Yako creo que se llama el colega. Y tiene billete de solo ida. Su billete está emitido por cáncer, y si aún se mantiene en pie es por la barra libre de quimioterapia que le han enchufado por aquello de ver si aguanta un poco más. Y él no es consciente, supongo, del poco tiempo que le queda por aquí, o más bien por allí, porque sus últimos días de vida los va a pasar intentado sacar a la superficie a otros que no tienen la suerte escrita pero tienen boletos de sobra para acompañarle en el último trayecto. Y no creo que se arrugue cuando ante una montaña de escombros se ponga a olisquear y a marcar donde aún rezuma vida entre los cascotes. Porque cobardes somos nosotros, plañideras de lo fácil esperando la ocasión para figurar sin mancharnos las manos.
Yako no. Yako es un perro de rescate del Ayuntamiento de Getafe que tendrá más güevos (desconozco si es macho o hembra, pero en este caso es irrelevante) que cualquiera de los hombres y mujeres que van a jugar una mano contra reloj y con unas cartas de mierda teniendo en frente un destino cabrón en un pedazo de tierra que se dio la vuelta por razones que Yako no conoce, porque él solo entiende de obediencia, lealtad y nobleza. Y la vida, que para él tampoco ha sido justa (no se si llega a serlo con alguien alguna vez) le ha deparado un final de héroe clásico, un final de esos que hace que me apetezca promover una estatua en su pueblo, un final acorde con la vida que ha llevado, rescatando, salvando vidas (se dice pronto). Yako va a morir salvando, y eso es lo que le hace mejor que muchos de nosotros.
Yako no. Yako es un perro de rescate del Ayuntamiento de Getafe que tendrá más güevos (desconozco si es macho o hembra, pero en este caso es irrelevante) que cualquiera de los hombres y mujeres que van a jugar una mano contra reloj y con unas cartas de mierda teniendo en frente un destino cabrón en un pedazo de tierra que se dio la vuelta por razones que Yako no conoce, porque él solo entiende de obediencia, lealtad y nobleza. Y la vida, que para él tampoco ha sido justa (no se si llega a serlo con alguien alguna vez) le ha deparado un final de héroe clásico, un final de esos que hace que me apetezca promover una estatua en su pueblo, un final acorde con la vida que ha llevado, rescatando, salvando vidas (se dice pronto). Yako va a morir salvando, y eso es lo que le hace mejor que muchos de nosotros.
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