No se que titular he leído que me he acordado de “curso de ética periodística” que hacían en la primera etapa de Caiga Quien Caiga. En cualquier caso el tema viene a que no acabo de entender la necesidad de hacer constar en un titular la nacionalidad del sujeto o sujetos para según que noticias. Veamos.
Si unos albanokosovares matan a un paisano suyo no veo tan mal que se mencione de donde puedan ser oriundos, al fin y al cabo el pensar que pueda tratarse de un ajuste de cuentas me da tranquilidad. Los que tienen que ajustar cuentas conmigo emplean métodos más civilizados, creo. Si un conductor atropella a un peatón, es absolutamente irrelevante si el mencionado conductor es nacido en Lima o en Zotrullo del Cipote provincia de tal. En este caso, si mencionamos la nacionalidad del conductor y este resulta ser peruano, la mente de mucha gente propensa a excusar sus miserias a costa de los demás no será “pobre ancianita, arrollada en un paso de cebra” sino “cabrón de peruano se podía ir a atropellar llamas a su aldea indígena”.
Y entonces uno que parece mal pensado de nacimiento, empieza a cuestionarse la intencionalidad de estos mensajes. Puede ser, uno, porque crear cizaña entre vecinos da vidilla a la gente y crea audiencia. O dos, porque las cadenas de televisión, prensa escrita y demás medios de desinformación suelen estar participados, cuando no monopolizados, por empresas con vínculo político, de uno u otro signo.
Y como soy más retorcido que unas trenzas, pues me inclino por lo segundo, sobretodo en momentos de crisis como el actual, porque el miedo al otro es fácil de transmitir y nos permite no profundizar mucho en los problemas reales y por supuesto no trabajarnos unas soluciones acordes con el problema a tratar. Propagar el racismo creo que se llama.
Un poco de decencia y ética periodística no vendría mal en alguna que otra redacción, porque sino terminaremos por ver el titular estrella de CQC, “Un negro mata a un hombre”, y hay cosas que no pueden ser. Digo.
Si unos albanokosovares matan a un paisano suyo no veo tan mal que se mencione de donde puedan ser oriundos, al fin y al cabo el pensar que pueda tratarse de un ajuste de cuentas me da tranquilidad. Los que tienen que ajustar cuentas conmigo emplean métodos más civilizados, creo. Si un conductor atropella a un peatón, es absolutamente irrelevante si el mencionado conductor es nacido en Lima o en Zotrullo del Cipote provincia de tal. En este caso, si mencionamos la nacionalidad del conductor y este resulta ser peruano, la mente de mucha gente propensa a excusar sus miserias a costa de los demás no será “pobre ancianita, arrollada en un paso de cebra” sino “cabrón de peruano se podía ir a atropellar llamas a su aldea indígena”.
Y entonces uno que parece mal pensado de nacimiento, empieza a cuestionarse la intencionalidad de estos mensajes. Puede ser, uno, porque crear cizaña entre vecinos da vidilla a la gente y crea audiencia. O dos, porque las cadenas de televisión, prensa escrita y demás medios de desinformación suelen estar participados, cuando no monopolizados, por empresas con vínculo político, de uno u otro signo.
Y como soy más retorcido que unas trenzas, pues me inclino por lo segundo, sobretodo en momentos de crisis como el actual, porque el miedo al otro es fácil de transmitir y nos permite no profundizar mucho en los problemas reales y por supuesto no trabajarnos unas soluciones acordes con el problema a tratar. Propagar el racismo creo que se llama.
Un poco de decencia y ética periodística no vendría mal en alguna que otra redacción, porque sino terminaremos por ver el titular estrella de CQC, “Un negro mata a un hombre”, y hay cosas que no pueden ser. Digo.
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