Creo
que me paso a la prensa del corazón, porque oye, al fin y al cabo ¿sabes tú? No
se diferencia mucho de lo que se puede leer en la prensa que nos gusta llamar
seria a los que nos creemos comprometidos con la sociedad, la vida, el futuro y
no se que más tontunas y que nos recordamos cual mantras por la mañana con la
legaña aún colgando.
Que
si coño, mira, al tuntún. Esperad que mire en Internet (que una cosa es leerla
y otra muy distinta comprarla). Ya. Ahí va el titular preocupante del día en
una de estas revistas: Andrea Casiraghi
no encuentra sosiego. Y uno dice, joder es que ser príncipe de un estado
del tamaño de una moneda de dos euros tiene que ser una jodienda de cansancio.
Que si yate paquí que si yate pallá, que si una noche de juerga, su möet, su
lonchazo, sus chicas espectaculares… es que de escribirlo me entran ganas de
meterme en la cama. Eso es tener problemas y no lo que hacemos por aquí, que no
sabemos más que quejarnos y echar las culpas al prójimo. Vergüenza debería
darnos, probar a ser príncipes es lo que deberíamos hacer y no darle tanto al
palique.
Hay
una sección que me troncho. Se trata de ver como han cambiado los famosos y así
a ojo (no he entrado en la sección en cuestión) atisbo una imagen de aquella
chica gorda que cantó y ganó la primera de las cuatrocientas veintiséis
ediciones de Operación Triunfo. Ahora resulta que no es una chica gorda que
canta bien, ahora después, de supongo, pasar un hambre de cagarse, la chica ya
no está gorda. Ahora es hortera, que no se si era un efecto secundario de la
dieta o qué. Eso si, supongo que cantará bien, sino se le han quedado las
cuerdas vocales deshilachadas de tanta acelga.
Pues
eso, no me digáis que entre sufrir con la prima de riesgo o con la prima de la Esteban no es mucho mejor
de vez en cuando sufrir con la de San Blas. Que digo yo que al fin y al cabo
los que compran estas revistas no dejan de hacer lo mismo que el resto, dejarse
la pasta en que se la lleven crudo unos parásitos. Si al final todo va a ser un
mega Sálvame, cambias a unos políticos por unos patéticos tertulianos, unos
banqueros por unos protagonistas del papel couché y santas pascuas.
Y
por mi parte lo que viene siendo el tema de darle a tecla es mucho más
relajado, que con la actualidad política se me abran las carnes y con las
noticias del corazón también, pero reconozco que a veces una sonrisa se me
escapa. Como cuando veo las fotos del hermano aprendiz de cantante de nuestra
actriz Penelope con su novia, la bajita buenorra esa que antes salía con un
millonario jugador de baloncesto. No si voy a descubrir gracias a este tipo de
prensa que el amor existe de verdad. Me inclino más porque es ciego, absurdo e
interesado a veces. Lo que no se aprenda cada día…
¡Salud
corazones!