El otro día entré en un cuarto de baño. Vamos, que no es que lo hiciera por primera vez en mi vida, pero es que entré en el de minusválidos. Y en esas que me surgió un tema a compartir cuando tiré de la cadena. Cada cual tiene sus musas.
Pero, oh campos de soledad mustios collados, ha sido reintegrarme al curro y recibir la noticia que el gobierno de este país llamado España, ha aprobado un Real Decreto (como les ponen a estos liberales socialistos los reales decretos) y ya no podemos decir minusválido. Hay que decir Discapacitado. Y donde se usaba el término discapacitado hay que decir personas con limitaciones en la actividad. ¡¡Tachán!! Pues nada oye, si es ofensivo para las personas con limitaciones en la actividad el que se les llame discapacitados pues cambiamos el término. Si entre el diccionario de la RAE y lo gilipollas que nos estamos volviendo ya lo mismo da que da lo mismo.
El caso es que siempre pensé que las adecuaciones de los servicios para adaptarlos a personas discapacitadas (aquí el término sustituye a minusválidas, más que nada porqué es más corto) los proyectaban gente sin discapacidad alguna, lo cual me resultaba del género imbécil (sustituyo aquí el término gilipollas, por no ofender a algunos miembros y miembras del gobierno que están a todas luces limitados en su actividad. Que digo limitados, limitadísimos e ísimas) ya que si trabajamos para alguien hay que contar con ese alguien. Premisa evidente y clara en el desarrollo comunitario en sentido amplio.
Total, que el cuarto de baño en cuestión está monísimo, con sus barandillas para agarrarse y tal, peeeero si el discapacitado o persona con limitaciones en la actividad en cuestión quiere tirar de la cadena, más que nada para mantener unos hábitos normalizados de higiene, tiene que hacer un curso básico de escalada para personas con limitaciones en la actividad (véase una tapa que presionar treinta centímetros por encima de la cisterna con unos huecos de unos veinte centímetros a cada lado del váter), lo cual seguro que existe, pero me parece que organizar ese tinglado formativo en la Terminal cada vez que se quiera hacer un pis, es poco práctico. Y bastantes problemas tiene AENA como para andar con estas cosas.
En fin, que entre este cuarto de baño y los rebajes de los bordillos que he visto este verano (señores regidores, el rebaje tiene que estar en el paso de cebra, cinco metros más arriba no sirve) deduzco que los políticos y los responsables técnicos de estos asuntos no son personas con limitaciones en la actividad, ni discapacitados, ni minusválidos, lo que son, es auténticos subnormales, pero profundos, lo que llamamos los que no somos políticamente correctos unos gilipollas de campeonato.
Turula dixit.
PD: A ver si nos dejamos de léxicos y léxicas del género imbécil e imbécila y nos ocupamos de lo que importa como la erradicación total de las barreras arquitectónicas.
Pero, oh campos de soledad mustios collados, ha sido reintegrarme al curro y recibir la noticia que el gobierno de este país llamado España, ha aprobado un Real Decreto (como les ponen a estos liberales socialistos los reales decretos) y ya no podemos decir minusválido. Hay que decir Discapacitado. Y donde se usaba el término discapacitado hay que decir personas con limitaciones en la actividad. ¡¡Tachán!! Pues nada oye, si es ofensivo para las personas con limitaciones en la actividad el que se les llame discapacitados pues cambiamos el término. Si entre el diccionario de la RAE y lo gilipollas que nos estamos volviendo ya lo mismo da que da lo mismo.
El caso es que siempre pensé que las adecuaciones de los servicios para adaptarlos a personas discapacitadas (aquí el término sustituye a minusválidas, más que nada porqué es más corto) los proyectaban gente sin discapacidad alguna, lo cual me resultaba del género imbécil (sustituyo aquí el término gilipollas, por no ofender a algunos miembros y miembras del gobierno que están a todas luces limitados en su actividad. Que digo limitados, limitadísimos e ísimas) ya que si trabajamos para alguien hay que contar con ese alguien. Premisa evidente y clara en el desarrollo comunitario en sentido amplio.
Total, que el cuarto de baño en cuestión está monísimo, con sus barandillas para agarrarse y tal, peeeero si el discapacitado o persona con limitaciones en la actividad en cuestión quiere tirar de la cadena, más que nada para mantener unos hábitos normalizados de higiene, tiene que hacer un curso básico de escalada para personas con limitaciones en la actividad (véase una tapa que presionar treinta centímetros por encima de la cisterna con unos huecos de unos veinte centímetros a cada lado del váter), lo cual seguro que existe, pero me parece que organizar ese tinglado formativo en la Terminal cada vez que se quiera hacer un pis, es poco práctico. Y bastantes problemas tiene AENA como para andar con estas cosas.
En fin, que entre este cuarto de baño y los rebajes de los bordillos que he visto este verano (señores regidores, el rebaje tiene que estar en el paso de cebra, cinco metros más arriba no sirve) deduzco que los políticos y los responsables técnicos de estos asuntos no son personas con limitaciones en la actividad, ni discapacitados, ni minusválidos, lo que son, es auténticos subnormales, pero profundos, lo que llamamos los que no somos políticamente correctos unos gilipollas de campeonato.
Turula dixit.
PD: A ver si nos dejamos de léxicos y léxicas del género imbécil e imbécila y nos ocupamos de lo que importa como la erradicación total de las barreras arquitectónicas.
3 comentarios:
Mas razón que un santo!!!
Espero no cambien el termino gilipollas porque para mí que este es el que mejor engloba a todos esos chupocteros(mira este tambien me gusta) que estan sentados en una silla (llamese escaño) haciendo el imbecil(llamese profesion de señores que estan llevando a ete pais a la ruina) y que no hacen nada para quitar la crisis (esta ultima se le podia denominar "mal de todo españolito").
Besos.
Mar
Suerte en el concurso.
...con discrepancias..El lenguaje importa y mucho, lo que no quiere decir que importe más que el hecho en sí.
Por otro lado: Son baños adaptados. No baños para perdonas con discapacidad. Adaptados y punto.
Tobi y yo cambiamos la placa de la oficina. La nuestra no duró un pimiento, claro..
Una vez más, parece que no han contado con los propios afectados ni para modificar el término para dirigirse a ellos, ya que el término adecuado sería personas con diversidad funcional: http://es.wikipedia.org/wiki/Diversidad_funcional
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