Durante
las últimas semanas se ha llevado a cabo un deterioro silencioso pero dramático
enla atención a las personas mayores y a los dependientes en el Ayuntamiento
de Madrid. El consistorio dirigido por la alcaldesa NO electa sacó un pliego de
condiciones para adjudicar el servicio de ayuda a domicilio con un presupuesto
paupérrimo, anunciando el mismo en una rueda de prensa en el que hizo hincapié
en el volumen de puestos de trabajo que ofrecía este servicio y la importancia
del mismo en el bienestar de las personas que por causas físicas, familiares o
sociales precisaban del mismo.
Pues
bien, la señora Botella no solo ha condenado al servicio de ayuda a domicilio
al ostracismo asistencial básico, sino que en esa carrera por deteriorar los
servicios públicos ha dejado sin empleo (ese empleo del que alardeó en rueda de
prensa) a cerca de cien coordinadoras de ayuda a domicilio. Todo ello con la
inestimable ayuda de las tres empresas adjudicatarias, EULEN, CLECE y ASISPA,
empresas de servicios no precisamente reconocidas por su labor y a su trato con
los empleados.
Los
contratos que firman estas empresas les obligan a subrogar a las trabajadoras,
lo cual hicieron, para en el caso de EULEN despedirlas a los dos días de la
firma por bajo rendimiento (increíble capacidad de análisis y valoración de trabajadores la de esta empresa). En el caso de CLECE fueron más astutos, y las
mantuvieron el tiempo imprescindible para que pudieran en marcha sus carpetas y
dejaran todo organizado. Una vez finalizado dicho trabajo que duró
aproximadamente dos semanas, a la calle. La reforma laboral del presidente
ausente hizo el resto. Condiciones miserables como premio a años de labor y
dedicación por el bien común. En el caso de alguna de las empresas como CLECE con un trato por parte de la persona encargada de comunicar los
despidos denigrante, humillante e indigno.
Importante
señalar que la empresa CLECE propiedad de Florentino Pérez, presidente a su vez
de la constructora ACS, presidente del Real Madrid y ex concejal del
Ayuntamiento de Madrid con UCD, hizo una rebaja a la cuantía propuesta en el
pliego de condiciones que rondó el 10% del presupuesto, el cual como ya he
comentado, era exiguo de por si. Pues bien, fue esta bajada y el sistema de
subastas con el que se adjudican los contratos en la mayoría de las
administraciones públicas españolas, lo que hizo que Florentino Pérez se llevara el gato
al agua. Porque en el proyecto técnico no obtuvieron la mejor nota, no, pero
pusieron precio basura a un servicio público y necesario.
Y
ahora, con cerca de un 40 % de las coordinadoras de ayuda a domicilio en la
calle, sin empleo, con un futuro incierto y con unas condiciones de despido que
suponen suficiente razón para iniciar una revuelta violenta, el servicio se
resentirá. La alcaldesa NO electa y sus cómplices de la patronal dirán que no,
que los usuarios no van a notar el cambio, que los servicios se van a mantener,
que no se va a tener que pagar más y todas esas patrañas que repiten como
mantras para regocijo de la ultra derecha liberal.
Y
puede ser que mucha gente desconozca esta figura, la de las coordinadoras de
ayuda a domicilio, pero por motivos que no vienen al caso yo no. Las
coordinadoras son el motor de la ayuda a domicilio. Sencillamente son las que
hacen todo, desde las tareas de gestión y organización, asignación de
auxiliares de ayuda a domicilio, encuadre de horas, turnos, son las que lideran
equipos de hasta cincuenta auxiliares y doscientos usuarios. Atienden las
necesidades de sus auxiliares, y gestionan sus contratos, días libres,
vacaciones, les asignan servicios en función de las particularidades del mismo
y las capacidades de la trabajadora y las cubren cuando tienen que ausentarse,
las atienden en lo profesional pero también en lo personal.
Tratan
con los servicios sociales y coordinan la puesta en marcha de los servicios que
se les asigna, valoran y opinan sobre los mismos, y antes de iniciar cualquier
servicio visitan personalmente al usuario, les explican, les escuchan,
reconocen el entorno y valoran las circunstancias de cada uno de manera que
ajustan el tipo atención que se requiere de forma individualizada. Todo con una atención cercana,
humana y profesional, que se mantiene a lo largo del tiempo por teléfono o en
posteriores visitas, en las que escuchan a las personas, son receptores de sus
necesidades, muchas veces desligadas de su estricta labor profesional, pero que
ellas, las coordinadoras de ayuda a domicilio asumen como propias, conocedoras
de ser la única figura visible que une a usuarios y a la administración.
Porque
la alcaldesa NO electa nunca ha estado ahí, porque Florentino Pérez no ha estado
ahí, porque los carroñeros que están desmantelando lo público en aras de un
beneficio particular no han estado ahí. Porqué ese trabajo que realizan las
coordinadoras de la ayuda a domicilio, como el que realizan las auxiliares, lo
hacen desde la trinchera de la realidad, donde la mierda huele a mierda, donde
las penas se pueden tocar y las lágrimas mojan, donde una mano arrugada y
curtida por los años puede llegar a reconfortar mucho más que un miserable sueldo de
mileurista.
Y
por eso se debe saber, porque casi cien coordinadoras que durante años se han
dejado la piel en un trabajo muchas veces ingrato, que han sido paragolpes de
los desmanes de regidores y demás calaña, que han apoyado, cuidado y acompañado
a tantas y tantas personas en situaciones vulnerables, hoy están en la calle
sin empleo, y los usuarios con casi cien referentes menos. El que piense que el
servicio no se resentirá que se lo haga mirar.
Ánimo
compañeras, la lucha sigue desde casa, desde los barrios, desde la calle.
¡Hasta la Victoria Siempre !