Madrid”, como si los de aquí no tuviéramos suficiente con lo nuestro.
El problema, es que la mayoría de nosotros no entendemos de estas cosas. Nos podemos leer el Estatuto y captamos lo mismo que si nos leemos las páginas amarillas en arameo y puestas del revés. Además lo que entendamos suena todo súper bonito, en plan mundo de yuppi, juntos de la mano miembros de una iglesia…la la la y mucho amor entre todos. Y cuando algo pinta tan bonito, malo. Eso es que te están intentado marcar un golazo, endiñarte a capón todo eso que no has entendido y que supone el 90 % del texto.
Si se trata de algo tan importante y la gente no vota puede ser por dos motivos. Primero, la gente pasa mogollón, o, segundo, los políticos no han sabido (o no han querido) explicar el mencionado texto de forma que los ciudadanos se sintieran implicados en su propio desarrollo. Conclusión: Los políticos lo han hecho mal, muy mal, y aún tienen el cuajo de decir cosas como que la participación ha sido baja porque la gente se ha confiado en que se iba a aprobar. Lo que hay que oír…
P.D: FELICIDADES BEA!!!!! MUAKS MUAKS MUAKSSSSSSS
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