SERVICIOS SOCIALES PARA TODOS Y TODAS. NO A LOS RECORTES

13 marzo 2013

ESO QUE TE LLEVAS COMPADRE.




Hay días en los que no sentir el privilegio de poder quejarse es de ser un desagradecido. Sentir que estamos y que por el hecho de hacerlo, el estar, ya somos afortunados. Con nuestras cosas, nuestros problemas, nuestras glorias y miserias, pero estar, ese hecho al que a veces no prestamos atención, nos permite salir a la calle y enfrentarnos a nuestra vida, y haciéndolo mejor o peor tener la posibilidad de cambiarla.

Esta mañana una larga y penosa enfermedad se ha llevado por delante a un chaval que aún no había cumplido mi edad. Y sin ser amigo mío, si que sentí de cerca su lucha porque gente que conozco mantenía lazos de amistad con él. Y hoy siento que es un día triste. Pero no voy a hablar de la desdicha sino de lo bueno que vivió estos difíciles últimos años. Porque hace unos cuantos (no se precisar con exactitud) estando ya enfermo, a su vida llegó una fiel escudera, y a ella si que la conozco. Y la admiro, y siento que llevo el término compromiso al paroxismo, y estoy convencido que son esos gestos los que hacen que la vida que vivimos merezca la pena en todos sus términos, con todos sus lances, con los demonios y las tormentas, con sus lágrimas y sus risas, sus cielos encapotados, sus duelos a vida o muerte.

Alguno dirá que no elegimos de quien nos enamoramos, y puede que sea verdad, pero cada uno elige como vive el amor, si que elegimos como manejar ese frágil equilibrio entre los deseos de uno y los anhelos de otro. Y ella, hoy convertida en mi particular referente en cuanto al compromiso se refiere, eligió acompañar a su chico por un camino que de entrada apuntaba complicado, y lo hizo con alegría, tesón y amor. Ella hizo que ese frágil equilibrio se convirtiera en un sólido compromiso.

Y por eso te digo compadre, que hoy se ha terminado ese tortuoso camino que has recorrido durante cuatro años y contigo te habrás llevado cosas, muchas seguro, pero ten por seguro que con ella has vivido al lado muchas más vidas que cientos de parejas que quieren sin amar, que están sin acompañar, para quienes el compromiso no va más allá del cumplimiento de un contrato social. Con ella has grabado momentos que no hay enfermedad que los tumbe, que no hay tormenta que los haga zozobrar, cada instante que habéis vivido ha sido vuestro, cada día que habéis pasado juntos en casa, en el hospital, en las tardes de silencio e incertidumbre, en los paseos esperanzadores al sol cuando la perra fortuna te daba un respiro, cada uno de esos instantes ha sido una prueba de compromiso y amor que no se mide con el tiempo, cada día era un destello, una explosión, una vida entera acumulada en un gesto, que me hace estar convencido de que ella estaba ahí porque quería, que no era ni un reto ni un sacrificio.  Seguro que no está de acuerdo conmigo en tanto mérito atribuido, porque ella estaba ahí porque te quería, porque tu le aportabas lo que nadie más podía, porque queríais estar juntos compadre, porque el amor no lo graban las firmas, ni las leyes y por supuesto no lo compulsa la iglesia.

En la salud y en la enfermedad, con un arrojo que ya querrían muchos valientes, revolucionarios de postín que piensan que el cambio está en grandilocuencias. Y entonces llegó ella, con su amor, compromiso y fidelidad por bandera y eligió estar a tu lado. Eso que te llevas, eso que nunca nada ni nadie os podrá arrebatar. Esa es vuestra fortuna. Esa es vuestra Victoria. Descansa en paz compadre. Se que se te va a echar mucho de menos.