Llegado este momento no queda más que mirar al frente y hacer gala de esa fuerza que has mostrado hasta ahora, esa lección de entereza, de lucha, que ya quisiéramos muchos que somos mayores que tu. La vida está llena de pruebas, de escollos, de tropiezos, caídas y vuelta a empezar, pero también nos regala-o nos ganamos- buenos momentos, sonrisas, triunfos...
Llegado este momento no queda sino batirse, como dirían los caballeros de hace siglos. Batirse con valentía y con la certeza de que ninguna lucha se pierde si de ella se aprende, sabiendo que dentro de años, cuando mires hacia atrás, no será más que otra etapa de esa vida que te dio palos que esquivaste en algunos casos y supiste encajar con arrojo en otros, pero que en cualquier caso constituyen tu maleta, tu bagaje de vida.
Llegado este momento ves que los que te tienen que querer, te quieren de verdad, están ahí, a tu lado día y noche, estés bien, mal o regular, y eso no tiene precio primo, eso se queda ahí para siempre y constituye y será por los restos, el patrimonio más importante que tendrás nunca. Ellos están a tu lado porque quieren, porque vales, porque te quieren sin concesiones, no lo olvides nunca, cuando ganes o pierdas, cuando estés feliz o tristón, cuando tengas o dejes de tener, no te olvides que un día esta, a veces, perra vida te puso a prueba y tú no solo ganaste, sino que aprendiste.
Llegado este momento quiero decirte que te considero valiente y fuerte, y ya tendrás ocasión de ver que a veces la vida te tumba, y sufrirás mientras sientes que todo es tormenta a tu alrededor, y cuando más solo creas estar, alza la cabeza y siente que hay algo que aprender, esta vez desde el dolor, pero ya llegará la calma. Se que ha sido un palo la noticia de tener que volver a pasar por el quirófano, pero piensa que lo que ahora no estás haciendo lo podrás hacer más adelante, porque has luchado, porque te lo mereces, porque ésto te hará más fuerte.
Llegado es te momento quiero decirte algo que le leí a Arturín (Pérez Reverte): “...el peón está allí de pie, en su frágil casilla. Y esa casilla se convierte de pronto en una razón para luchar, en una trinchera para resistir y abrigarse del frío que hace afuera. Esta es mi casilla, aquí estoy, aquí lucho.”. Todo esto pasará pronto y te olvidarás de doctores, dolores y de tus obligados viajes a Madrid, a donde espero que vuelvas por otros y más alegres motivos.
Todo esto terminará, pero siempre te quedará mi admiración, por esas sonrisas que has dejado por casa, por esa entereza que has demostrado, porque si hay un primo Zumosol, para mí ese eres tú. Un besazo campeón.
Llegado este momento no queda sino batirse, como dirían los caballeros de hace siglos. Batirse con valentía y con la certeza de que ninguna lucha se pierde si de ella se aprende, sabiendo que dentro de años, cuando mires hacia atrás, no será más que otra etapa de esa vida que te dio palos que esquivaste en algunos casos y supiste encajar con arrojo en otros, pero que en cualquier caso constituyen tu maleta, tu bagaje de vida.
Llegado este momento ves que los que te tienen que querer, te quieren de verdad, están ahí, a tu lado día y noche, estés bien, mal o regular, y eso no tiene precio primo, eso se queda ahí para siempre y constituye y será por los restos, el patrimonio más importante que tendrás nunca. Ellos están a tu lado porque quieren, porque vales, porque te quieren sin concesiones, no lo olvides nunca, cuando ganes o pierdas, cuando estés feliz o tristón, cuando tengas o dejes de tener, no te olvides que un día esta, a veces, perra vida te puso a prueba y tú no solo ganaste, sino que aprendiste.
Llegado este momento quiero decirte que te considero valiente y fuerte, y ya tendrás ocasión de ver que a veces la vida te tumba, y sufrirás mientras sientes que todo es tormenta a tu alrededor, y cuando más solo creas estar, alza la cabeza y siente que hay algo que aprender, esta vez desde el dolor, pero ya llegará la calma. Se que ha sido un palo la noticia de tener que volver a pasar por el quirófano, pero piensa que lo que ahora no estás haciendo lo podrás hacer más adelante, porque has luchado, porque te lo mereces, porque ésto te hará más fuerte.
Llegado es te momento quiero decirte algo que le leí a Arturín (Pérez Reverte): “...el peón está allí de pie, en su frágil casilla. Y esa casilla se convierte de pronto en una razón para luchar, en una trinchera para resistir y abrigarse del frío que hace afuera. Esta es mi casilla, aquí estoy, aquí lucho.”. Todo esto pasará pronto y te olvidarás de doctores, dolores y de tus obligados viajes a Madrid, a donde espero que vuelvas por otros y más alegres motivos.
Todo esto terminará, pero siempre te quedará mi admiración, por esas sonrisas que has dejado por casa, por esa entereza que has demostrado, porque si hay un primo Zumosol, para mí ese eres tú. Un besazo campeón.
Para mi primo Antón, valiente paciente y excelente surfero...
Te escribí ésto hace mucho y quiero que hoy, con la tormenta pasada lo vuelvas a leer.
Quiero que sepas que aprendí mucho de tí en aquel lance. Gracias.
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