Que felicidad. Hoy soy persona. Es que ayer estuve viendo el fútbol… No se lo van a creer, pero esta mañana he estado comentando el partido. Yo, que no me gusta el fútbol, que siempre me ha parecido aburrido ver a veinte tíos correr detrás de una pelota, he estado comentando que si tal jugador lo hizo bien, que si el árbitro pitó nosecuantos, vamos un animal social en toda regla. Resulta que el Barça gano la Champiñón ligui, y eso debe ser como si mi Estu del alma (verán que lo que me va es el baloncesto, que no solo son diez tíos a la vez corriendo detrás de la pelota sino que además la pueden coger con las manos y la botan) gana la Euroliga de Baloncesto, lo cual quede dicho de paso es harto improbable.
Bueno, a lo que iba. Ayer vi un partido de fútbol. A la mayoría de las personas les parecerá algo del todo banal, pero yo saco dos conclusiones: Primera, sigo pensando lo mismo de los partidos y segunda, hoy por la mañana me importa un güevo de pato que el Barça haya ganado o perdido, de hecho lo único que me satisface es que la Copa del Champiñón ésta no la haya ganado el Trampa$ (para los no iniciados me refiero al Real Madrid).
Tengo reconocer una cosa. Hay una parte de los partidos de fútbol que me encantan. En las grandes citas (así lo llaman en la radio, aunque yo pensaba que una gran cita era otra cosa, consecuencias de una mente calenturienta) cuando termina el partido, los jugadores del equipo que ha ganado se abrazan, se comen a besos, lloran, se tiran al césped…Debo tener una parte de sensibilidad oculta en algún rinconcito de mi cuerpo que hace que por una fracción de segundo esté a punto de emocionarme. Pero lo controlo y luego me pregunto que profesión es ésta que cuando uno hace bien su trabajo se abraza a los compañeros. Me estoy imaginando el percal. Tres de la tarde en mi curro, todos a punto de fichar, y en ese momento rompemos en una explosión de emoción descontrolada, nos ponemos las camisetas por encima de la cara, gritamos, corremos en círculo, nos abrazamos y por último, si tal, cambiamos las camisetas… Ya lo veo: expediente disciplinario a todo quisqui y a la calle.
Voy a dejar el tema no sin antes plantear una queja: ¿Porqué durante un partido de fútbol no hay anuncios? Como cuando estoy viendo una peli y en el momento más emocionante sale un tío limpiando un microondas asqueroso con flipi bang o como diantre se llame. Pues con el fútbol que hagan lo mismo, cuando esté un equipo apuntito de marcar un gol, que pongan el nuevo anuncio de tampax…No, porque la gente se mosquearía mucho y se quejaría como hicieron cuando interrumpieron la Formula 1 (esa es otra, ahora en este país todo el mundo sabe de coches) para cascar los “consejos publicitarios”. Por el fútbol y la Fórmula 1 si batallamos, por lo demás que nos mangoneen. Somos gilipollas.
Bueno, a lo que iba. Ayer vi un partido de fútbol. A la mayoría de las personas les parecerá algo del todo banal, pero yo saco dos conclusiones: Primera, sigo pensando lo mismo de los partidos y segunda, hoy por la mañana me importa un güevo de pato que el Barça haya ganado o perdido, de hecho lo único que me satisface es que la Copa del Champiñón ésta no la haya ganado el Trampa$ (para los no iniciados me refiero al Real Madrid).
Tengo reconocer una cosa. Hay una parte de los partidos de fútbol que me encantan. En las grandes citas (así lo llaman en la radio, aunque yo pensaba que una gran cita era otra cosa, consecuencias de una mente calenturienta) cuando termina el partido, los jugadores del equipo que ha ganado se abrazan, se comen a besos, lloran, se tiran al césped…Debo tener una parte de sensibilidad oculta en algún rinconcito de mi cuerpo que hace que por una fracción de segundo esté a punto de emocionarme. Pero lo controlo y luego me pregunto que profesión es ésta que cuando uno hace bien su trabajo se abraza a los compañeros. Me estoy imaginando el percal. Tres de la tarde en mi curro, todos a punto de fichar, y en ese momento rompemos en una explosión de emoción descontrolada, nos ponemos las camisetas por encima de la cara, gritamos, corremos en círculo, nos abrazamos y por último, si tal, cambiamos las camisetas… Ya lo veo: expediente disciplinario a todo quisqui y a la calle.
Voy a dejar el tema no sin antes plantear una queja: ¿Porqué durante un partido de fútbol no hay anuncios? Como cuando estoy viendo una peli y en el momento más emocionante sale un tío limpiando un microondas asqueroso con flipi bang o como diantre se llame. Pues con el fútbol que hagan lo mismo, cuando esté un equipo apuntito de marcar un gol, que pongan el nuevo anuncio de tampax…No, porque la gente se mosquearía mucho y se quejaría como hicieron cuando interrumpieron la Formula 1 (esa es otra, ahora en este país todo el mundo sabe de coches) para cascar los “consejos publicitarios”. Por el fútbol y la Fórmula 1 si batallamos, por lo demás que nos mangoneen. Somos gilipollas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario