Transito por el centro de Madrid. Es temprano. No hace frío, la temperatura es de estas raras que permiten ir en manga corta o larga, escote y cuello vuelto. Veo pasar trajes caros con hombrecillos dentro, pijas portando cafés con tapa, viejos despreocupados, jóvenes triunfadores, algún que otro coche de lujo. Y en la pared, apoyado, está él con gesto honrado y de resignación, y su particular currículum vitae: “Un ayuda por favor. Que dios les bendiga”. Y en esta sociedad en la que nada se da por nada me pregunto “¿Y si dios no existe?”.
1 comentario:
Eso también me pregunto yo... ;)
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