Reconozco que así, de sopetón se me ocurren un montón de bromas fáciles para hacer al respecto. Me sorprende que España esté situada tan abajo en paridad, habida cuenta de la cantidad de paridas que se llevan a cabo en nuestro tan ilustre país a diario.
Si nos ceñimos a lo que realmente refleja la encuesta debo protestar. Si bien es cierto que en España aún se discrimina a la mujer por el simple hecho de serlo (o serla), no es menos verdad que el hombre está discriminado respecto de las féminas en otros muchos ámbitos.
Pero claro, estos estudios suelen hacer referencia al aspecto económico y laboral, primando éste por encima de otros no menos importantes como son el familiar y el personal. La mujer lo tiene mucho más complicado en lo referente al acceso a un empleo cualificado (tengo mis dudas al respecto) y parece ser que gana menos por el mismo trabajo y la misma capacitación. Lamentable. Los hombres estamos jodidos en todo lo demás. Contamos menos como progenitores, contamos menos en cuanto a salvaguardar nuestros intereses como género masculino y contamos menos en la mayoría de las prestaciones sociales. Y por supuesto contamos menos en cuanto a presunción de inocencia en conflictos familiares.
El hecho de que haya un ministerio de igualdad amordazado por los lobbies hembristas radicales hace flaco favor a la causa que supuestamente persigue. La igualdad entre hombres y mujeres. Aún estoy esperando alguna política emprendida por el ministerio de la Srta. Aído (o Aída) en el cual el hombre sea el sujeto activo y no pasivo. Ya puedo esperar sentado.
Por lo demás y para aquellos o aquellas que se puedan escandalizar por lo que aquí digo, solo decir que no voy a perder el tiempo justificándome, sobre todo porque los que dan explicaciones de cosas evidentes es que no lo tienen muy claro. Y yo si. Ahí estamos, en el puesto 17 en el ranking de los parias, concretamente entre Lesoto y Mozambique. Te cagas.
Si nos ceñimos a lo que realmente refleja la encuesta debo protestar. Si bien es cierto que en España aún se discrimina a la mujer por el simple hecho de serlo (o serla), no es menos verdad que el hombre está discriminado respecto de las féminas en otros muchos ámbitos.
Pero claro, estos estudios suelen hacer referencia al aspecto económico y laboral, primando éste por encima de otros no menos importantes como son el familiar y el personal. La mujer lo tiene mucho más complicado en lo referente al acceso a un empleo cualificado (tengo mis dudas al respecto) y parece ser que gana menos por el mismo trabajo y la misma capacitación. Lamentable. Los hombres estamos jodidos en todo lo demás. Contamos menos como progenitores, contamos menos en cuanto a salvaguardar nuestros intereses como género masculino y contamos menos en la mayoría de las prestaciones sociales. Y por supuesto contamos menos en cuanto a presunción de inocencia en conflictos familiares.
El hecho de que haya un ministerio de igualdad amordazado por los lobbies hembristas radicales hace flaco favor a la causa que supuestamente persigue. La igualdad entre hombres y mujeres. Aún estoy esperando alguna política emprendida por el ministerio de la Srta. Aído (o Aída) en el cual el hombre sea el sujeto activo y no pasivo. Ya puedo esperar sentado.
Por lo demás y para aquellos o aquellas que se puedan escandalizar por lo que aquí digo, solo decir que no voy a perder el tiempo justificándome, sobre todo porque los que dan explicaciones de cosas evidentes es que no lo tienen muy claro. Y yo si. Ahí estamos, en el puesto 17 en el ranking de los parias, concretamente entre Lesoto y Mozambique. Te cagas.
1 comentario:
Como mujer me jode saber que tengo mucho más dificil ser: presidenta del gobierno, presidenta de cualquier multinacional, rectora de universidad, científica de prestigio o cocinera de élite... Me jode que se dé por hecho que si tengo la regla estoy sensible, que necesito un macho que me proteja, que no sé conducir, que no me oriento...
Aunque me alegra saber que puedo llorar cuando me dé la gana, que no tengo que luchar para tener una salud emocional saludable, que nadie me separará de mi hijo sin mi consentimiento, que me educaron para ser autónoma y no dependiente de nadie...
Ahora te digo, no me oirás decir: que cada palo aguante su vela.
Mis libertades no son tus restricciones. Las restricciones lo son para todos y deben salvarse conjuntamente. Que así sea.
Esther.
Publicar un comentario