SERVICIOS SOCIALES PARA TODOS Y TODAS. NO A LOS RECORTES

27 diciembre 2012

LO QUE HACE LA ALCALDESA NO ELECTA CON LA AYUDA A DOMICILIO DEL AYUNTAMIENTO DE MADRID.



Durante las últimas semanas se ha llevado a cabo un deterioro silencioso pero dramático enla atención a las personas mayores y a los dependientes en el Ayuntamiento de Madrid. El consistorio dirigido por la alcaldesa NO electa sacó un pliego de condiciones para adjudicar el servicio de ayuda a domicilio con un presupuesto paupérrimo, anunciando el mismo en una rueda de prensa en el que hizo hincapié en el volumen de puestos de trabajo que ofrecía este servicio y la importancia del mismo en el bienestar de las personas que por causas físicas, familiares o sociales precisaban del mismo.

Pues bien, la señora Botella no solo ha condenado al servicio de ayuda a domicilio al ostracismo asistencial básico, sino que en esa carrera por deteriorar los servicios públicos ha dejado sin empleo (ese empleo del que alardeó en rueda de prensa) a cerca de cien coordinadoras de ayuda a domicilio. Todo ello con la inestimable ayuda de las tres empresas adjudicatarias, EULEN, CLECE y ASISPA, empresas de servicios no precisamente reconocidas por su labor y a su trato con los empleados.

Los contratos que firman estas empresas les obligan a subrogar a las trabajadoras, lo cual hicieron, para en el caso de EULEN despedirlas a los dos días de la firma por bajo rendimiento (increíble capacidad de análisis y valoración de trabajadores la de esta empresa). En el caso de CLECE fueron más astutos, y las mantuvieron el tiempo imprescindible para que pudieran en marcha sus carpetas y dejaran todo organizado. Una vez finalizado dicho trabajo que duró aproximadamente dos semanas, a la calle. La reforma laboral del presidente ausente hizo el resto. Condiciones miserables como premio a años de labor y dedicación por el bien común. En el caso de alguna de las empresas como CLECE con un trato por parte de la persona encargada de comunicar los despidos denigrante, humillante e indigno.

Importante señalar que la empresa CLECE propiedad de Florentino Pérez, presidente a su vez de la constructora ACS, presidente del Real Madrid y ex concejal del Ayuntamiento de Madrid con UCD, hizo una rebaja a la cuantía propuesta en el pliego de condiciones que rondó el 10% del presupuesto, el cual como ya he comentado, era exiguo de por si. Pues bien, fue esta bajada y el sistema de subastas con el que se adjudican los contratos en la mayoría de las administraciones públicas españolas, lo que hizo que Florentino Pérez se llevara el gato al agua. Porque en el proyecto técnico no obtuvieron la mejor nota, no, pero pusieron precio basura a un servicio público y necesario.

Y ahora, con cerca de un 40 % de las coordinadoras de ayuda a domicilio en la calle, sin empleo, con un futuro incierto y con unas condiciones de despido que suponen suficiente razón para iniciar una revuelta violenta, el servicio se resentirá. La alcaldesa NO electa y sus cómplices de la patronal dirán que no, que los usuarios no van a notar el cambio, que los servicios se van a mantener, que no se va a tener que pagar más y todas esas patrañas que repiten como mantras para regocijo de la ultra derecha liberal.

Y puede ser que mucha gente desconozca esta figura, la de las coordinadoras de ayuda a domicilio, pero por motivos que no vienen al caso yo no. Las coordinadoras son el motor de la ayuda a domicilio. Sencillamente son las que hacen todo, desde las tareas de gestión y organización, asignación de auxiliares de ayuda a domicilio, encuadre de horas, turnos, son las que lideran equipos de hasta cincuenta auxiliares y doscientos usuarios. Atienden las necesidades de sus auxiliares, y gestionan sus contratos, días libres, vacaciones, les asignan servicios en función de las particularidades del mismo y las capacidades de la trabajadora y las cubren cuando tienen que ausentarse, las atienden en lo profesional pero también en lo personal.

Tratan con los servicios sociales y coordinan la puesta en marcha de los servicios que se les asigna, valoran y opinan sobre los mismos, y antes de iniciar cualquier servicio visitan personalmente al usuario, les explican, les escuchan, reconocen el entorno y valoran las circunstancias de cada uno de manera que ajustan el tipo atención que se requiere de forma individualizada. Todo con una atención cercana, humana y profesional, que se mantiene a lo largo del tiempo por teléfono o en posteriores visitas, en las que escuchan a las personas, son receptores de sus necesidades, muchas veces desligadas de su estricta labor profesional, pero que ellas, las coordinadoras de ayuda a domicilio asumen como propias, conocedoras de ser la única figura visible que une a usuarios y a la administración.

Porque la alcaldesa NO electa nunca ha estado ahí, porque Florentino Pérez no ha estado ahí, porque los carroñeros que están desmantelando lo público en aras de un beneficio particular no han estado ahí. Porqué ese trabajo que realizan las coordinadoras de la ayuda a domicilio, como el que realizan las auxiliares, lo hacen desde la trinchera de la realidad, donde la mierda huele a mierda, donde las penas se pueden tocar y las lágrimas mojan, donde una mano arrugada y curtida por los años puede llegar a reconfortar mucho más que un miserable sueldo de mileurista.

Y por eso se debe saber, porque casi cien coordinadoras que durante años se han dejado la piel en un trabajo muchas veces ingrato, que han sido paragolpes de los desmanes de regidores y demás calaña, que han apoyado, cuidado y acompañado a tantas y tantas personas en situaciones vulnerables, hoy están en la calle sin empleo, y los usuarios con casi cien referentes menos. El que piense que el servicio no se resentirá que se lo haga mirar.

Ánimo compañeras, la lucha sigue desde casa, desde los barrios, desde la calle.

 ¡Hasta la Victoria Siempre!

19 diciembre 2012

QUERIDO AMIGO MAYA.




Querido amigo maya. Me han comentado por ahí que hace un montón de años predijiste el fin del mundo para este viernes, pasado mañana. He leído diferentes versiones al respecto, pero lo primero que debo decirte, que aún asumiendo que me la trae al pairo que el mundo se acabe, eres un poco cabrón. Si el mundo llega a su fin, lo podías haber cuadrado para que fuera lunes, que uno se pasa la semana currando para por la noche tomarse unas cañitas, o para disfrutar de la compañía de sus seres queridos. No para que le caiga una tormenta de fuego y destrucción. Sin embargo el lunes por la mañana yo particularmente me despierto tan encabronado que si el mundo ha llegado a su fín, pues casi me hacen un favor.

Por otro lado te pido si en estas 48 horas que restan querido amigo maya, me puedes aclarar si es el fin del mundo, una tormenta solar, un apagón general… porque no me queda claro, y a la hora de ir al súper a comprar víveres, cervezas vaya, no es lo mismo una circunstancia que otra. Un buen amigo, previsor para estos casos, me ha contado que es una tormenta solar, que por otro lado no tengo muy claro que es y si lo que va a hacer es mucho sol o poco. Entre eso y que desde que la unión europea cambió el etiquetado de la protección solar estoy un poco agobiado. ¿El factor 50 que utilizo para mi hijo será suficiente? Gracias por resolverme estas dudas querido amigo maya.

Lo último que he leído es que no es el fin del mundo, que lo que hicisteis con las cuatro piedras y el sol fue presagiar un año malo en 2012, en plan la cosecha jodida y eso. Pues mira, lo que es en España lo clavasteis, pero además con un margen de error de más menos cuatro años así que mérito ninguno. De todas formas te diré que como haya una tormenta solar, una ola gigante, o como estornuden cuatro vecinos de mi barrio a la vez, este país se termina de ir al garete. Me cuenta mi colega, el previsor, que el ministerio de algo (no me acuerdo cual) ha hecho una guía con recomendaciones por si llegara el fin del mundo. Y claro, yo, vecino de Madrid, ciudadano del estado español y del mundo entero, que ve como se crean situaciones lamentables y patéticas cuando caen cuatro gotas en la capital del reino, o se colapsa el país con que caigan cuatro copos, me da la risa. Y no porque exista o no el folleto en cuestión. Es porque vamos a morir. Todos, para más señas. Y no lo digo yo, lo dicen los datos, cualquiera que viva un día de lluvia en Madrid dentro del coche, sabe que si hay una tormenta solar de esas vamos listos de papeles.

Y bueno querido amigo maya, que en este blog hay un correo electrónico al que te pido por favor me mandes la solución a todas estas cuestiones, porque lo que es yo le veo unos cuantos flecos. Joder, en las pelis cuando va a ocurrir una catástrofe (alienígenas, meteoritos, olas de frío…) se pegan dos semanas hablando en la tele del tema, y si bien es cierto que no soy muy asiduo a la caja lerda, de algo me habría enterado por la radio. Pues eso, que si tienes a bien informarme te lo agradezco, y si se acaba el mundo de verdad, en plan rollo eso ha sido todo, eso es todo amigos, me avises que no quiero pasar al otro barrio sin pegarme el gustazo de bajar corriendo la Gran Vía de Madrid por el centro de la calzada desnudo.

Atentamente, un servidor expectante.

De la salud y la república hoy ni hablamos, para lo que nos queda…

11 diciembre 2012

ESTOY DONDE QUIERO ESTAR.



Me preguntan insistentemente si soy feliz así, todo el día cabreado con la realidad que nos rodea. Que si no es un poco agotador, que si esto, que si lo otro, que si menudos cabrones estos y que si a los políticos habría que hacerles nosequecosashorribles. A la gente le sorprende que la situación de esta gran estafa a los ciudadanos a la que han titulado crisis a ver si nos hacían comulgar con ruedas de molino, me soliviante día si día también, que cada vez que pongo el telediario, o escucho la radio o leo un periódico o cualquier otra fuente de información y/o desinformación me cojo un cabreo soberano.

Pues no, no me agota, no me cansa, como no lo hace cuidar de mi hijo cada día de mi vida, como no me asusta asumir responsabilidades diarias. Y es que esto es una responsabilidad más. Tengo la fortuna (de momento) de estar pasando por la estafa de una forma más que correcta, no me falta nada, tengo un trabajo más o menos satisfactorio, y un sueldo digno (espoleado por otras circunstancias que no vienen al caso). Y soy feliz. Esa es mi base, y dentro de esa base de fortuna y bienestar de la cual me siento tremendamente  agradecido (es fortuna, no valía, por mi edad me escapé por los pelos de toda esta mierda), siento que es mi deber y mi obligación como ciudadano (privilegiado) luchar contra esta estafa y posicionarme incondicionalmente la lado de los que están sufriendo las consecuencias. Consecuencias por otro lado que ni Rajoy ni nadie de su camarilla de vende patrias, tiene ni puta idea ni de cerca, de que aspecto tienen.

Y no soy menos feliz porque esté de una mala hostia (perdón madre por el lenguaje pero tiene que estar en sintonía con lo que quiero transmitir, después me lavo la boca, o las manos, o ya puestos todo entero con jabón) latente permanente, porque de alguna manera me mantiene alerta, es como ese puntito de estrés que a mi particularmente me viene muy bien para trabajar.

Podría quedarme en casa, no escuchar ni buscar noticias, podría ponerme una venda y darme paseítos por el barrio de Salamanca, no relacionarme con mis amistades que lo puedan estar pasando peor, y abstraerme del mundo y vivir en mi pequeña burbuja de felicidad y bienestar. Para empezar sería incapaz, o leo alguna noticia todos los días o mi espíritu obsesivo compulsivo noticiovicioso me dejaría más tirado que al protagonista de Trainspotting. Y por otro lado, que coño, ahí si que me convertiría en un triste, ahí se que sería jodido el día a día.

No nos engañemos, y esto es un mensaje a los que me hacen la pregunta con la que he empezado la entrada, yo no hago tanto, es más indignación que acción, me involucro lo que puedo y lo que quiero, y lo que me hace pensar vuestra cuestión es quizás la necesidad de plantearos vuestra propia felicidad y conciencia, viviendo en ese mundo estupendo en el que os mantenéis al margen de la realidad que se mastica en las calles.

Yo me la como a dos carrillos, y en mi indignación está mi esperanza, en mi acción está el pequeño cambio al que yo pueda contribuir, y en mi discurso está la esperanza del contagio, de hacer que todos y todas, que los que puedan leer lo que escribo digan que si, que ellos y ellas participarán del gran cambio que queremos conseguir, cada uno desde su sitio, su trinchera, en su batalla. Porque os aseguro, que no es una cuestión de si soy feliz o no, es una cuestión de responsabilidad ciudadana, es estar donde creo que debo estar, más allá de úlceras o disgustos, más allá de derrotas o desaliento. Soy feliz porque estoy donde quiero estar.

Salud y República.

07 diciembre 2012

SER PAPA O COMO REDECORAR LAS NAVIDADES.




Que digo yo, que si el papa de Roma no debiera dedicarse a otros menesteres. Aunque por otro lado no se que me sorprende, por aquello de la costumbre eclesiástica en general y papal en particular de opinar sobre todo lo divino (hasta aquí normal) y lo terrenal (aquí patinan un pelín). El ex soldado del ejército nazi se descolgó hace unas semanas con eso de que en el portal de Belén no había ni buey ni mula. Y no se trata ya de los daños causados a los fabricantes y vendedores de estas figuritas, que hombre ya puestos a remodelar la historia del cristianismo, coméntalo en el mes de mayo que aun no está preparados los moldes de escayola, no, se trata de tener que asimilar que mi madre, con su pedazo de belén con musgo natural y toda la parafernalia lo ha estado haciendo mal desde que tengo uso de razón.

Y coño (y me vais a perdonar la expresión), que yo no pongo belén en mi casa, pero ¿y esa gente que llena de ilusión decora su casa con las figuritas?, ¿y mi madre?, que no le mete agua de verdad al río porque no tenemos toma en el salón, pero que por lo demás organiza todo un evento en relación al montaje del belén, pues a toda esa gente, amante de las tradiciones, gustosos y gustosas de la decoración navideña, le hace el papa de Roma un hueco en el Belén, y en sus corazoncitos garrapiñados.

Es que menuda jodida manía que tiene la iglesia de hacer las cosas tarde y mal. Que si tenemos que pedir perdón, lo hacemos, tres siglos después, que si tenemos que poner orden entre las braguetas de los nuestros, lo hacemos, con discreción, tarde y a golpe de chequera… Y ahora esto. Es que no hay derecho. Ya veo esas montañas de bueyes y mulas apilados con un cartelito anunciando el saldo, sin que nadie los desee, sin que nadie quiera ya su aliento para calentar al pequeño bebé, en ese miserable portal, que si en aquella época hubiera habido cajeros automáticos fijo que la virgen hubiera dado a luz en uno. Porque ese chamizo, no es digno de un rey del cristianismo. Que dios parece que quería darle mala vida a su hijo desde que nació. Es posible que en la Comunidad de Madrid las parturientas tengan que recurrir en breve a ese tipo de recursos dado el fatal desenlace que se avecina en el sistema sanitario madrileño, pero yo que se, los niños normales no son hijos de dios, ya le podía haber ofrecido algo mejor.

Que si, que bien que mandó unos días después a los reyes magos con sus regalitos, que luego decimos que el consumismo lo inventó el Corte Inglés, pero que va, y si no ¿Qué coño pinta un recién nacido con un puñado de oro, de incienso y de mirra? Mira, ahí el papa puede escribir un epílogo sobre las navidades en España. En concreto en cuanto la los reyes magos. Aquí va a estar un poco jodida la cosa por varios motivos.

Primero, en este estado nuestro ya de por si nos sobra un rey así que para que te voy a contar lo que pintan tres más. Además Melchor no puede traer el oro, la policía ha confiscado el último lingote en casa del ex presidente de la patronal, como es muy educado él, para venir de vacío no viene. Gaspar es un mito, como dijo Dani Rovira no hay pelirrojos viejos, así que ese si que no existe. Y Baltasar, hay pobre Baltasar, el último personaje conocido en este país o nación o lo que sea que se llamaba así y que además era Juez, acabó muy pero que muy mal y ahora el rey mago lo ve muy negro todo, además si se pone malo durante su estancia en España no le atenderán en la sanidad pública, salvo si paga, y claro con un poco de mirra no apañas la factura. Por otro lado la virgen, el carpintero y su primogénito son pobres, probablemente no pueden pagar el portal y para la noche del 5 de enero les habrán desahuciado.

Pues eso, que en el belén cada uno ponga lo que le pete, que cuanto más acompañado esté el niño Jesús mejor, y si no que se lo digan a mi querido vástago, que a falta de portal de belén en su hogar paterno, decora el de la abuela (para disgusto de mi señor padre) con todos los animales y dinosaurios que pilla por casa, y francamente ver a un velocirraptor persiguiendo a los pollitos y al Tiranosaurio Rex esperando a que termine el caganet de hacer sus cositas para merendar, hace las navidades mucho más amenas.

Salud y República.