Lo
de este país es para mear y no echar gota. La poca vergüenza que tenemos es
proporcional al morro soberano que despliegan ciertos, y ya van muchos, cargos
electos de este país. En realidad el comportamiento de ese tipo que preside el
Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Supremo no me hace perder fe
en la justicia. Porque ni creo ni creeré en ella. Teniendo en cuenta que un
juececillo de estos me arrebató el estar con mi hijo el tiempo que nos
merecemos porqué en el fallo estimó que “el tiempo de comunicación y
convivencia entre padre e hijo resulta excesivo” cuando estaba conmigo
exactamente la mitad del tiempo, lo de Divar y sus viajes me parece un truño.
Pero
más allá de mis rencores particulares, y sobre si dedicaría los juzgados para espectáculos
pirotécnicos de interior, este señor tiene que dimitir. No por el hecho de
recibir una acusación, la inquina que se tienen los que comparten mesa en ese órgano
haría inviable su supervivencia si tuvieran que dimitir a la primera de cambio.
Tiene que dimitir porqué no ha quedado claro el motivo laboral de los
desplazamientos y los tiempos de estancia, es más, cada vez parece más claro
que nada está claro. Como máximo representante de la justicia española tiene
que dimitir. La imagen de la política está absolutamente mancillada, en su
vertiente legislativa y en la ejecutiva. Intentemos salvar la justicia, si es
que hay algo que salvar.
Respecto
a los amiguetes del PP y de Ciu (no se cual es más facha, a veces dedico tiempo
a dilucidarlo) que dicen que no se puede pedir cuentas a Divar porqué en España
hay separación e independencia de poderes, y una vez me he recuperado del
parraque derivado del ictus asociado a un ataque de risa les digo con mucho
respeto y sin ápice de acritud. Id a tocar los güevos y a tomar por imbécil a
vuestra puta madre (digo ésto solicitando el perdón previo a mi querida progenitora por las palabras mal sonantes, pero mi
terapeuta dice que tengo que dejar que mis sentimientos fluyan y no ponerles
trabas).
De
los doce miembros del Tribunal Constitucional diez son nombrados por gobierno,
congreso y senado. El Consejo General del Poder Judicial está integrado por veinte
vocales de los cuales ocho son elegidos por congreso y senado. Y a su vez son
estos miembros los que eligen a los presidentes de las diferentes salas del
Tribunal Supremo.
Independencia
de los poderes dicen. La única Justicia en este país es la que radica en el
Pueblo. Digo.
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