Porqué me meto en estos fregados. Entendiendo por fregados la labor sindical. Mucha gente me lo ha preguntado a lo largo de estas semanas en las que he estado dando vueltas a la idea de enrolarme en este viaje. Si lo planteo así es porque cuando me propongo hacer algo me lo tomo en serio, y pretendo hacerlo bien, o al menos lo mejor que sepa.
Así que después de darle muchas vueltas he decidido que era hora de pasar de la queja constante al trabajo de verdad. Ahora me toca a mí. Quiero aprender, pero sobre todo me meto en este fregado porque quiero luchar por un bien común. Y ese bien común hoy y ahora, es la justicia laboral de mis compañeros, de todos nosotros. La lucha por la justicia laboral no hay que entenderla como la creación de un clima de confrontación constante entre la patronal y los trabajadores, no. Hay que fomentar el diálogo, la escucha y el acercamiento de posiciones, desde la mesura si, pero también desde la firmeza y las convicciones. Y nunca arredrarse ante la confrontación.
¿Por qué me he metido en este fregado? Porque creo que se lo debo, debemos, a todos los hombres y mujeres que a lo largo de la historia se han fajado en esta lucha. Aquellos en los que en momentos difíciles dieron un paso al frente y decidieron luchar por el bien común, por los derechos laborales, por la justicia laboral, por los trabajadores. Y no nos engañemos, ahora no tiene nada de sacrificado esto de estar en un comité de empresa, no más allá del trabajo y sacrificio que puede significar la labor y la dedicación a ese bien común, que no es poco. Pero no es como hace años, en los que esta labor podía significar el despido, la cárcel o consecuencias peores. A todos esos hombres y mujeres que nos han legado los derechos laborales, que nos han dejado un mundo laboral mejor (si ya se que tenemos muchos problemas, pero objetivamente hemos mejorado en los últimos cien años) siento que les debo personalmente, un tiempo de dedicación, para intentar participar en la tarea que ellos asumieron desinteresadamente y hacerla mía, nuestra, de todos.
Quien me conoce sabe que he sido siempre muy crítico con los sindicatos, y lo seguiré siendo, pero lo que tenemos delante no es cosa de grandes sindicatos, esto no va con Cándido Mendez ni con Fernández Toxo. Lo que tenemos delante es la necesidad y la obligación de luchar por nuestros derechos, en nuestros puestos, en nuestra empresa. Y he tenido que decidirme a quien acompañar en esta tarea, y lo he hecho dejando claro que mis discrepancias con el grupo no se van a descafeinar por mi simple pertenencia al mismo. Lo que considere en cada momento lo defenderé, con criterio, educación y firmeza. Confío en las personas a las que acompaño y espero aprender de ellos, ya que me considero el nuevo en esto, y con ese espíritu quiero echar a andar. Pero lo importante es que después de tanto tiempo desanimado con el asunto sindical, he vuelto a recuperar la ilusión, las ganas de que las cosas mejoren y las ganas de participar en esa mejora.
Si esto me traerá problemas, como me han dicho algunos, o si me va a beneficiar en algo, como me han sugerido con mucha retranca otros, no lo se. No lo he pensado, pero francamente espero que ni una cosa ni otra. Jamás utilizaré mi condición de miembro del comité de empresa (si llegara a formar parte del mismo) para beneficio propio, y esto lo digo y lo diré con la intensidad que sea necesario, porque pocas cosas tengo de patrimonio, pero la lealtad es una de ellas, hacia los míos y hacia mi. Y la llevo al extremo. Si tengo problemas apechugaré con ellos, no me preocupa, entiendo que cada cual debe asumir la responsabilidad de sus actos. Y yo asumo los míos.
Esta semana votamos a un grupo de personas que nos van a representar como portavoces en lo que a bienestar laboral se refiere, pero esta lucha no es solo de ellos, este trabajo es cosa de todos los que trabajamos en esta empresa, porque la participación no se limita a depositar el voto. La verdadera democracia consiste en trabajar y participar en la comunidad, en los barrios, en los trabajos, en las escuelas… Y en eso estamos y para eso os llamo, para que confiéis, para que recuperéis la ilusión si la teníais perdida, para que participéis, que participemos todos en un bien, que aunque a veces pueda parecer lejano, difícil y demasiado etéreo como para que lo sintamos propio, es propio y es de todos. Es el bien común.
Por eso me he metido en este fregado.
Así que después de darle muchas vueltas he decidido que era hora de pasar de la queja constante al trabajo de verdad. Ahora me toca a mí. Quiero aprender, pero sobre todo me meto en este fregado porque quiero luchar por un bien común. Y ese bien común hoy y ahora, es la justicia laboral de mis compañeros, de todos nosotros. La lucha por la justicia laboral no hay que entenderla como la creación de un clima de confrontación constante entre la patronal y los trabajadores, no. Hay que fomentar el diálogo, la escucha y el acercamiento de posiciones, desde la mesura si, pero también desde la firmeza y las convicciones. Y nunca arredrarse ante la confrontación.
¿Por qué me he metido en este fregado? Porque creo que se lo debo, debemos, a todos los hombres y mujeres que a lo largo de la historia se han fajado en esta lucha. Aquellos en los que en momentos difíciles dieron un paso al frente y decidieron luchar por el bien común, por los derechos laborales, por la justicia laboral, por los trabajadores. Y no nos engañemos, ahora no tiene nada de sacrificado esto de estar en un comité de empresa, no más allá del trabajo y sacrificio que puede significar la labor y la dedicación a ese bien común, que no es poco. Pero no es como hace años, en los que esta labor podía significar el despido, la cárcel o consecuencias peores. A todos esos hombres y mujeres que nos han legado los derechos laborales, que nos han dejado un mundo laboral mejor (si ya se que tenemos muchos problemas, pero objetivamente hemos mejorado en los últimos cien años) siento que les debo personalmente, un tiempo de dedicación, para intentar participar en la tarea que ellos asumieron desinteresadamente y hacerla mía, nuestra, de todos.
Quien me conoce sabe que he sido siempre muy crítico con los sindicatos, y lo seguiré siendo, pero lo que tenemos delante no es cosa de grandes sindicatos, esto no va con Cándido Mendez ni con Fernández Toxo. Lo que tenemos delante es la necesidad y la obligación de luchar por nuestros derechos, en nuestros puestos, en nuestra empresa. Y he tenido que decidirme a quien acompañar en esta tarea, y lo he hecho dejando claro que mis discrepancias con el grupo no se van a descafeinar por mi simple pertenencia al mismo. Lo que considere en cada momento lo defenderé, con criterio, educación y firmeza. Confío en las personas a las que acompaño y espero aprender de ellos, ya que me considero el nuevo en esto, y con ese espíritu quiero echar a andar. Pero lo importante es que después de tanto tiempo desanimado con el asunto sindical, he vuelto a recuperar la ilusión, las ganas de que las cosas mejoren y las ganas de participar en esa mejora.
Si esto me traerá problemas, como me han dicho algunos, o si me va a beneficiar en algo, como me han sugerido con mucha retranca otros, no lo se. No lo he pensado, pero francamente espero que ni una cosa ni otra. Jamás utilizaré mi condición de miembro del comité de empresa (si llegara a formar parte del mismo) para beneficio propio, y esto lo digo y lo diré con la intensidad que sea necesario, porque pocas cosas tengo de patrimonio, pero la lealtad es una de ellas, hacia los míos y hacia mi. Y la llevo al extremo. Si tengo problemas apechugaré con ellos, no me preocupa, entiendo que cada cual debe asumir la responsabilidad de sus actos. Y yo asumo los míos.
Esta semana votamos a un grupo de personas que nos van a representar como portavoces en lo que a bienestar laboral se refiere, pero esta lucha no es solo de ellos, este trabajo es cosa de todos los que trabajamos en esta empresa, porque la participación no se limita a depositar el voto. La verdadera democracia consiste en trabajar y participar en la comunidad, en los barrios, en los trabajos, en las escuelas… Y en eso estamos y para eso os llamo, para que confiéis, para que recuperéis la ilusión si la teníais perdida, para que participéis, que participemos todos en un bien, que aunque a veces pueda parecer lejano, difícil y demasiado etéreo como para que lo sintamos propio, es propio y es de todos. Es el bien común.
Por eso me he metido en este fregado.
3 comentarios:
Animo Turula, yo forme parte de la delegacion de alumnos en mis tiempos universitarios y la verdad qun poco me perjudico, pero echamos a dos carcas de la uni y valio la pena, lo recuerdo como una etapa de lucha por los derechos de mis compañeros aunque me dio más quebraderos que alegrias lo recuerdo con orgullo pues luchar por algo más que lo tuyo a lo largo de complace, un saludo y animo y fuerza amigo, hoy publico la quiniela espero tu comentario
a las 14:30 esta programada la publicación de la quiniela turula, perdon por no decirte cuando salia el post.
Puff... Pues mucho ánimo... Y mucha suerte! Espero que en el sitio donde trabajas el comité de empresa pinte más que donde curro yo. Aquí, los pobres del comité se van dando cabezazos contra la pared porque no hay manera de conseguir nada.
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