LIBERTAD Vs CONTROL

48 cámaras de vigilancia. Una comisaría en la plaza. Presencia policial constante. No dudo que habrá gente encantada con las medidas. Hay gente para todo, pero a mi me parece terrible, denigrante y un atentado contra la libertad del individuo y del colectivo. Lavapiés estará vigilado de punta a punta, cada calle, cada esquina, cada banco, y esa vigilancia amenaza con disolver la vidilla que puebla el barrio. A mi tampoco me gustaría sentirme observado sin tregua. Leí que un ciudadano cualquiera es grabado unas siete veces en Londres en una jornada normal. Pronto será igual en Lavapiés.

Lo malo es que no me sorprende. La línea del ayuntamiento de esta nuestra querida capital del reino va por ahí, y aún tenemos que estar agradecidos que estas cosas no las maquine la mente perversa de la lideresa. Libertad frente a control. Yo elijo libertad, elijo el riesgo que supone vivirla y sobretodo elijo confiar en el otro. Elijo no vigilar. Elijo educar, convivir, escuchar, tolerar.

1984. George Owell y sus paranoias conspirativas. Gran Hermano te vigila. Uniformidad, policía del pensamiento y control. Como novela me fascinó, lo que me da miedito es el camino emprendido por las “autoridades” madrileñas y del estado en general. Control y represión. Lavapiés estará vigilado 24 horas, y muchos ciudadanos del barrio recelarán, tendrán miedo y los de los alrededores pensarán que si se toma esa medida por algo será.

Menos cámaras de vigilancia y control y más desarrollo comunitario, apoyo a colectivos y educar en convivencia, que al final se va a liar de verdad, y eso sí, el día que se monte gorda por puro hastío va a quedar perfectamente grabado y yo estaré allí, así que espero que me cojan el perfil bueno. Que no por ser crítico dejo de ser coqueto. Joder. Turula dixit.

¿SE HACE CAMINO AL ANDAR?

No hago más que andar últimamente, y no llego a ninguna parte. Creo que siento que si me desplazo por las calles, rápido o despacio, de día o de noche, conseguiré llegar a un puerto que desconozco. Y no llego. Pero ando. No paro de hacerlo. Cada día salgo a la calle, recorro callejuelas, plazas, parques, pienso…pero nunca llego. No se donde debo llegar. Y creo que el origen de mi fracaso está en eso, en el origen, porque no se de donde salgo y sin salida no hay meta. Y vuelvo a intentarlo, vuelvo a los mismos sitios, a las mismas plazas, a los mismos parques, a las mismas calles, y a veces no se volver, no puedo hacerlo. Porque no se a donde debo volver. Ni ir. No se…

REBELIÓN EN LA GRANJA YA....

Hay un extraño mal que me aqueja. Me repugna ver como un ser humano maltrata a un animal. En este caso me refiero al toreo. No es la primera vez que hago referencia a ésto en el blog, pero ayer fue la primera vez que vi como un toro empitona a un caballo. Un caballo que vio como su dueño y señor le ponía a lidiar con un toro bravo. Así, sin más. Y ese toro bravo debe enfrentarse a una muerte segura ante la algarabía de miles de espectadores satisfechos con sus malsanas y enfermas necesidades “culturales”. Y ese caballo se alzó más de lo previsto, y ese toro le hincó el asta hasta el citoplasma, y en estos momentos mi querido caballo se debate entre la vida y la muerte en una clínica veterinaria. Sobre el toro ni hablo que ya nos hacemos una idea de donde está a estas horas.

Hay que ser muy cafre y muy cabrón para gozar con la agonía ajena, sea de persona humana o de un animal. Y no solo gozar de su agonía sino hacerlo en público, en grupo y ser capaz de valorar el sacrificio del animal. Por eso de vez en cuando el que goza como ellos al ver como uno de estos hermosotes toros bravos empitona sin piedad al farolillo que tiene delante, soy yo. Y lástima que ayer el equino no cayera encima de su jinete y le aplastara los güevos, y lo que no son los güevos también.

Pero al caballo no. El caballo no ha elegido estar ahí, el caballo no ha elegido convertirse en corcel de un asesino, el caballo no lo haría…Por eso alzo la voz y protesto, digo que no, que el toreo no es cultura, que es crimen y asesinato, que es vileza y cobardía, y que mucho se lo van a tener que currar para que me apee de mi burro. Y mi burro no muere porque si, mi burro es mío y no permite que me bajen. Turula dixit.

...LA VIDA ES UNA ELECCIÓN...

FIN DE TRAYECTO.

A TI QUE AYER LLORASTE...

Ayer te vi llorar. Estabas sentada en un banco esperando al metro. No tendrías más de dieciséis años. Según pasé a tu lado intentaste disimular y al sentarme un poco más lejos, sacaste corriendo un pequeño espejo e intentaste disimular el rojo de sus ojos. Lo que no disimulaste fue la pena. Ibas arreglada, como van los chicos y chicas de esa edad cuando quieren que se sepa que están ahí. Una cinta en el pelo, seguro que a una distancia perfectamente estudiada, con un flequillo inmaculado.

Sin embargo me fijé en tu pena. No me gusta ver a la gante llorar, y por alguna reminiscencia machista y fascista (me lo digo yo por si alguien pensaba rebatirme) no soporto ver llorar a una mujer. Pensé en la pena que podía tenerte abatida. “Un novio” me dije recurriendo a lo fácil. Tú, que tan cuidadosamente te habías pertrechado con tus mejores galas, no conseguiste atraer la atención de algún imbécil. A lo mejor no era eso. Una discusión, unas palabras mal dirigidas a tu madre, tu padre, una amiga. No, a una amiga no, a tu amiga, esa figura que representa el escuadrón con el que a todo te enfrentas, esa confidente a la que un día la hieres de palabra o acción y piensas que todo ha acabado. Quizás un suspenso, un castigo en el instituto o alguna situación de las que te mortifican socialmente entre tu grupo.

No lo se, y creo que en alguna ocasión he hablado de la grandeza de la adolescencia, de esas penas que nos arrastran a lo más profundo del abismo, de esos amores que serán eternos, de esos amigos con los que nos enfrentaríamos a la misma muerte si con ello sellamos nuestro pacto de lealtad. Es la vida en formato superlativo, es al fin y al cabo un volcán de emociones, es pasión, odio y amor, llanto y risa, es riqueza y miseria, es querer y hacer, es velocidad, es no poder detenerse ante un despertar a los estímulos.

Y tu ayer lloraste unas lágrimas pesadas, que enrojecieron tus ojos, y quizás aún no sabes que vas a llorar un montón, que seguro que esa pena te lastrará unos días y después reirás, reirás y volverás a llorar, porque esa grandeza que empiezas a sentir, esa vorágine de emociones que te marean hasta querer arrancarlas a golpes, esa es la grandeza de la vida, de tu vida. Disfrútalas, porque el día que no lo hagas te hundirás con ellas.

MAGIA

Ayer me apeé en la estación de Callao. Bajé andando hacia Sol por la calle Preciados. Parecía un día festivo, temperatura agradable y allí los de siempre. De pronto vi un corrillo, en medio un mago. Blandía una varita, deslizando sus dedos por ella con ese gesto sutil y elegante que solo ellos saben materializar en espectáculo.

Y pensé. Pensé que todo era magia, que mi vida, la de todos los que recorrían la calle, no dejaba de ser magia, y como tal espectáculo. Y sentí un momento de gozo que me duró eso, un momento, lo que tardé en desembocar en la Puerta del Sol, como si me sacaran de una chistera y me expusieran al aplauso. Pero no había aplauso, y una cortina de lágrimas acompañó el soniquete de alguna canción épica retumbando en mi cabeza.

Al final la magia es truco, y las lágrimas que disimulaba tras una lentes oscuras me recordaban que hay que ser hábil para desarrollar los trucos, y de no ser así, en vez de emoción se transmite angustia, y al meter la mano en ese elegante sombrero de copa caemos en un vértigo vacío, un vuelo que una vez iniciado no podemos parar rebotando con las aristas que van y vienen y no elegimos.

Y pensé en mi magia, en esa parte de mí que quiere seguir siendo un niño pero que de alguna manera siento que se aleja empujado por anhelos construidos sobre bases de papel. Y en el papel notas, notas de recuerdos y deseos, notas que se vuelan con cada ráfaga de realidad. Y entonces no hay anhelos, solo yo, con mi magia y mi maleta, y en el corazón un trocito de papel con algo escrito, algo que no puedo leer. Y lo intento.

EL MUNDO DE ESTHER.

Cantautores. Como tengamos que confiar en ellos para cambiar el mundo vamos listos de papeles. No niego que su música pueda tener su aquel. El mundo de los cantautores es muy curioso. Es como una secta. Hablo de estos cantautores con letras de coro de misa de domingo que creen que vivir en Lavapiés es lo más cool, y que por ello son jóvenes comprometidos.

Ayer fui a un concierto al cual no pude entrar (es lo que tiene ir sin entrada) de un tal Marwan. Al final resultó que en la barra se escuchaba igual que dentro así que amorticé el precio de la entrada en cañas. Me regalaron el disco del chaval y éste tuvo a bien firmármelo (en breve tendré mi propio Hall of Fame en casa, con mi chupa firmada por Metallica y mi disco firmado por Marwan). El caso es que esta mañana lo estoy escuchando y no está mal, me gusta. Ahora que como quiera invadir Gibraltar después de esto, me doblegan con un paquete de kleenex. Me dijo una amiga el otro día que los jipis eran seres improductivos (y alguna cosilla más que no cuento por no herir sensibilidades, que ya se sabe, soy un moderado) y que no hacían nada por cambiar las cosas. A esta lista de seres improductivos yo añado a los cantautores que para echarse unos llantos tienen su punto, pero ya.

Saco varias conclusiones.

Uno. Los cantautores tienen un club secreto, en el cual acuerdan colaborar todos en los discos de todos. Ismael Serrano, Luis Ramiro, Marwan, Lucas, Javier Álvarez Tontxu, Carlos Chawen…

Dos. Se reúnen para ver quien cuenta el suceso más triste y otro le pone la música, generalmente con cuatro acordes. Después lloran y se sobreponen. Se abrazan y besan, porque en el submundo del compromiso social tiene que haber mucho contacto físico.

Y tres. ¿Os habeis dado cuenta que los músicos que menos consiguen encuadrar una letra en una música son los cantautores? Siempre tienen que alargar el final de una palabra. En plan “se llamaba pobreza aaaa aaaa”. Algo así.

Salud.

Muchas gracias por el disco Esther.



Disco: Marwan “Trapecista”. Producido por Ismael Guijarro y Pablo Cebrián. http://www.marwanweb.com/.

SOBRE INFORMACIÓN INÚTIL.

No se que titular he leído que me he acordado de “curso de ética periodística” que hacían en la primera etapa de Caiga Quien Caiga. En cualquier caso el tema viene a que no acabo de entender la necesidad de hacer constar en un titular la nacionalidad del sujeto o sujetos para según que noticias. Veamos.

Si unos albanokosovares matan a un paisano suyo no veo tan mal que se mencione de donde puedan ser oriundos, al fin y al cabo el pensar que pueda tratarse de un ajuste de cuentas me da tranquilidad. Los que tienen que ajustar cuentas conmigo emplean métodos más civilizados, creo. Si un conductor atropella a un peatón, es absolutamente irrelevante si el mencionado conductor es nacido en Lima o en Zotrullo del Cipote provincia de tal. En este caso, si mencionamos la nacionalidad del conductor y este resulta ser peruano, la mente de mucha gente propensa a excusar sus miserias a costa de los demás no será “pobre ancianita, arrollada en un paso de cebra” sino “cabrón de peruano se podía ir a atropellar llamas a su aldea indígena”.

Y entonces uno que parece mal pensado de nacimiento, empieza a cuestionarse la intencionalidad de estos mensajes. Puede ser, uno, porque crear cizaña entre vecinos da vidilla a la gente y crea audiencia. O dos, porque las cadenas de televisión, prensa escrita y demás medios de desinformación suelen estar participados, cuando no monopolizados, por empresas con vínculo político, de uno u otro signo.

Y como soy más retorcido que unas trenzas, pues me inclino por lo segundo, sobretodo en momentos de crisis como el actual, porque el miedo al otro es fácil de transmitir y nos permite no profundizar mucho en los problemas reales y por supuesto no trabajarnos unas soluciones acordes con el problema a tratar. Propagar el racismo creo que se llama.

Un poco de decencia y ética periodística no vendría mal en alguna que otra redacción, porque sino terminaremos por ver el titular estrella de CQC, “Un negro mata a un hombre”, y hay cosas que no pueden ser. Digo.

LUCHA, RESISTENCIA Y DIGNIDAD

O nos radicalizamos o morimos. El señor Arturo Fernández, presidente de la Confederación Empresarial de Madrid nos vuelve a tratar como becerros ignorantes y sumisos intentando convencernos de que el contrato de crisis, al cual ya me he referido en este blog, es lo mejor de lo más para todos. Curritos incluidos.

Nos informa del respaldo que tiene dicho contrato de mierda de la presidentísima de la Comunidad de Madrid. Acabáramos. Entonces ya me ha terminado de convencer. No puede ser bueno. La historia aquí es que los contratos de mierda de toda la vida, esos que permiten a empresas terroristas de trabajo temporal contratarte un rato, ya no van a ser temporales, van a ser “Indefinido no fijo”, pero eso sí, las condiciones van a ser igual de opresoras y humillantes para el trabajador, vamos que no cambia nada. A los dos años, el empresario puede echarte a la calle (creo que se denomina no renovación) o convertir tu contrato en “indefinido fijo” el cual para gozo y regozo de estos negreros y su lideresa, si que cambia, porque te podrán despedir “… por decisión empresarial, durante toda su vigencia, sin más obligación que la de preavisar al trabajador con un mes de antelación y abonarle una indemnización de veinte días de salario por año de servicio con el tope de doce mensualidades.”

Y te friego la casa, no te jode. Lo que viene a decir es que nos van a poder despedir sin más, sin explicación alguna, solo con un preaviso de un mes, lo cual es suficiente tiempo para plantarte en la puerta de su casa mentarle a todos sus muertos y jugar a tirar globos de agua a su fachada pero con botellitas de cristal rellenas de gasolina y jabón.

Además piden exenciones de pago, retrasos en los pagos a las cuotas de la seguridad social y muchas otras medidas que a todas luces y salvo que sea yo un imbécil profundo y un mal intencionado extremista no van a favorecer al trabajador. Por cierto que está convencido de que “…cuando se den las adecuadas circunstancias de recuperación económica con este contrato podríamos volver a crear un millón de empleos.”. Es decir que este contrato no es para la crisis, este contrato es para que cuando las cosas mejoren, ellos puedan seguir llenarse los bolsillos doblegando al trabajador e instalar un sistema de contratación abusivo que permanezca por los restos. Ya nos ha pasado con las empresas terroristas de trabajo temporal. Se crearon y se quedaron. Así reduce el paro el pp y sus neoliberalismos salvajes (y los socialistos tres cuartos de los mismo). Con contratos de mierda.

Pero para finalizar este individuo pregunta “…los que están en la cola del INEM que prefieren ¿seguir en el paro o un contrato indefinido con 20 días de indemnización en caso de despido?”. Eso se llama chantaje, y por ahí no pasamos, no vale todo. Tú que prefieres ¿que te colguemos de los güevos por explotador y por cabrón? ¿O que expropiemos tu casa y dejemos a tu familia en la puta calle para hacer un bonito centro comercial?

Frente a la crisis, Lucha, Resistencia y Dignidad