No dejo de quejarme, no dejo de ver las cosas tan terribles que nos aquejan, o que siento que nos aquejan. Siempre con la misma matraca, siempre con la crítica viendo los problemas que hay y los que no hay. Y sin embargo hay días como hoy en los que se recibe una llamada y deja de importarte la reforma laboral, las salidas de tono de unos y otros, las privatizaciones, las colas del paro y si me apuras el hambre en el mundo.
No por ser sabido deja de ser doloroso. Pero hoy quiero honrar desde aquí a una persona, un chico un poco más joven que yo, al que la vida tenía reservada una mala pasada, ahí, agazapada, en espera de dar un zarpazo certero y directo. Tan certero en su línea de flotación como directo al corazón de sus padres y sus hermanos, con los cuales hoy quiero estar desde aquí.
Y mientras termina de librar una dura y larga batalla en la que nunca se podrá decir que haya perdido la honra, le doy las gracias porque fue él y su familia los que sin saberlo, le pusieron nombre a este blog hace muchos años, cuando aún no había teléfonos móviles, ni ordenadores y mucho menos existía el www. Pero estábamos nosotros, y ese patio de colegio. Por entonces no hizo falta nada más.
Y al llamarme Turula parieron ese alter ego que hoy, más de un cuarto de siglo después, intenta ofrecer crítica y algo de entretenimiento a través de esta humilde bitácora. Pero hoy no me sale ni una cosa ni la otra. Por eso solo quiero pensar en él, en ellos, y dedicarles todos y cada una de las entradas de este blog, que es el suyo, Turula’s Blog.
Gracias.
No por ser sabido deja de ser doloroso. Pero hoy quiero honrar desde aquí a una persona, un chico un poco más joven que yo, al que la vida tenía reservada una mala pasada, ahí, agazapada, en espera de dar un zarpazo certero y directo. Tan certero en su línea de flotación como directo al corazón de sus padres y sus hermanos, con los cuales hoy quiero estar desde aquí.
Y mientras termina de librar una dura y larga batalla en la que nunca se podrá decir que haya perdido la honra, le doy las gracias porque fue él y su familia los que sin saberlo, le pusieron nombre a este blog hace muchos años, cuando aún no había teléfonos móviles, ni ordenadores y mucho menos existía el www. Pero estábamos nosotros, y ese patio de colegio. Por entonces no hizo falta nada más.
Y al llamarme Turula parieron ese alter ego que hoy, más de un cuarto de siglo después, intenta ofrecer crítica y algo de entretenimiento a través de esta humilde bitácora. Pero hoy no me sale ni una cosa ni la otra. Por eso solo quiero pensar en él, en ellos, y dedicarles todos y cada una de las entradas de este blog, que es el suyo, Turula’s Blog.
Gracias.
1 comentario:
Desde aquí, todo mi apoyo a tu amigo
y un abrazo enorme para ti.
www.abajolasopos.wordpress.com
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