En documentos TV ayer nos presentaron a Mohamed. "El terrorista". Cuando Mohamed tenía 16 años preparó un ataque suicida en Israel que finalmente no pudo llevar a cabo porque el conductor del autobús que iba a saltar por los aires le descubrió antes de detonar la bomba. Y entonces aparece la familia sionista del conductor sionista comentando lo felices que son porque gracias a la torá y a la madre sionista que les parió a todos ahora pueden seguir junto a su padre que le quieren mucho y tal.
Pues fíjate que me alegro un muchísimo que puedan seguir junto a su padre al que quieren un güevo y tal, pero es que resulta que a escasos treinta kilómetros hay muchos seres humanos cuyos padres están presos, o muertos o niños que pasean al lado de las armas de los soldados de Sión.
Así que no me vengan a presentar al humilde conductor de autobús como un héroe nazional, porque esa familia sionista, como todos y cada uno de los sionistas, mayores y pequeños, mujeres y hombres, sionistas todos, son cómplices activos en el terrorismo del estado de Sión, estado artificial y violento, estado desarrollado ejecutor del mayor genocidio de los siglos XX y XXI, estado construido a golpe de talonario y a tiro de fúsil. Estado terrorista de Sión que se ha construido con el apoyo de las instituciones internacionales, de la Unión Europea, de los Estados Unidos y de la ONU, que se ha pasado por el forro las tibias resoluciones del Consejo de Seguridad de este último.
Así que esas familias sionistas no son inocentes. Ningún sionista con un pie en Palestina es inocente. Y mientras sigan ocupando un territorio que no les pertenece a cuenta de una deuda que Europa sintió que tenía con ellos, y basando su ilegal ocupación desde hace miles de años en supuestos mandatos divinos, se exponen a que hayan muchos Mohameds, lo cual no apruebo pero me cuesta condenar, y se exponen a que el pueblo legítimo de esas tierras ponga todo su empeño en expulsar al Estado de Sión, terrorista e ilegal. No os confundáis, no sois inocentes.
Pues fíjate que me alegro un muchísimo que puedan seguir junto a su padre al que quieren un güevo y tal, pero es que resulta que a escasos treinta kilómetros hay muchos seres humanos cuyos padres están presos, o muertos o niños que pasean al lado de las armas de los soldados de Sión.
Así que no me vengan a presentar al humilde conductor de autobús como un héroe nazional, porque esa familia sionista, como todos y cada uno de los sionistas, mayores y pequeños, mujeres y hombres, sionistas todos, son cómplices activos en el terrorismo del estado de Sión, estado artificial y violento, estado desarrollado ejecutor del mayor genocidio de los siglos XX y XXI, estado construido a golpe de talonario y a tiro de fúsil. Estado terrorista de Sión que se ha construido con el apoyo de las instituciones internacionales, de la Unión Europea, de los Estados Unidos y de la ONU, que se ha pasado por el forro las tibias resoluciones del Consejo de Seguridad de este último.
Así que esas familias sionistas no son inocentes. Ningún sionista con un pie en Palestina es inocente. Y mientras sigan ocupando un territorio que no les pertenece a cuenta de una deuda que Europa sintió que tenía con ellos, y basando su ilegal ocupación desde hace miles de años en supuestos mandatos divinos, se exponen a que hayan muchos Mohameds, lo cual no apruebo pero me cuesta condenar, y se exponen a que el pueblo legítimo de esas tierras ponga todo su empeño en expulsar al Estado de Sión, terrorista e ilegal. No os confundáis, no sois inocentes.
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