UNA DE CAL PARA LOS DE SIEMPRE.

Siempre les toca a los mismos. Parece que las lógicas y leyes crueles como ellas solas, al más puro estilo Murphy pero más cabronas si cabe, gozan con las desgracias de los más débiles. Y a mi me joden el desayuno y mi moral burguesa occidental.

Un terremoto ha hecho pedazos Haití. Por si no tenían suficiente con lo suyo, chúpate esa a ver a que sabe. He visto muertos, futuros fiambres gritando de dolor con miembros atrapados entre los escombros, y los edificios, palacio presidencial incluido, reducidos a finas lonchas de lo que algún día fueron. Ya digo que la tostada se me he quedado del revés en el gaznate.

No voy a decir que me alegro cuando algo de esto les pasa a un país rico, el de servidor incluido, pero es que parece que en el suculento reparto de tierras que hicimos los países potentes (y no se porqué en este punto incluyo a nuestro patio de regiones) tuvimos buen ojo con las parcelitas que nos quedábamos cada uno, a excepción claro de los americanos del norte que esos tiene mucha tierra y pillan para todos los gustos, tornados, terremotos, inundaciones…

Total, que siento un güevo de pato lo que les ha pasado a los haitianos, y lo siento de verdad, y solo me queda esperar que los países que se hacen llamar desarrollados, y en este caso el nuestro, aunque solo sea por hermanamiento lingüístico, de sangre o por justicia universal, solidaridad internacional o derechos humanos (cada cual marque la que considere más oportuno), articulen de manera inmediata los mecanismos de ayuda pertinentes, que garanticen, no solo el rescate de las víctimas sino el futuro desarrollo de la isla, para que en el menor tiempo posible, vuelva a estar, en el peor de los casos, como se encontraba ayer antes de que la tierra jugara esa carta maldita que siempre se reserva para los más débiles. Turulax dixit.